Martín alberto Mendoza Salazar

SACUDE A CAJEME OTRA VIOLENTA JORNADA QUE DEJÓ CUATRO MUERTES MÁS Y DOS HERIDOS EN HORAS; SE CONVIRTIÓ EN UN ‘MARTES NEGRO’ CON CINCO ATAQUES; VIOLENCIA CONTINÚA MARCANDO EL RITMO EN EL MUNICIPIO; HASTA EL 9 DE DICIEMBRE SE HABÍAN REGISTRADO 12 EJECUCIONES EN LO QUE VA DEL MES, UNA CIFRA QUE CONFIRMA QUE LA LLAMADA ‘CUOTA DIARIA’ YA DEJÓ DE SER DE UNA POR DÍA; LO QUE DURANTE AÑOS FUE UNA TIERRA DE OPORTUNIDADES DONDE, COMO RECUERDA EL VIEJO CORRIDO, HASTA EL MÁS POBRE GANA SU ‘TOSTÓN’; HOY ENFRENTA UNA REALIDAD MARCADA POR UNA VIOLENCIA PERSISTENTE QUE NO DISTINGUE HORARIOS NI ÁREAS; DESDE PRIMERAS HORAS DEL DÍA HASTA INICIO DE LA NOCHE, EL ULULAR CONSTANTE DE PATRULLAS SE HA VUELTO PARTE DEL ENTORNO COTIDIANO, REFLEJO DEL IR Y VENIR DE CORPORACIONES REBASADAS; MIENTRAS, LA VIOLENCIA PERMANECE LATENTE EN LAS CALLES, EL SISTEMA PENITENCIARIO ENFRENTA SU PROPIA CRISIS INTERNA. LA PREGUNTA COMIENZA A SURGIR CON MAYOR FUERZA ENTRE LA CIUDADANÍA ¿ESTÁ FALLANDO LA POLÍTICA PÚBLICA EN MATERIA DE SEGURIDAD Y REINSERCIÓN SOCIAL?; Y AÚN CON ESTE ESCENARIO DEVASTADOR, AUTORIDADES MUNICIPALES INSISTEN EN HACER ENROQUES INTERNOS, MOVIENDO MANDOS DE UNA DELEGACIÓN A OTRA COMO SI SE TRATARA DE PIEZAS INTERCAMBIABLES, SIN EVALUACIÓN SERIA NI RESULTADOS QUE RESPALDEN ESOS CAMBIOS; NO BASTA CON MOVER NOMBRES DE UNA DELEGACIÓN A OTRA; EN CAJEME, JORGE MIGUEL ARMENTA ÁVALOS SIGUE SIENDO UN RECLAMO VIVO DE JUSTICIA; HAN PASADO 2,032 DÍAS DESDE AQUEL 16 DE MAYO DE 2020; CUANDO LE ARREBATARON LA VIDA A UN PERIODISTA EXCEPCIONAL; FUNDADOR DE GRUPO MEDIOS OBSON. UN HOMBRE VISIONARIO; UN HOMBRE INCÓMODO PARA EL PODER; UN HOMBRE QUE NUNCA CEDIÓ A LA CORRUPCIÓN; Y LO INDIGNANTE ES QUE, EN TODO ESTE TIEMPO, FISCALÍA ESTATAL HA PERMANECIDO EN SILENCIO.

