Martín alberto Mendoza Salazar
JOVEN POLICÍA PREVENTIVO A PUNTO DE GENERAR TRAGEDIA DE IMPREDECIBLES DIMENSIONES; IBA DE UNA POSADA CELEBRADA AQUÍ A PUEBLO YAQUI; INVADIÓ CARRIL CON SU AUTOMÓVIL Y CASI CHOCA DE FRENTE CON AUTOBÚS DE PERSONAL DE MAQUILADORA; LA UNIDAD DE PASAJE ESTUVO A PUNTO DE VOLCARSE EN DREN DE LA 300 ENTRE KINO Y MERIDIANO; VEINTE OBREROS RESULTARON LESIONADOS; SI ESA UNIDAD SE HUBIERA VOLTEADO, HOY SE ESTARÍA HABLANDO DE UNA DESGRACIA MAYOR; CON DECENAS DE TRABAJADORES ATRAPADOS Y LA POSIBLE PÉRDIDA DE MUCHAS VIDAS; NO FUE UN PERCANCE MENOR NI FORTUITO; FUE UNA CONDUCTA IRRESPONSABLE QUE PUSO EN RIESGO A FAMILIAS ENTERAS QUE ÚNICAMENTE SE DIRIGÍAN A CUMPLIR CON SU JORNADA LABORAL; JEFES Y JEFAS DE FAMILIA QUE HABÍAN PARTIDO DE SUS HOGARES PARA LLEVAR EL SUSTENTO A SUS SERES QUERIDOS; ESTE HECHO EXIGE UNA POSTURA FIRME Y SIN RODEOS DEL SECRETARIO DE SEGURIDAD PÚBLICA MUNICIPAL, CONTRALMIRANTE CLAUDIO CRUZ HERNÁNDEZ; EN EL ENTENDIDO DE QUE EL POLICÍA NO DEJA DE SER AUTORIDAD AL BAJAR DE PATRULLA; UNIFORME NO SE GUARDA CUANDO TERMINA EL TURNO; SE ES POLICÍA LAS 24 HORAS DEL DÍA, LOS 365 DÍAS DEL AÑO; Y ESA INVESTIDURA OBLIGA A CONDUCIRSE CON DISCIPLINA, TEMPLANZA Y RESPONSABILIDAD ABSOLUTA; RESULTA INADMISIBLE QUE MIENTRAS SE PRESUMEN AVANCES, DISCIPLINA Y LOGROS INSTITUCIONALES, SE TOLEREN CONDUCTAS QUE RAYAN EN LO CRIMINAL; AUNQUE A ALGUNOS LES INCOMODE, RESULTA NECESARIO REFORZAR MEDIDAS PREVENTIVAS QUE YA DEMOSTRARON SU EFICACIA; LA APLICACIÓN DEL OPERATIVO ALCOHOLÍMETRO, IMPLEMENTADO DURANTE LA GESTIÓN DE ANTONIO GUTIÉRREZ LUGO, DIO RESULTADOS CLAROS Y POSITIVOS; MIENTRAS A NIVEL FEDERAL SE DISCUTE LA CAPACITACIÓN DE FUERZAS ARMADAS CON APOYO EXTRANJERO; EN EL SUR DE SONORA LA VIOLENCIA NO CONCEDE PAUSAS Y LAS CIFRAS SIGUEN ESCALANDO CON NOMBRES, EDADES Y FAMILIAS DETRÁS
DESDE TEMPRANA hora se encendieron las alertas en la calle 300, entre Meridiano y calle Kino, en esta ciudad, luego de que un agente de la Policía Preventiva, de aproximadamente 25 años de edad, protagonizara un accidente que estuvo a punto de convertirse en una tragedia de impredecibles dimensiones. El joven elemento, identificado como Jesús Antonio, quien conducía un vehículo Ford, línea Fuaiin, modelo 2016, al menos desmañado, ya que iba de una posada en la que estuvo con sus compañeros de labores hacía Pueblo Yaqui donde radica, invadió el carril contrario e impactó casi de frente a un autobús de transporte de personal que trasladaba a más de 20 obreros de la maquiladora Yazaki que se localiza en el Parque Industrial de Ciudad Obregón (PICO). El camión terminó ladeado sobre el talud del dren que corre paralelo al lado sur de la calle 300, a escasos centímetros de volcarse. Si esa unidad se hubiera volteado, hoy se estaría hablando de una desgracia mayor, con decenas de trabajadores atrapados y la posible pérdida de muchas vidas. No fue un percance menor ni fortuito, fue una conducta irresponsable que puso en riesgo a familias enteras que únicamente se dirigían a cumplir con su jornada laboral y cuyos jefes y jefas de familia que habían partido de sus hogares para llevar el sustento a sus seres queridos…INDUDABLEMENTE que este hecho exige una postura firme y sin rodeos del secretario de Seguridad Pública Municipal, contralmirante Claudio Cruz Hernández, en el entendido de que el policía no deja de ser autoridad al bajar de la patrulla. El uniforme no se guarda