Martín alberto Mendoza Salazar
DAN MUERTE A OTRO ADOLESCENTE AYER EN LA MAÑANA EN CÓCORIT; UNA VIDA MÁS, QUE SE APAGA DE MANERA BRUTAL EN UN MUNICIPIO QUE YA SUMA 29 EJECUTADOS EN LO QUE VA DEL MES; ESTE HECHO MARCA EL CUARTO HOMICIDIO REGISTRADO DURANTE EL MISMO PERIODO, EN EL LLAMADO “PUEBLO MÁGICO”; LA NORMALIZACIÓN DE VIOLENCIA ESTÁ ALCANZANDO NIVELES QUE NINGUNA AUTORIDAD DEBERÍA PERMITIR; MIENTRAS LAS FAMILIAS VIVEN CON MIEDO, LAS AUTORIDADES MUNICIPALES SIGUEN MOSTRANDO UN DESEMPEÑO TIBIO Y SIN CAPACIDAD DE RESPUESTA; AUSENCIA DE ESTRATEGIA, DE PRESENCIA OPERATIVA Y DE MANDO REAL SE REFLEJA EN CADA CRIMEN QUE QUEDA IMPUNE Y EN CADA JOVEN QUE TERMINA SIENDO VÍCTIMA DE UN TERRITORIO QUE PARECE ESTAR QUEDANDO A MERCED DEL CRIMEN; COMUNIDAD DEL OTRORA Y APACIBLE PUEBLO VUELVE A SER ESCENARIO DE DOLOR, DE IMPOTENCIA Y DE UN RECLAMO QUE YA NO PUEDE ESCONDERSE: LA AUTORIDAD MUNICIPAL NO ESTÁ CUMPLIENDO CON SU DEBER; EL CASO DE LA MENOR YAEPSI EN VILLA BONITA PROVOCA REPUDIO; UNA VIDA MÁS TRUNCADA DE MANERA BRUTAL Y EVITABLE; OTRAS DOS MENORES, DE 13 Y 15 AÑOS, SOBREVIVIERON, PERO QUEDARON MARCADAS POR UN HECHO QUE JAMÁS DEBIÓ OCURRIR; MIENTRAS AUTORIDADES INVESTIGAN LA AGRESIÓN, TAMBIÉN SURGE UNA PREGUNTA INCÓMODA PERO NECESARIA: ¿QUÉ HACÍAN TRES ADOLESCENTES EN LA CALLE A ESAS HORAS DE LA MADRUGADA, SIN SUPERVISIÓN ADULTA Y EXPUESTAS A RIESGOS QUE TODOS CONOCEMOS EN UNA CIUDAD COMO ESTA?; DEBEN INSTANCIAS ASUMIR SU RESPONSABILIDAD EN ESCLARECIMIENTO DEL ATAQUE, PERO TAMBIÉN PADRES DEBEN RECONOCER LA PARTE QUE LES CORRESPONDE, PORQUE SEGURIDAD EMPIEZA EN CASA: CON LÍMITES CLAROS, CON PRESENCIA, CON REGLAS FIRMES QUE MUCHAS VECES SALVAN VIDAS; LO OCURRIDO EN VILLA BONITA REFLEJA NO SOLO VIOLENCIA QUE GOLPEA A LA CIUDAD, SINO TAMBIÉN LA AUSENCIA DE CONTROL FAMILIAR Y LA FALTA DE PREVENCIÓN INSTITUCIONAL
OTRA VEZ, Cócorit. Ayer como ayer y hoy como hoy, lo que no cambia son los sangrientos amaneceres en Cajeme ya que aproximadamente a las 8:15 de la mañana fue descubierto el cuerpo de un adolescente de apenas 15 años en la citada Comisaría ubicada al nor-poniente del municipio. Una vida más, que se apaga de manera brutal en un municipio que ya suma 29 ejecutados en lo que va del mes, y este hecho marca el cuarto homicidio registrado durante el mismo periodo, en el llamado “Pueblo Mágico”. La normalización de la violencia está alcanzando niveles que ninguna autoridad debería permitir. Mientras las familias viven con miedo, las autoridades municipales siguen mostrando un desempeño tibio y sin capacidad de respuesta. Particularmente, el comandante encargado de esa demarcación, José Eduardo Jaramillo Soto, responsable de la Policía Municipal en la zona, ha demostrado una preocupante falta de responsabilidad frente a sus obligaciones. La ausencia de estrategia, de presencia operativa y de mando real se refleja en cada crimen que queda impune y en cada joven que termina siendo víctima de un territorio que parece estar quedando a merced del crimen. La comunidad del otrora y apacible pueblo vuelve a ser escenario de dolor, de impotencia y de un reclamo que ya no puede esconderse: la autoridad municipal no está cumpliendo con su deber. Cada homicidio es también un recordatorio de la urgencia de replantear toda la estructura de seguridad, de exigir cuentas y de reconocer que, con los actuales mandos, la violencia solo se está profundizando. Hablar de cuatro homicidios en veintiocho días es algo que resulta alarmante y esto merece especial atención del Secretario