Jesús Palomares / MO
Álamos, Sonora.- A tres meses de la toma de las oficinas regionales del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) en San Bernardo, la presencia este lunes de contingentes de gobernadores tradicionales de diversas comunidades generó momentos de tensión entre grupos de la etnia guarijío. Sin embargo, el encuentro derivó en un diálogo que permitió evitar mayores conflictos, informó vía telefónica Héctor Zayla Enríquez, gobernador tradicional de Makurawe.
Explicó que los gobernadores acudieron con la intención de retirar a los manifestantes, aun cuando, dijo, la resolución del conflicto corresponde al director nacional del INPI y no a autoridades tradicionales locales.
“Ahorita llegó un contingente de varios gobernadores para querer quitar a estas gentes, cuando esta gente ya no depende de ellos, sino del mismo director nacional para solucionar el problema”, señaló.
El gobernador tradicional destacó que, pese al ambiente inicial, los grupos lograron llegar a acuerdos y se estableció una reunión para el próximo miércoles, con el fin de revisar la situación y definir los siguientes pasos. “Se propició una reunión y ya se fueron tranquilamente; no pasó a mayores”, comentó.
Los manifestantes cumplen ya tres meses en el lugar, solicitando que se atiendan 13 acuerdos del Plan de Justicia Guarijío, los cuales , aseguran, no han tenido un avance claro por parte de las autoridades federales.
Zayla atribuyó la prolongación del plantón “a la falta de atención” y recordó que la toma fue el último recurso para visibilizar sus demandas.
Entre las demandas se encuentran vivienda, caminos artesanales, pavimentación, recuperación de territorio ancestral, un tianguis turístico, permisos de pesca en la Presa Pilares, agua potable, albergues, centros de salud, ambulancias y un estadio deportivo funcional.


