Martin Alberto Mendoza
EL TIEMPO
“Mi hija es una muchacha sana que no anda en malos pasos, ni en nada ilícito, por eso pido que la me regresen sana y salva”, dijo Luis Antonio Martínez Gillamadrid.
El angustiado padre de familia fue abordado en el exterior del Centro Integral de Procuración de Justicia a dónde acudió a denunciar la privación ilegal de la libertad de su hija, María Daniela Martínez Rivas, de 26 años
Abordado por reporteros, el afligido jefe de familia dijo que acudió ante el Ministerio Público para demandar la intervención de las autoridades investigadoras.

Reiteró que su hija es una joven completamente sana y no tiene problemas con nadie, como para que existiera un motivo para que se la llevaran.
Ella salió, relató, como a las diez de la noche de su trabajo en conocido supermercado y al llegar a su hogar se cambió de ropa argumentando que iba a salir a cenar con unos amigos.
“Y, hasta donde se fue a un puesto de hotdogs que se localizan en Jalisco y CTM donde está una persona que le dicen “El Chapo”, agregó.
Estaba en una mesa con tres o cuatro amigos cenando y eran entre las diez y media y once de la noche, añadió.

Repentinamente por la acera oriente de la Jalisco, por donde está el puesto de hotdogs, sobre la Jalisco de sur a norte se estacionó un carro sedan de color gris.
Destacó que en ese momento “El Chapo hotdoguero” les preguntó que si habían pedido un Uber al notar la presencia del misterioso vehículo.
En ese momento, indicó, que bajaron dos tipos no identificados y se dirigieron a María Daniela llevándosela a la fuerza.
“Dicen que los sujetos traían pistolas y que tras obligarla a subir al carro se la llevaron por la Jalisco al norte”, expresó Luis Antonio, casi al borde de las lágrimas.
Y resaltó: “mi hija es muy miedosa para andar hasta en la calle, por eso insisto que ella no anda mal y les pido me la devuelvan”.

Martínez Gillamadrid, abundó: “el Ministerio Público ya nos dijo a mí y mi hija que me acompañó a hacer la denuncia que van a investigar a los amigos que estaban con Daniela”.
“También vamos a revisar a ver quién tiene videocamaras en sus negocios que nos puedan apoyar con las imágenes, porque nos urge conseguirlas”.
Al término de la entrevista, el padre de familia alterado emocionalmente por la desesperación y angustia soltó en llanto.
Luego regresó a las oficinas del Ministerio Público, donde la hija que lo acompañaba estaba rindiendo su declaración en torno a este impactante suceso.


