Lorenza Sigala / MO
La tarde del lunes, un nuevo ataque armado volvió a estremecer la colonia Cuatro Olivos, al norte de Hermosillo. Rubén Treviño fue asesinado a balazos en el cruce de las calles Huépac y General Yáñez, justo en el mismo lugar donde días atrás fue ejecutado Rafael Alejandro Romero Carrasco, conocido como “El Boli”, y a escasas cuadras de donde también cayó abatido El Gordo John.
Rubén fue atacado al interior de su vivienda por sujetos armados que, sin mediar palabra, abrieron fuego en su contra. Paramédicos de la Cruz Roja confirmaron que ya no contaba con signos vitales al momento de su arribo.
La ejecución de Treviño se suma a una escalada de violencia en la zona: en menos de dos semanas, tres personas han sido asesinadas a tiros en un radio menor a 100 metros, en ataques que siguen una misma lógica: agresores en vehículos, ráfagas de armas de grueso calibre y víctimas previamente relacionadas entre sí o mencionadas en contextos similares.
Publicación premonitoria
Dos horas antes de su ejecución, Rubén Treviño hizo una publicación en redes sociales que hoy toma otro significado. En su cuenta personal escribió:
“Ya todos saben que casi ningún policía está con ustedes, tengo amparo federal, no resuelto, queja a derechos humanos a un elemento estatal por robo, asociación delictiva, privación de la libertad por 12 días en el Cereso y ando bien”.
La publicación, compartida con aparente tono de desafío, alude directamente a conflictos previos con autoridades, posibles abusos de poder y procesos judiciales pendientes. El mensaje también revela que había sido víctima de privación ilegal de la libertad durante casi dos semanas en un centro penitenciario.
Una zona marcada por la violencia
Con esta ejecución, suman 24 homicidios dolosos en Hermosillo tan solo en lo que va del mes de julio, sin contar a más de 17 personas desaparecidas o “levantadas” en distintos puntos de la ciudad.
La colonia Cuatro Olivos ha sido particularmente afectada: además de la muerte de Rubén Treviño y “El Boli”, se recuerda también el asesinato de “El Gordo John”, ocurrido el pasado 26 de junio frente a su vivienda, la misma que días antes había sido rafagueada por hombres armados.
Los hechos recientes han encendido las alertas entre los vecinos del sector, quienes han denunciado sentirse en el abandono por parte de las autoridades y vivir bajo un clima de miedo constante.
Armas de uso exclusivo del Ejército
En todos los ataques registrados en Cuatro Olivos se han utilizado armas de fuego de alto calibre, incluyendo proyectiles expansivos y cartuchos pertenecientes a calibres restringidos por la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Estos incluyen 9 mm Parabellum y armas largas tipo .223 y 7.62 mm, cuyo uso está limitado a las Fuerzas Armadas.
En los lugares de ataque se han contabilizado decenas de casquillos percutidos, ventanas y rejas destrozadas por proyectiles de gran calibre, y múltiples daños a vehículos estacionados, lo que evidencia la brutalidad de los ataques y el alto poder de fuego de los agresores.
Investigación en curso
Elementos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC), Guardia Nacional, Policía Municipal y Ejército Mexicano mantienen presencia en la zona, donde se han reforzado los patrullajes, aunque hasta el momento no hay detenidos ni líneas claras de investigación reveladas por la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora.
Mientras tanto, la colonia Cuatro Olivos sigue siendo escenario de muerte y miedo, con una sucesión de ejecuciones que, más que hechos aislados, parecen responder a una estructura delictiva más amplia que opera con impunidad y poder de fuego.
Vecinos por su parte exigen respuestas. Las familias lloran. Las víctimas se acumulan. Y el silencio oficial empieza a ser ensordecedor.


