Milton Martínez Estrada

¿Qué carajos está pasando en Sonora?

Este fin de semana nos enteramos de cómo la violencia le arrancó la vida a una madre y a sus tres hijas en el poblado Miguel Alemán.

La madre fue encontrada en la carretera a Bahía de Kino el viernes 4 de julio anterior y las tres menores, halladas en esa misma rúa, el sábado 5 de julio.

La fiscalía sonorense así relató los hechos: Se informa que el hallazgo de tres cuerpos localizados sin vida a la altura del kilómetro 7, de la carretera 36 Norte, en la Comisaría Miguel Alemán, en Hermosillo, Sonora, corresponde a tres menores de edad del sexo femenino.

Las hermanitas fueron encontradas abrazaditas, ya sin vida.

Sigue la relatoría oficial de los hechos: Lo anterior está vinculado a un hallazgo previo, ocurrido en el mismo camino, a la altura del entronque Hermosillo-Bahía de Kino, donde se localizó el pasado 4 de julio, a una mujer sin vida, la cual se corroboró que era madre de las tres menores localizadas la tarde de ayer.

Los cuerpos ya han sido identificados plenamente por sus familiares ante el Ministerio Público, estableciéndose que la madre tenía 28 años de edad, una de las menores 9 años y dos gemelas de 11 años de edad.

¿Y qué creen? Pues ahora que ocurrieron estos trágicos hechos, se puso a sesionar en serio el Gabinete de Seguridad del Estado de Sonora, el cual se reunió con las autoridades hermosillenses para analizar y articular estrategias de acciones frente a los últimos hechos de violencia registrados en la capital sonorense.

Esta nueva escalada de la violencia en Hermosillo tiene una esencia distinta a los otros episodios de brutalidad que se han registrado en la capital. La batalla que libran los grupos antagónicos del crimen organizado es más estridente.

Ya se los he contado otras veces en este espacio, mi hipótesis es que el Cártel de Sinaloa ha entrado en un periodo de jubilación, en donde cada uno de sus integrantes fue invitado a su retiro y quien no quisiera irse tendría que defender su plaza a como pudiera.

Esa salida del negocio por parte del otrora cartel más importante del planeta es el origen de este baño de sangre. Cada vez más brutal e irrefrenable. Las narcorreglas han cambiado y lo estamos viendo y viviendo.

Apenas en mayo pasado les escribí esto: ‘No hace poco observo y estudio las disputas por el poder entre las bandas del crimen organizado en el noroeste de nuestro país. Lo anterior me permite establecer que solo es cuestión de tiempo para que se evidencie por completo la jubilación del Cártel de Sinaloa.

‘Los barones de la droga siempre han tenido la ilusión de retirarse o jubilarse en el esplendor de sus organizaciones, triunfantes, con montañas de dinero y con edad para disfrutar lo logrado’.

Volviendo al caso de la madre y niñas ejecutadas es imperativo escribir las condiciones en las que se vive en la Costa de Hermosillo, como se le dice al poblado Miguel Alemán y a Bahía de Kino.

La Costa es escenario de casos tan increíbles como trágicos.

Allá por 2013, cuando ofrecía mis servicios para el periódico Expreso, me tocó cubrir la historia de un niño al que llamaremos Oscar, para no revictimizarlo y por respeto a su privacidad.

El menor se encontraba en el área de cuidado intensivo pues un cable que conducía energía eléctrica se le había enredado en la cabeza y lo tenía al borde de la muerte.

Sí. La población en Miguel Alemán, flotante en su mayoría, habita en esta zona agrícola por temporadas.

Los ciclos agrícolas renuevan la población dos veces por año. Ya imaginarán las condiciones de vida por aquellos rumbos. Se trata de núcleos familiares que abandonaron sus estados de origen para buscar en Sonora una oportunidad laboral.

El único trabajo disponible es la pizca, la cosecha, la labor. La gran mayoría sobrevive en los galerones dispuestos por los dueños de los campos agrícolas y los menos rentan habitaciones miserables a sobreprecio.

En el mejor de los casos, los cuartos de renta cuentan con algunos servicios; agua, si acaso drenaje y energía eléctrica.

Se vive mal en esa parte de Sonora. Hay una iniciativa de convertir a esta gran zona en el municipio número 73, por su capacidad económica, pero Hermosillo perdería campos agrícolas y la playa, por eso no ha prosperado la propuesta.

Me parece que urge una respuesta para dotar de protección y seguridad social a la Costa. Como municipio propio atendería su problemática y tendría recursos para enfocar sus esfuerzos.

¿Qué están esperando para mejorar las condiciones de vida en la Costa? Es La Siguiente Pregunta.

Post Data: Tengo informes de que la madre y sus hijas tenían su hogar en Tierra Nueva, un fraccionamiento conflictivo al norte de Hermosillo, pero concentré toda la atención del escrito en la Costa porque debido a los niveles de impunidad en esa zona, se vuelve un espacio proclive para el vertedero de cadáveres.

Post Data II: Un último informe de la fiscalía sonorense, llegado a nuestra sala de redacción, a las 18:32 horas, del domingo 6 de julio, nos reveló que fue capturada la pareja sentimental de la mujer y se tiene indicios de que es el principal responsable de las cuatro ejecuciones.

Si el destino periodístico nos lo permite, les volveré a escribir el jueves próximo. Y seguiremos el profundo análisis de la política sonorense. Gracias por la lectura. Nos reencontraremos cuando usted tenga a su alcance La Siguiente Pregunta. Abrazos y no balazos.       

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