cuando termina el turno. Se es policía las 24 horas del día, los 365 días del año, y esa investidura obliga a conducirse con disciplina, templanza y responsabilidad absoluta. Cuando quien debe imponer orden provoca el caos, la autoridad pierde sentido y credibilidad. Resulta inadmisible que mientras se presumen avances, disciplina y logros institucionales, se toleren conductas que rayan en lo criminal. Más grave aún en estos días decembrinos, cuando recién se entregaron incentivos de fin de año y este joven elemento ya genera complicaciones por decisiones irresponsables, al conducir sin medir las consecuencias de sus actos y provocar un hecho que dejó daños y personas lesionadas. La prevención comienza dentro de la propia corporación y la cadena de mando no puede ni debe voltear la cara y esto además de Cruz Hernández debe asimilarlo el director operativo, Erick Gabriel Campos González, quien tendrá que ser inflexible con policías que apenas comienzan su carrera, porque se logró conocer que tiene apenas dos años en la institución. Sin duda que este tipo de accidentes no dejan de ser una preocupación constante para los encargados de vialidad urbana Luis Rey Chávez y Ramón Antonio Murrieta que han sabido predicar con el ejemplo y eso habla bien de sus personas…CUANDO estamos a una semana de Nochebuena y Navidad y dos para despedir el 2025 y recibir el 2026 sería muy oportuno que autoridades extendieran por igual el llamado a la prevención a los automovilistas y conductores de todo tipo de vehículos, en virtud de que las fechas son muy propicias para combinar el volante con el alcohol. Esto, nos lleva a recordar que en la administración 2015-2018 estando al frente de la SSPM, Antonio Gutiérrez Lugo y teniendo como encargado de vialidad a Adolfo Díaz Herrera, mejor conocido por la tropa como “El Cundinitas”, se implementó el operativo alcoholímetro que destapó dura polémica ante evidentes actos de presunta corrupción. A tal grado que al término de ese gobierno uno de ellos pasó a formar parte del empresariado. Volviendo al tema de los percances bien se dice que en un accidente no hay ganadores ni perdedores, todos pierden, y esa es una realidad que en estas fechas se vuelve aún más evidente. Por ello, aunque a algunos les incomode, resulta necesario reforzar medidas preventivas que ya demostraron su eficacia. La aplicación del operativo alcoholímetro, implementado durante la gestión de Gutiérrez Lugo, dio resultados claros y positivos. Fue una decisión acertada que, pese a las críticas, permitió evitar numerosas tragedias y salvó muchas vidas. Retomar ese tipo de dispositivos, con orden y claridad y ante todo honestidad, sería un paso responsable en momentos donde el consumo de alcohol aumenta y el riesgo en las calles se multiplica. Debemos prever lo previsible y eso no es una opción, es una obligación. La prevención no debe verse como castigo, sino como una herramienta para proteger a las familias y a quienes transitan diariamente por la ciudad. La seguridad vial no es un tema de simpatías ni popularidad, es una responsabilidad compartida entre autoridades y ciudadanos, y en estas fechas puede marcar la diferencia entre llegar a casa o no. La autoridad a la que le corresponde ajustar las riendas es precisamente a Cruz Hernández, quien tiene la obligación de actuar con firmeza, sin discursos ni simulaciones. La confianza ciudadana se rompe en segundos