REDACCIÓN / El Tiempo
TIENEN GANADEROS ESPERANZA EN QUE PRONTO SE REABRA LA FRONTERA A EXPORTACIONES
El optimismo expresado por Juan Carlos Ochoa Valenzuela, presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS), sobre la posible reapertura de la frontera para la exportación de ganado entre noviembre y diciembre, refleja tanto la esperanza del sector como la complejidad del proceso. Tras meses de restricciones, los ganaderos ven en este posible acuerdo una oportunidad para reactivar una de las actividades económicas más sólidas del estado, pero también saben que la reapertura no dependerá únicamente de la voluntad política, sino del cumplimiento estricto de los estándares sanitarios exigidos por Estados Unidos. Con alrededor de 100 mil cabezas de ganado listas para exportar y 300 mil más en el próximo ciclo, Sonora enfrenta el reto de demostrar que su estatus zoosanitario sigue siendo confiable. Ochoa Valenzuela acierta al insistir en reforzar las medidas sanitarias, pues el prestigio del hato sonorense es resultado de décadas de disciplina y cooperación entre productores y autoridades. La reapertura, si se concreta, no solo significará la recuperación de un mercado, sino también la validación de la calidad y la responsabilidad con la que Sonora ha manejado su producción ganadera.
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA EN ESPERA DE COBIJO PRESUPUESTAL
En plena temporada de solicitudes presupuestales, una de las primeras proviene del presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Rafael Acuña Griego, quien plantea un incremento del 16% para el próximo año. La petición no es caprichosa: el Poder Judicial enfrenta el reto de implementar la Reforma de Procedimientos Civiles, lo que implica infraestructura, tecnología y personal especializado. Sin embargo, el dilema de siempre vuelve a aparecer: la famosa “cobija” presupuestal es la misma y debe cubrir todas las áreas esenciales del gobierno. En tiempos de limitaciones financieras y prioridades sociales urgentes, la asignación de recursos se convierte en un ejercicio de equilibrio político más que de planeación técnica. Lo cierto es que la justicia requiere recursos para modernizarse, pero también transparencia y eficiencia en su gasto. La discusión presupuestal de este año será, como cada diciembre, un termómetro de prioridades: entre la necesidad legítima de fortalecer instituciones y la realidad de un presupuesto que nunca alcanza para todos.
ACUSACIONES CRUZADAS Y DESGASTE POLÍTICO EN TAMAULIPAS
La denuncia presentada por Ismael García Cabeza de Vaca contra el gobernador Américo Villarreal Anaya por presunto desvío de recursos públicos profundiza la polarización política en Tamaulipas, un estado que no ha logrado sacudirse las pugnas partidistas ni los señalamientos de corrupción. Respaldado en investigaciones periodísticas, el diputado acusa al mandatario de utilizar fondos destinados a programas sociales para fines electorales, una imputación que, de comprobarse, sería grave; sin embargo, también es innegable que este tipo de denuncias suelen presentarse en contextos de rivalidad política intensa, donde el objetivo es tanto jurídico como mediático. Villarreal, por su parte, enfrenta el reto de responder con transparencia y no con descalificaciones, pues el desgaste institucional afecta no solo a su gobierno, sino a la confianza ciudadana en la función pública. La sociedad tamaulipeca, acostumbrada a los enfrentamientos entre facciones, merece que las acusaciones se aclaren con pruebas y no con discursos. La rendición de cuentas debe prevalecer sobre la revancha política, porque solo así se podrá restaurar la credibilidad en un estado que ha pagado caro el precio de la confrontación y la desconfianza.
JUGADA ESTRATÉGICA DE TRUMP PRÓRROGA A LOS ARANCELES
La decisión del presidente Donald Trump de extender la prórroga para imponer nuevos aranceles a México es, más que un gesto de buena voluntad, una jugada estratégica que combina pragmatismo económico con cálculo político. Al destacar la “buena cooperación” fronteriza, Trump busca proyectar control y eficacia en materia migratoria mientras mantiene abierta la posibilidad de usar los aranceles como herramienta de presión. El acuerdo anunciado, que incluye mayores compromisos de México en vigilancia fronteriza y control de mercancías asiáticas, refuerza el papel del país como filtro migratorio y comercial para Estados Unidos. Sin embargo, la prórroga también deja claro que la relación bilateral sigue marcada por un delicado equilibrio: México busca estabilidad económica bajo el marco del T-MEC, mientras Washington continúa utilizando la amenaza de los aranceles como instrumento de negociación. En un contexto electoral estadounidense, donde la política migratoria y comercial son banderas recurrentes, este aplazamiento no disipa la tensión, solo la administra. La verdadera prueba vendrá en 2026, cuando Trump decida si premia la cooperación o reaviva el discurso del castigo económico para reafirmar su poder negociador.
ENDEUDAMIENTO NACIONAL EN EL CENTRO DEL DEBATE POLÍTICO
La aprobación en el Senado de una deuda interna de 1.8 billones de pesos, con el respaldo de la bancada de Morena, vuelve a colocar el tema del endeudamiento nacional en el centro del debate político. Mientras el senador Ricardo Anaya acusa al oficialismo de llevar al país a niveles históricos de deuda —más de 20 billones de pesos, según sus cálculos—, los legisladores morenistas defienden la medida como un instrumento necesario para sostener programas sociales y proyectos de infraestructura. La confrontación verbal entre Anaya y figuras como Félix Salgado Macedonio o Manuel Huerta Ladrón de Guevara revela, más que una discusión técnica, un pulso ideológico sobre el modelo económico del país. En el fondo, ambos bandos apelan a narrativas simbólicas: unos hablan de “irresponsabilidad fiscal”, otros de “deuda moral con el pueblo”. Sin embargo, más allá del discurso, lo que está en juego es la sostenibilidad de las finanzas públicas y la confianza en la gestión del gasto. La deuda puede ser una herramienta de desarrollo o una carga intergeneracional, dependiendo de cómo y en qué se use. En tiempos de polarización, México necesita menos consignas y más rendición de cuentas sobre cada peso que se decide pedir prestado.


