La presidenta del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, Cecilia Flores Armenta, anunció que el próximo lunes 11 de octubre iniciará una huelga de hambre afuera de las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), debido a la falta de atención que recibe por parte de la institución.
En un mensaje publicado en la cuenta oficial de Twitter del colectivo, Flores hizo partícipe de su intención al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Señaló al titular de la Fiscalía Especializada en Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada, Abel Galván Gallardo, de no haberla recibido.
Además, dijo que actualmente se encuentra desplazada por las amenazas recibidas en el marco de su labor como presidenta del colectivo.
El pasado 22 de julio, Cecilia Flores relató en Aristegui en Vivo las amenazas de muerte que ha sufrido en fechas recientes: “Es muy doloroso para mí. Nos ha caído como una bomba a toda la familia de Madres Buscadoras y a mi familia, que sientan que estoy amenazada, que puedo morir solamente por estar en una lucha incansable por buscar a mis hijos, por traerlos a casa por traer la paz que un día alguien me robó”.
La activista señaló que un día después de que Gladys Aranza Ramos Gurrola -una integrante del colectivo que buscaba a su esposo- fuera encontrada muerta con impactos de bala le llegaron mensajes diciéndole que se cuidara porque seguía ella. “Señora cuídese porque la que sigue es usted, la orden ya está dada por el jefe”, fue uno de los mensajes que le hicieron llegar por teléfono.
“Me dijo que él me estaba dando la información porque me estimaba, porque le dolía, porque no era justo, porque había conocido a mi hijo y era un gran hombre”, comentó a la periodista Carmen Aristegui, sin que le hubiesen dado a conocer el paradero de su hijo.
Le advirtieron que se cuidara tanto del crimen organizado como del gobierno. Flores dijo que había recibido protección por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y se encontraba resguardada, aunque advirtió que las búsquedas no se pararán.
“Yo estoy a la distancia y no puedo acompañar a mis compañeras, pero desde aquí seguimos la lucha, una lucha incansable por traerlos de nuevo a casa; que la gente sepa que no nos debemos de rendir, por más oscura que se vea la noche sabemos que un día va a amanecer y que ese día puede ser cuando lleguen nuestros hijos”, comentó.