cuando quienes juraron proteger a la sociedad ponen en riesgo la vida de trabajadores inocentes. Hoy no hubo muertos por mera fortuna, pero la suerte no puede seguir siendo la estrategia. La exigencia es clara, control, responsabilidad y consecuencias reales…EN OTRO TEMA, la tarde del miércoles un individuo de nombre Miguel Ángel, de 32 años, fue atacado a tiros por desconocidos que evidentemente iban por su vida y diga usted si no, le dieron tres balazos en cráneo y otros cuatro más en otras áreas corporales. En total recibió siete impactos de bala que lo mantenían en estado crítico de salud. Tal parece que su fortaleza lo mantiene con vida. La agresión fue perpetrada por la Ejército Nacional, en Russo Vogel. Al indagar sobre su estado de salud dijeron que continúa bajo intensos cuidados médicos en una unidad hospitalaria con diagnóstico de pronóstico reservado y no es para menos…EN MEDIO del debate nacional por la posible cooperación en materia de seguridad entre México y Estados Unidos, Cajeme vuelve a colocarse como termómetro de la realidad que se vive en las calles. Mientras a nivel federal se discute la capacitación de fuerzas armadas con apoyo extranjero, en el sur de Sonora la violencia no concede pausas y las cifras siguen creciendo con nombres, edades y familias detrás. Con este evento, la cifra de víctimas por hechos violentos en el municipio podría ascender ya a 18, reflejando una dinámica que no logra contenerse. Este escenario obliga a replantear el enfoque de la estrategia de seguridad. La discusión no puede limitarse a si el Ejército o la Marina reciben capacitación internacional, instituciones que por su propia naturaleza están entrenadas para la defensa de la soberanía y escenarios de alta intensidad… MUCHO se ha dicho que el problema en Cajeme no es la falta de fuerza, sino la persistencia del delito en la cotidianidad de las colonias. Especialistas en seguridad coinciden en que la prioridad debería estar en fortalecer a las corporaciones que tienen contacto directo con la ciudadanía y que enfrentan día a día la realidad delictiva: policías preventivos, investigadores, primeros respondientes y áreas de inteligencia local. Son ellos quienes reciben el primer impacto, quienes llegan a las escenas y quienes sostienen la presencia institucional en el territorio. La capacitación, señalan, debe ir más allá de la presencia intimidante o del despliegue reactivo. Se requiere formación en análisis criminal, control territorial, respeto a los derechos humanos y construcción de confianza con la población. Sin empatía y sin lectura social del entorno, cualquier estrategia corre el riesgo de fracasar, por más fuerza que se despliegue. En el caso de Sonora, cuerpos como la Policía Estatal de Seguridad Pública han demostrado capacidad operativa y determinación en campo. No se trata de cuestionar su valor o su entrega, sino de reconocer que quienes están al frente del combate diario merecen herramientas de alto nivel para enfrentar un fenómeno cada vez más complejo y violento. Cajeme no necesita anuncios espectaculares ni debates lejanos a su realidad. Necesita resultados visibles, coordinación efectiva y una estrategia que aterrice en las calles donde hoy la violencia sigue marcando el ritmo. Cada víctima no es una estadística más, es una señal clara de que la inseguridad sigue siendo el principal desafío del municipio… Luego seguimos, Dios mediante.