La intensa sequía que afecta al sur de Sonora no solo ha tenido un fuerte impacto en el sector agrícola, sino que también ha golpeado de manera significativa a los productores de ovinos de la región.
La escasez de alimento, la falta de agua y el incremento en los costos de producción han complicado gravemente la actividad ganadera.
Francisco José Siqueiros Borbón, presidente de la Asociación Ganadera de Ovinos del Sur de Sonora, informó que la ovinocultura atraviesa por una temporada particularmente difícil, ya que la mayoría de los productores están en zona agrícola y básicamente se regó con agua de pozo. Sin embargo, no todos los agremiados tienen acceso a este tipo de infraestructura, y en los casos donde sí se cuenta con ella, enfrentan problemas adicionales como la salinidad del agua y los altos costos que implica su extracción y uso.
Esta situación ha deteriorado las condiciones de las praderas, que son la base fundamental para la alimentación del ganado ovino, lo que ha elevado considerablemente los costos de producción y ha puesto en riesgo la viabilidad de muchas unidades productivas.
“Hemos solicitado apoyo para la alimentación del ganado, y gracias a la intervención de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos, Pesca y Acuacultura (Sagarhpa) y de la Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS), logramos obtener sacos de alimento subsidiado al 50 por ciento de su valor. Esta ayuda ha sido fundamental para aliviar, al menos en parte, los efectos de la sequía”, señaló Siqueiros Borbón.
Agregó que, ante este panorama, se están analizando alternativas para hacer frente a futuras contingencias climáticas. Una de las opciones que ya se contempla es la implementación de cultivos forrajeros con menor demanda hídrica, como el nopal forrajero, el cual representa una alternativa viable para mantener la producción ante la escasez de agua.