QUÉ JORNADA la que se vivió en Cajeme este martes con cinco ataques armados en catorce horas, algo que resulta de espanto más que de horror y lo cual derivó en cuatro homicidios y con ello suman doce los que se han cometido en los primeros nueve días de diciembre. Poco faltó para que el martes considerado como ‘negro’ por la estela de muerte que dejó sumara otro crimen, cuando gatilleros a sueldo estuvieron de ultimar a un habitante de la colonia Severo Girón, en la Comisaría de Providencia, después de que allanaron su hogar y le dispararon en el interior al filo de la medianoche. Pero, por fortuna el afectado corrió con suerte. De esta forma fue recibido el nuevo comandante, José Ramón Maciel Carvajal que relevó en el cargo a Sergio Everardo Esquer que fue enviado a las filas de la tropa… MIENTRAS la violencia continúa marcando el ritmo en Cajeme. Hasta el día nueve de diciembre se habían registrado 12 ejecuciones en lo que va del mes, una cifra que confirma que la llamada ‘cuota diaria’ ya dejó de ser de una por día. El último crimen ocurrió alrededor de las 21:40 horas en la colonia Santa Fe, donde una persona fue privada de la vida en un sector con presencia de la Guardia Nacional y cercano a instalaciones de la Ussi norte. Lo que durante años fue una tierra de oportunidades donde, como recuerda el viejo corrido, hasta el más pobre gana su ‘tostón’ hoy enfrenta una realidad marcada por una violencia persistente que no distingue horarios ni zonas. Desde las primeras horas del día hasta entrada la noche, el ulular constante de patrullas se ha vuelto parte del entorno cotidiano, reflejo del ir y venir de corporaciones rebasadas. Las fiscalías se encuentran saturadas de investigaciones, mientras las policías municipales y estatales operan al límite de su capacidad… A ESTE PANORAMA se suma una problemática estructural que pocas veces se coloca al centro del debate, los reclusorios que presentan una capacidad desbordada y esto debe saberlo a la perfección el coordinador estatal del Sistema Penitenciario, Rodrigo Rodríguez Peña, con miles de personas privadas de la libertad, muchas de ellas por conductas que podrían enfrentar medidas alternas a la prisión de la que pudieran ser posible y se desconoce del porqué no se cumple con lo establecido en las leyes nacionales. En tanto, la violencia permanece latente en las calles, el sistema penitenciario enfrenta su propia crisis interna. La pregunta comienza a surgir con mayor fuerza entre la ciudadanía ¿Está fallando la política pública en materia de seguridad y reinserción social? Pese a ello, la narrativa oficial insiste en que el municipio avanza, aunque la estadística y la realidad cotidiana dibujan otro escenario uno de patrullas en movimiento constante, carpetas de investigación que se acumulan y una sociedad que observa cómo la violencia no cede…Y AÚN CON este escenario devastador, autoridades municipales insisten en hacer enroques internos, moviendo mandos de una delegación a otra como si se tratara de piezas intercambiables, sin evaluación seria ni resultados que respalden esos cambios. Movimientos como los de Ernesto Luzanilla Herrera y Adán Valenzuela Cruz que no representan una estrategia; representan improvisación. Cajeme no necesita más experimentos administrativos ni reciclaje de perfiles: necesita liderazgo, claridad operativa y decisiones que se reflejen en seguridad real para la población. Porque mientras se reorganizan escritorios, la violencia sigue marcando el ritmo en las calles. Antes de realizar nombramientos y nuevos enroques dentro de Seguridad Pública, lo mínimo indispensable debería ser una revisión seria de los antecedentes laborales, del historial operativo y de los resultados reales de cada mando. No basta con mover nombres de una delegación a otra; es necesario acudir a los propios centros donde se concentran y analizan los incidentes, donde se evalúan patrullajes, reportes, tiempos de respuesta y zonas de riesgo. Ahí están los datos duros que deberían dictar las decisiones, no las ocurrencias…INSISTIMOS EN que el Claudio Cruz Hernández debe entender que la seguridad pública no es un experimento administrativo ni un espacio para probar perfiles al tanteo. Cada designación debe recaer únicamente en personas verdaderamente