Martín alberto Mendoza

SE MANTIENE CUOTA DE SANGRE EN CAJEME CON UN HOMICIDIO POR DÍA HASTA EL MOMENTO; SIN EMBARGO, HAY TEMOR QUE EN CUALQUIER INSTANTE TENGAMOS OTRO “PICO HISTÓRICO” COMO EL DEL 15 DE OCTUBRE CON SIETE CRÍMENES EN MENOS DE CUATRO HORAS; CRIMINALES SIGUEN DESVIVIENDO GENTES A TODAS HORAS; POR ELLO, ES FALSO CON TODAS SUS LETRAS QUE SE ERRADICÓ LA VIOLENCIA DE CAJEME; MUCHO SE HA INSISTIDO EN QUE NADIE PUEDE CONFIAR DE QUE NO OCURRE NADA Y QUE ÉPOCAS ACIAGAS QUEDARON ATRÁS; EN ESA CRUDA REALIDAD PERCIBIMOS Y CON CLARA EVIDENCIA QUE EN NINGÚN SITIO NADIE A ESTÁ A SALVO DE ASESINOS QUE EN LAS ÚLTIMAS SEMANAS HAN CONSUMADO ATROCIDADES EN ESPACIOS CREADOS PARA DISFRUTAR DE SOLAZ ESPARCIMIENTO; NO HAY UN COMPROMISO REAL DE LOS UNIFORMADOS Y A SUS MANDOS SUPERIORES PARECE QUE SE LES OLVIDÓ QUE LA DIGNIDAD SE DEMUESTRA CON HECHOS Y NO SOLO CON PALABRAS, PROMESAS Y FALSOS DISCURSOS QUE NADIE CREE; CLAUDIO CRUZ HERNÁNDEZ SE HA CONVERTIDO EN EL REFLEJO MÁS CLARO DE AUTORIDAD QUE PERDIÓ EL PULSO DE LA REALIDAD; SU PRESENCIA AL FRENTE DE LA SEGURIDAD PÚBLICA DE CAJEME NO SE TRADUCE EN RESULTADOS, SINO EN DESCONFIANZA Y DESORDEN; SE LE VE MÁS PREOCUPADO POR LA IMAGEN QUE POR LA ESTRATEGIA, MÁS ATENTO A JUSTIFICAR CIFRAS QUE A CONSTRUIR SOLUCIONES; LAS CALLES SIGUEN IGUAL DE PELIGROSAS, LAS COLONIAS IGUAL DE ABANDONADAS Y GENTE IGUAL DE TEMEROSA; MIENTRAS QUE DESDE HACE 2 AÑOS FISCALÍA ESTATAL NO PASA POR MEJOR MOMENTO; ESTRUCTURA QUE ALGUNA VEZ DIO RESULTADOS SE VINO ABAJO ENTRE SOBERBIA Y LA FALTA DE RUMBO; HOY, LO QUE ANTES FUE UN CUERPO JURÍDICO SÓLIDO SE CAE ENTRE DECISIONES TORPES Y MANDOS QUE CONFUNDEN AUTORIDAD CON PREPOTENCIA; MÁS DE 300 MIL CARPETAS DE INVESTIGACIÓN MUESTRA MÁS CLARA DE COLAPSO INSTITUCIONAL