de Seguridad Pública Municipal, Contralmirante de la Secretaria de Marina, Claudio Cruz Hernández, quien no debe dejarse llevar por el canto de las sirenas y actuar en consecuencia, pero no esperar a que se desborde el río de sangre que corre por arterias de esa población que meses atrás estuvo blindada por Ejército y Guardia Nacional, inclusive ésta última agrupación de seguridad federal instaló un cuartel en el antiguo casino ubicado en pleno centro de ese Comisaría…A RAÍZ de los últimos asesinatos hay quienes consideran que tanto el comandante de la 4ta Zona Militar, General Brigadier del Estado Mayor, José Manuel Guevara Castillo y el Coordinador estatal de la Guardia Nacional, General de Brigada D.E.M., Anastasio Santos Álvarez, deben analizar la posibilidad de implementar otra maniobra similar como medida de contención, pero eso sí, con sentidos bien agudizados, porque al menos en una ocasión dieron muerte a individuo que iba saliendo de una tienda de autoservicio mientras militares estaban a escasos metros de distancia en una desafiante ejecución. Se requiere de sólidos y constantes reconocimientos durante las veinticuatro horas del día, porque en esas fechas delincuentes al verse limitados en sus criminales propósitos operaban de noche y hasta otro día por la mañana quedaban al descubierto los homicidios, principalmente en los alrededores del canal “El Porfirito”. Aunque no estamos aquí para decirle a nadie que es lo que tiene que hacer, pero al menos es necesario plantear que nombren a nuevo comandante de la Comisaría. Es justo inquirir: Por qué no darles oportunidad a otros elementos altamente preparados no solo en cuestiones policiales sino con carrera profesional como es el caso de mucho de ellos. De momento recuerdo al oficial Esteban Valenzuela Ortega y Carolina Valenzuela y otros más. Basta de darle vuelta a los mismos, algunos por compromisos políticos, aunque Claudio Cruz Hernández lo niegue, pero son secretos a voces mientras el aparato de seguridad sigue estancando sin los resultados que la población demanda…MUY SONADO el crimen de la menor Yaepsi, ocurrido en las primeras horas del jueves en Villa Bonita. En la edición de ayer, les comentaba que las tres adolescentes descendieron de un vehículo tras asistir a una fiesta; la mayor de ellas, de 17 años, perdió la vida cuando uno de los ocupantes de otro automóvil las alcanzó y abrió fuego en su contra, detonando dos disparos que terminaron con su existencia. Una vida más truncada de manera brutal y totalmente evitable. Las otras dos menores, de 13 y 15 años, sobrevivieron, pero quedaron marcadas por un hecho que jamás debió ocurrir. Mientras las autoridades investigan la agresión, también surge una pregunta incómoda pero necesaria: ¿Qué hacían tres adolescentes en la calle a esas horas de la madrugada, sin supervisión adulta y expuestas a riesgos que todos conocemos en una ciudad como esta? Autoridades deberán asumir su responsabilidad en el esclarecimiento del ataque, pero también los padres deben reconocer la parte que les corresponde, porque la seguridad empieza en casa: con límites claros, con presencia, con reglas firmes que muchas veces salvan vidas. Lo ocurrido en Villa Bonita refleja no solo la violencia que golpea a la ciudad, sino también la ausencia de control familiar y la falta de prevención institucional. Las calles no son un lugar seguro para menores, y la negligencia compartida entre padres y autoridades termina abonando a tragedias como esta, donde una vida