honorables, distinguidas por su trabajo, respetadas por la sociedad y por sus propios compañeros, porque de esas decisiones depende la credibilidad institucional y la vida diaria de miles de ciudadanos. En lo que realmente se debe basar cualquier cambio operativo en seguridad es en esto: primero en el análisis criminal real de la zona, luego en el desempeño medible de cada mando, en la inteligencia previa, en la estabilidad del territorio, en la continuidad de los operativos y, sobre todo, en la ética del servicio. Sin esos pilares, cualquier movimiento termina siendo improvisación. Se los digo con respeto y con ánimo constructivo, porque al final del día la seguridad no se mueve con ocurrencias, se mueve con datos, con carácter y con responsabilidad institucional…ESTE MIÉRCOLES 10 de diciembre el inolvidable jefe y fundador de Grupo Medios Obson, Jorge Miguel Armenta Ávalos estaría cumpliendo cincuenta años de venturosa existencia. En una ocasión me comentó: ‘Te imaginas cuando llegue a los cincuenta la fiesta que haré’. Se entusiasmaba mucho. Pero, lamentablemente cumplió 2032 días en espera de que autoridades investigadoras le permitan el acceso a la justicia que tanto pregonan. Su caso permanece bajo la sombra de la indiferencia. En Cajeme, su nombre sigue siendo un reclamo vivo de justicia. Han pasado 2,032 días desde aquel 16 de mayo de 2020, cuando, a plena luz del día, en una céntrica calle de Ciudad Obregón, le arrebataron la vida a un periodista excepcional. El fundador de Grupo Medios Obson. Un hombre visionario. Un hombre incómodo para el poder. Un hombre que nunca cedió a la corrupción. Y lo indignante es que, en todo este tiempo, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora permaneció en silencio. Reacia. Omisa. La entonces Fiscal, Claudia Indira Contreras, tenía en sus manos la responsabilidad de una investigación seria y con resultados. Pero bajo su encargo se impuso el silencio. La desestimación de pruebas. La falta de voluntad. Y así, un crimen que golpeó a la libertad de expresión en Sonora quedó en la impunidad. El caso de Jorge no es aislado. Como el de Benjamín Flores, en San Luis Río Colorado. Periodistas que se negaron a ser cooptados y que pagaron con su vida. El patrón es claro: la valentía fue respondida con balas, y la justicia con indiferencia. Y la deuda más grande es con toda la sociedad…HOY, A MÁS de dos mil días de su asesinato, la realidad duele y ofende. No hay detenidos. No hay responsables procesados. No hay respuestas convincentes. ¿Dónde está la justicia pronta y expedita que marca la Constitución? La Fiscalía, en aquel entonces, perdió el rumbo. Y dejó en abandono a las víctimas y a la sociedad. Actualmente la cuenta marca 2,032 días sin justicia. Esa cifra, publicada en una plana completa, no es un dato frío. Es un grito. Un grito de protesta pacífica hacia las autoridades. Un recordatorio de que la verdad está oculta. Y que la justicia sigue ausente. Jorge ya no puede alzar la voz. Pero su recuerdo grita desde la tinta que empuñó como espada. Su silencio forzado se convierte en nuestra palabra escrita. Y la pregunta que no deja de doler: ¿Cómo puede un crimen contra la libertad permanecer sepultado bajo más de dos mil días de impunidad? …SU AUSENCIA duele. Su legado incomoda. Su memoria clama justicia. Y cada día sin respuesta es una afrenta. Porque Jorge, de estar aquí, estaría al pie del cañón. Denunciando. Exigiendo. Luchando. Y hoy la pregunta va directo al actual Fiscal, Gustavo Rómulo Salas Chávez. Aquí es donde se necesita esa energía que presume. Aquí es donde debe mostrarse esa experiencia que pregona. ¿Será distinto a su antecesora o seguirá la misma ruta de indiferencia? La sociedad ya no tolera silencios ni simulaciones. Exige resultados. Porque cada día que pasa sin justicia, es un recordatorio: las promesas vacías pesan tanto como la omisión. Y por eso, no bajamos la voz. Porque su causa es la nuestra. Seguimos en pie de lucha. Porque la justicia negada a Jorge, es justicia negada a todos. Y la historia, recordará a quiénes callaron, pero también a quiénes jamás se rindieron. Seguiremos, hasta que la verdad se escriba y la justicia llegue…Luego seguimos, Dios mediante.

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