Por Lorenza Sigala
Hermosillo, Sonora.- Dulce tiene 16 años y un gesto tímido que contrasta con la firmeza de sus palabras. Esta mañana, mientras coloca tiras de papel de colores sobre el molde de cartón, cuenta que nunca había estado en un lugar así. Dice que llegó hace apenas unas horas.
“Me llamo Dulce y tengo 16”, se presenta con educación suave. Fue detenida en un parque porque, según admite y sin rodeos, “me agarraron en un parque fumando y tomando”. Ahora participa en un taller de elaboración de piñatas como parte del seguimiento que reciben adolescentes que cometieron faltas administrativas.
Aunque es nueva en este proceso, Dulce reconoce que lo que está viviendo no le parece una pérdida de tiempo. “Sí, porque pues de algo nos va a servir, como disciplina o para aprender a hacer piñata”, comenta mientras se limpia las manos llenas de engrudo. Estudia la preparatoria y es vecina de la colonia Ley 57; dice que estas actividades ayudan a “agarrar el rollo”.
A unos metros, Marta Gabriela Yunue Flores Contreras, titular de la Unidad municipal de medidas para adolescentes (UMPAM) compañía de agentes policiales femeninos y masculinos. supervisa los materiales y orienta a los muchachos.
Explica que la actividad forma parte del seguimiento a 30 adolescentes, de entre 14 y 17 años, que en meses recientes fueron detenidos por escandalizar en la vía pública, andar bajo los efectos de drogas o participar en riñas.
“El día de hoy estamos trabajando como seguimiento con 30 adolescentes que cometieron faltas administrativas, y como iniciativa del personal hicimos este taller de elaboración de piñatas”, detalla. La instructora forma parte del equipo de Un PAN, y las piñatas que elaboren no serán para ellos: serán donadas al desayunador Unidos por Miguel Alemán.
Además, junto con las piñatas, entregarán 120 kilos de frijol reunidos en la inscripción del torneo anual de fútbol. “Hace aproximadamente cinco años realizamos esta actividad por primera vez y fue muy gratificante para nuestros jóvenes; por eso decidimos retomarla”, agrega Marta Gabriela.
Los materiales fueron aportados por Papelería Dani, que se sumó al proyecto. La idea va más allá de hacer figuras de cartón; se trata de que adolescentes de distintas colonias convivan, colaboren y se escuchen entre sí. “Trabajamos valores como responsabilidad y trabajo en equipo, porque son jóvenes que no se conocen entre sí, pero aquí se unen para hacer sus piñatas”, explica.
Cada uno elaborará una: 30 en total. Y aunque ya cumplieron con servicio comunitario, asistencia al Centro de Integración Juvenil o al área de psicología, este seguimiento busca reforzar procesos de reinserción mediante actividades formativas.
Dulce regresa a su mesa. No agrega más, dice que no tiene nada que añadir. Sin embargo, su presencia, su disposición y la forma en que acomoda las tiras de papel sobre el globo parecen decirlo todo: que a veces, un pequeño espacio creativo puede ser un primer paso para entenderse mejor a sí misma y al mundo que la rodea.