se trunca y otras dos quedan marcadas antes de siquiera alcanzar la adultez. Ojalá que el asunto no vaya a quedar en el olvido y los asesinos vuelvan a repetir su abominable conducta. Son seres sin escrúpulos y desquiciados por los alucinógenos efectos de alguna droga. Es fundamental que investigadores lleguen al sujeto que accionó el arma homicida ante la mirada de sus cómplices que por igual deben ser llevados ante la justicia y paguen en prisión por lo que hicieron, aun cuando sus padres son sus principales tapaderas, y aunque saben lo que hicieron prefieren quedarse callados, ah, pero no los alcance el brazo de la justicia porque sí ponen el grito en el cielo…AYER ME preguntaban cuántos policías habían salido positivo en el sorpresivo antidoping que les practicaron el mediodía del jueves en la Academia de Policía. La tropa fue citada supuestamente para impartirles un curso, pero en realidad fueron sometidos a inesperado examen toxicológico encargándose de coordinar ese evento el comandante Eleazar Armenta Tabardillo. Se espera que este ejercicio no termine convertido en una simple cortina de humo para distraer de la verdadera crisis que enfrenta Cajeme. Porque más allá del discurso, lo que realmente se necesita es un cuerpo policial profesional, confiable y con mandos capaces de conducir una estrategia que hoy simplemente no existe. Se reconoce cualquier acción que busque elevar la calidad del servicio, pero un antidoping aislado no resuelve el fondo del problema. El señalamiento no es al policía que patrulla, sino a quienes ocupan los puestos de mando y no han demostrado la capacidad para dirigir a una corporación que enfrenta desafíos extraordinarios. Si de verdad se quiere mejorar la seguridad, se debe apostar a evaluaciones internas permanentes, capacitación real, depuración ordenada, controles de confianza efectivos, protocolos claros de actuación y un seguimiento estricto a los mandos medios y superiores. Mientras no exista una dirección firme y competente, cualquier revisión o prueba extraordinaria corre el riesgo de quedarse en un gesto mediático que no cambia la realidad de fondo. Cajeme necesita acciones profundas, decisiones responsables y un liderazgo que responda a la gravedad del momento, no simulaciones que duren lo mismo que una nota de un día…ESTE VIERNES, en las instalaciones de la SSPM se celebró una reunión con mandos de los todos los niveles, pero la deuda profunda es la falta de una mesa permanente con víctimas, colectivos y ciudadanía. Se les escucha solo en crisis, pero no se le integra a la decisión pública. En un municipio herido como Cajeme, las familias de desaparecidos, mujeres violentadas, comerciantes extorsionados y jóvenes en riesgo deben tener voz constante, no visitas esporádicas de autoridad. Tampoco existe una inteligencia policial verdaderamente unificada. Cada corporación presume aseguramientos aislados, pero no hay un análisis conjunto de patrones, redes, domicilios, vehículos o armas. La violencia requiere menos patrullas sin rumbo y más equipos que lean, crucen información y alimenten operativos con datos precisos. No se ha tratado la violencia familiar como lo que realmente es: una semilla de la violencia criminal. Muchas historias de jóvenes armados, halcones y víctimas terminadas en fosas comenzaron con golpes, abandono y consumo dentro de casa. Sin detección temprana, sin brigadas mixtas y sin intervención familiar, el problema seguirá replicándose y sino al tiempo…Luego seguimos, Dios mediante.


