El Colectivo Ambientalista de Sonora dio a conocer los resultados de más de tres años de investigación territorial sobre las causas de la contaminación del aire y los riesgos a la salud pública en la ciudad, señalando que el problema no se origina en la ciudadanía, sino en fallas estructurales de gestión y regulación.
Patricia Montes Stefanoni, integrante de la organización, dio a conocer que entre los principales hallazgos destaca el crecimiento de recolectores informales sin trazabilidad, derivado de la falta de opciones accesibles para que la población disponga correctamente de cacharros, escombro y residuos voluminosos, así como de la insuficiencia de programas de descacharre y de información clara sobre puntos oficiales de acopio.
“Este vacío, ha permitido el crecimiento del negocio irregular de la basura y ha derivado en la criminalización tanto de ciudadanos como de recolectores. A ello se suman fuentes fijas de contaminación como llanteras, yunkeras, ladrilleras y centros de acopio que operan con regulación deficiente, provocando basureros clandestinos, quema de residuos, acumulación de llantas y deterioro de la calidad del aire”, externó.
El diagnóstico, precisó, se construyó mediante observación directa, vigilancia ciudadana y documentación constante. A partir de ello, el colectivo ha impulsado acciones como denuncias formales, campañas informativas, trabajo con especialistas, recuperación de espacios y propuestas de políticas públicas con enfoque preventivo.
Por último, el Colectivo Ambientalista de Sonora llamó a autoridades, medios y sociedad a asumir la corresponsabilidad y atender la crisis desde soluciones estructurales, subrayando que se trata de un tema de salud pública y no de ideología.



