La economía mexicana enfrenta riesgos importantes que amenazan su crecimiento, especialmente por la evolución de la relación comercial con Estados Unidos, principal socio de México, y un posible debilitamiento adicional de la actividad petrolera, advirtió el análisis de Estudios Económicos de Banamex.
El reporte destaca que, existen otros elementos que podrían incentivar el crecimiento, como un posible mayor dinamismo de la economía estadounidense, así como mayor resiliencia del consumo y la inversión privada en México.
“Estimamos que las exportaciones se mantendrán como un motor de la actividad, si bien con una contribución ligeramente menor en 2026 por un menor dinamismo del PIB y las manufacturas de Estados Unidos”, destaca el reporte.
Durante el tercer trimestre del año, el PIB cayó 0.3% trimestral con cifras desestacionalizadas, de acuerdo con la estimación oportuna del Inegi, es la primera caída desde 2020.
A pesar de la caída de la economia, Banamex mantuvo sus expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México, el cuál estima que crecerá 0.4% en 2025 y 1.5% en 2026, manteniéndose tres años consecutivos por debajo del promedio histórico (2000-2018) de 1.9%.
El banco señala que la economía mexicana se ha desacelerado desde finales de 2023, pese a cierta mejora en la actividad económica durante el último trimestre. La debilidad en el sector industrial, particularmente en construcción y manufacturas, provocó incluso una contracción en el tercer trimestre de 2025.
VIVE ETAPA DE ESTANCAMIENTO
La economía mexicana mostró una contracción de 0.3% durante el tercer trimestre del año, lo que confirma una etapa de estancamiento en la actividad productiva que podría prolongarse o incluso agravarse, advirtió Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base.
“No pensamos que México caiga en recesión, sino en un estancamiento prolongado por un bajo crecimiento económico. En 2026 puede repuntar 1.07%, pero estamos viendo que caen las remesas familiares, que el gobierno recorta el gasto en infraestructura y las transferencias del gobierno también vemos una caída”, señaló Siller.
En videoconferencia de prensa, Gabriela Siller explicó que los indicadores de consumo y producción muestran debilidad estructural, afectada por una combinación de factores internos y externos. Entre ellos, destacan la desaceleración del consumo privado, la menor llegada de remesas, y la reducción del gasto público en inversión.
Siller subrayó que, aunque no se anticipa una recesión técnica, el país podría enfrentar un periodo prolongado de bajo crecimiento, caracterizado por debilidad en la demanda interna y limitada generación de empleos formales.
De acuerdo con Banco Base, el repunte previsto para 2026, con un crecimiento de apenas 1.07%, no sería suficiente para revertir la tendencia actual, por lo que recomendó mantener políticas que incentiven la inversión y fortalezcan el mercado interno.