DICEN muchos que la vida es un suspiro y en el momento esperado se termina y, más cuando las personas enfrentan graves condiciones de salud derivadas de súbitas adversidades, como le sucedió minutos antes de las 12:00 horas del mediodía del lunes a un individuo ampliamente conocido como “El Chana”, en colonias Esperanza Tiznado y Los Presidentes. Se hallaba en aparente tranquilidad bajo la sombra de un mezquite en un parque público, cuando llegaron dos desconocidos; uno de ellos le disparó al menos en cuatro ocasiones con una pistola calibre 5.7 milímetros, de las llamadas “matapolicías”. Lo dejaron gravemente herido por lo que al intervenir cuerpos de emergencia y policíacos fue llevado al hospital IMSS Bienestar. Y, minutos después de las 9 de la noche el hombre identificado como Víctor Obed, de 30 años expiró al no superar las lesiones sufridas. Su muerte se convirtió en el tercer homicidio de noviembre. De esta forma, la violencia cobró otra víctima, en un entorno en el que parecía que prevalecía la paz y tranquilidad, pero lamentablemente esta se ha vuelto cíclica e inesperada, aunque está presente. En tanto que en la colonia Libertad, como dice ahora la Presidente de la República, Claudia Sheinbaum, desvivieron a Brandon “El Tuti”, de 20 años, en punto de las 3 de la tarde del martes, para así continuar con la cuota diaria de sangre y el ejecutometro se movió a cuatro en igual número de días. Lo dejaron tendido en medio de la Río Moctezuma ante la pasmada mirada de transeúntes y conductores de vehículos que en ese instante transitaban por esa vialidad. Lo inmolaron de cuatro balazos calibre 40 milímetros, de acuerdo a las evidencias aseguradas por peritos en criminalística de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE)…POR ELLO, es falso con todas sus letras que se erradicó la violencia de Cajeme. Mucho se ha insistido en que absolutamente nadie se puede confiar de que no ocurre nada y que los tiempos aciagos quedaron atrás. No es cierto. Es una auténtica patraña en la exacta dimensión de la realidad en que vivimos. Es muy fácil mentir. Eso de que la época hostil quedó atrás es solo una simulación que con espurio énfasis pregonan los operadores policíacos. Solo habría que recordar la tarde y noche del miércoles 15 de octubre pasado, cuando los generadores de violencia en poco menos de cuatro horas acabaron con la vida de siete personas; cuatro mujeres y tres hombres. Está demás decirlo, pero las autoridades en realidad solo son un espejismo. Es tanta la pasividad e indiferencia de todos los órdenes de gobierno que el crimen actúa con absoluta libertad, ante una desesperada y temerosa sociedad que no se cansa de preguntar hasta cuándo va a terminar este sacrificio de vidas y el derramamiento de sangre, debido a que ninguna estrategia funciona y en las calles se advierte una ausencia total del Estado. Contrario a ello, predominan justificaciones y excusas, pero ninguna tiene cabida en esos huecos que se intentan llenar sin una respuesta eficaz, mientras la impotencia y el silencio se imponen en la sobrevivencia de la población. Así que nada de que hoy estamos mejor que ayer, porque para empezar la coordinación entre cuerpos policíacos e instituciones armadas es inexistente y como la dijimos días atrás lo que único que observamos visiblemente al igual que la comunidad es por un lado la opacidad en el desempeño de la Fiscalía del Estado y la impunidad con que actúan generadores de violencia a la hora que les venga en gana con semejante deliberación…EN ESA CRUDA realidad percibimos y con clara evidencia que en ningún sitio nadie está a salvo de los criminales que en las últimas semanas han consumado atrocidades en espacios creados para disfrutar de solaz esparcimiento, como sucedió en los parques públicos de la Esperanza Tiznado, colonia Alameda de Cócorit y por igual en las Espigas. Por doquiera existe un vacío de autoridad y solo vemos como corre la sangre lo mismo de hombres que de mujeres y adolescentes, porque ya ni en eso hay consideraciones de los especímenes, que continúan aprovechando que las tácticas de seguridad se han vuelto rutinarias y cada vez menos se les detiene.  No hay un compromiso real de los uniformados y a sus mandos superiores parece que se les olvidó que la dignidad se demuestra con hechos y no solo con palabras, promesas y espurios discursos que ya nadie cree. Claudio Cruz Hernández se ha convertido en el reflejo más claro de una autoridad que perdió el pulso de la realidad. Su presencia al frente de la seguridad pública de Cajeme no se traduce en resultados, sino en desconfianza y desorden. Se le ve más preocupado por la imagen que por la estrategia, más atento a justificar cifras que a construir soluciones. Las calles siguen igual de peligrosas, las colonias igual de abandonadas y la gente igual de temerosa. El uniforme pesa cuando no hay liderazgo, y eso hoy se nota más que nunca. Lo que ocurre en Cajeme no es casualidad, es consecuencia. La falta de mando, de operación y de inteligencia policial tiene nombre y rostro. Claudio Cruz llegó prometiendo cambios, pero lo único que cambió fue la forma de disfrazar la incompetencia. Mientras tanto, la violencia avanza y los delincuentes celebran. Porque cuando el jefe se dedica a simular, los demás aprenden rápido a sobrevivir en el mismo teatro. Solo habría que recordar que el próximo 21 de enero cumplirá cuatro años de fracaso. El cargo le ha quedado muy grande como sucedió con Cándido Tarango Velázquez que dejó una estela de muerte jamás antes registrada en los anales históricos de Cajeme. Hablar de más de mil 600 homicidios en tres años es un genocidio nunca antes vivido en una tierra de trabajo y rumbo seguro, como decía el slogan en una administraciones del dos veces alcalde, Jesús Félix Holguín, a quien sin afán de caer en zalamería hay que reconocerle que siempre mostró capacidad para darle dirección y sentido al tema de la seguridad pública y, como no, si fue respaldado por don Jesús Estrada Medina (QEPD), uno de los mejores jefes policíacos respetuoso de los derechos humanos pese a que siempre se mostró reacio. Pero, nunca se dejó corromper por ningún delincuente. Esa es la gran diferencia cuando el compromiso está del lado de la sociedad con una transparencia a toda prueba. Seguro estoy que no existe un solo policía que haya trabajado bajo las órdenes de Estrada Medina que diga lo contrario…OTRO QUE de plano tampoco ha dejado constancia de capacidad de trabajo es el director operativo, Erick Gabriel Campos González, quien el 19 de enero del 2026 estará llegando a dos años al frente de ese cargo y de plano no ha figurado en un solo operativo que él mismo haya encabezado por lo que no convence a nadie. Es tiempo que las demandas ciudadanas sean escuchadas y hagan los movimientos necesarios. Hay que recalcar que la gente no pide milagros solo resultados. La confianza está rota, la autoridad debilitada y la esperanza al límite. Ya tuvieron tiempo de defender el honor con hechos y no con palabras, tras haber jurado servir al pueblo. Sin duda que uno de los actos de dignidad sería su renuncia y al menos se irían con la frente en alto, aun cuando su desempeño no sea congruente con el compromiso que prometieron cumplir…MIENTRAS que desde hace dos años la Fiscalía de Sonora no pasa por su mejor momento. La estructura que alguna vez dio resultados se vino abajo entre la soberbia y la falta de rumbo. Hoy, lo que antes fue un cuerpo jurídico sólido se desmorona entre decisiones torpes y mandos que confunden autoridad con prepotencia. Más de 300 mil carpetas de investigación son la muestra más clara del colapso institucional. No se trata de falta de recursos, sino de falta de capacidad. Los ministerios públicos nuevos carecen de preparación, de vocación y de honestidad, y eso se nota en cada audiencia, en cada caso mal integrado, en cada víctima que se queda esperando justicia. La Fiscalía dejó de ser la casa del derecho para convertirse en un edificio de ego y simulación y esto lo sabe Gustavo Rómulo Salas Chávez. Muchos de los que le daban vida y eficacia renunciaron cansados del desprecio y de la falta de liderazgo. Hoy, los pasillos huelen a derrota y a miedo…Luego abundamos, Dios mediante.

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