Lorenza Sigala
La violencia sexual contra niñas y niños en Sonora dejó de ser una cifra oculta para convertirse en un problema que demanda acciones urgentes desde la vía legal. Así lo expuso el doctor Jorge Pesqueira Leal, presidente de la Comisión de Protección y Asistencia del Menor, al revelar un caso que sintetiza la crudeza de esta realidad.
“Una madre vende a su hija de 6 años para convertirla en objeto sexual, después la rescata su padre biológico y también la abusa. La realidad rebasa la ficción”, narró.
El abogado explicó que esta problemática se refleja en todo el país, pero con mayor fuerza en las zonas fronterizas. “La frontera de Sonora es donde tenemos la mayor problemática de abuso y explotación infantil en el estado, y esto tiene que ver con el turismo sexual y con la operación de redes que aprovechan la vulnerabilidad de la niñez”, advirtió.
Ante este panorama, Pesquera subrayó que es urgente fortalecer el marco jurídico estatal. Propuso elevar la edad mínima de consentimiento sexual de 12 a 15 años y generar materiales educativos que permitan a niñas y niños identificar situaciones de abuso. “No basta con visibilizar, hay que dotar de herramientas legales y sociales para protegerlos”, sostuvo.
El caso expuesto no es un hecho aislado, sino un espejo de una realidad que durante décadas se mantuvo en silencio. Hoy, Sonora enfrenta el reto de transformar la indignación en leyes efectivas que garanticen lo esencial: una infancia libre de violencia.


