Redacción / El Tiempo
RÉCORD DE EMPLEO FORMAL
El nuevo récord histórico de 22 millones 837 mil 768 empleos formales registrados ante el IMSS al cierre de noviembre confirma un momento económico favorable para México, y es comprensible que Claudia Sheinbaum y su gobierno lo destaquen como prueba de estabilidad y avance; sin embargo, detrás de las cifras también persisten desafíos estructurales que no pueden pasarse por alto. El crecimiento de 599 mil empleos durante 2025 y el aumento del 7% en el salario base de cotización son señales positivas, lo mismo que la mayor participación de mujeres en el mercado laboral, pero estos datos conviven con brechas regionales, sectores rezagados y una informalidad que aún supera los 30 millones de personas fuera de las protecciones laborales. Si bien el aumento al salario mínimo para 2026 apunta a mejorar la distribución de la riqueza, también exige políticas que acompañen a las pequeñas y medianas empresas para evitar efectos adversos. El país celebra un récord legítimo, pero la verdadera fortaleza económica no se mide solo por la cantidad de empleos, sino por su calidad, estabilidad y capacidad para sostenerse ante un entorno global incierto. Los números importan, sí, pero más importa que este impulso no termine siendo un logro aislado.
EXCLUSIÓN EMPRESARIAL QUE DEBILITA A LOS MUNICIPIOS
La queja pública de las cámaras empresariales en Sonora revela una falla elemental en la gobernanza municipal: la incapacidad —o falta de voluntad— de los ayuntamientos para cumplir con la ley que reconoce a Canaco, Canacintra y Canirac como órganos obligatorios de consulta. Tres años sin convocatorias no es una omisión menor, es una señal de ruptura en la comunicación con quienes generan empleo, inversión y conocimiento directo sobre la dinámica económica local. Que Gustavo Cárdenas García, presidente de Canaco Ciudad Obregón, deba anunciar el envío de oficios para ‘exigir’ que se respete una obligación legal habla no solo de desatención, sino de gobiernos municipales que toman decisiones presupuestales y programáticas sin escuchar a quienes pueden anticipar efectos y proponer soluciones. Los ayuntamientos parecen olvidar que el desarrollo económico no se decreta, se construye en diálogo, y Cajeme es ejemplo claro de lo que ocurre cuando se prescinde de la visión empresarial: decisiones desalineadas, oportunidades perdidas y un clima adverso para la inversión. Las cámaras no buscan confrontación, sino articulación. Si las autoridades municipales no corrigen esta omisión, no solo incumplen la ley: renuncian a la posibilidad de recuperar la confianza y avanzar con una estrategia económica realmente consensuada.
UN AUDIO QUE REAVIVA LA BATALLA POLÍTICA POR LOS PRESUPUESTOS ESTATALES
La filtración del presunto audio donde Luisa María Alcalde instruiría a diputados locales de Morena a rechazar los presupuestos de nueve estados gobernados por la oposición vuelve a encender el debate sobre la utilización política de los recursos públicos y el deterioro de la relación entre gobiernos estatales y el partido en el poder. Más allá de su autenticidad —que deberá esclarecerse—, el contenido expone una estrategia que, de confirmarse, convertiría los presupuestos estatales en moneda de intercambio para castigar a quienes votaron contra el proyecto federal. La denuncia hecha en tribuna por la diputada priista Sughey Torres muestra que la confrontación ya no se libra solo en el Congreso de la Unión, sino que se ha extendido a los congresos locales, donde las tensiones partidistas amenazan con alterar la aprobación de recursos esenciales para la operación de los estados. Resulta preocupante que una herramienta constitucional como el presupuesto se use como mecanismo de presión política, lo que debilita la confianza ciudadana y mina la autonomía de los congresos estatales. En un país que enfrenta enormes desafíos económicos y sociales, convertir las finanzas públicas en un campo de batalla ideológica no solo es irresponsable: es un riesgo directo para la gobernabilidad y el federalismo.
TRUMP Y LA AMENAZA QUE MÉXICO NO PUEDE IGNORAR
La reciente declaración de Donald Trump, quien aseguró que ‘lo haría’ cuando se le preguntó si consideraría usar fuerza militar contra objetivos del narcotráfico en México y Colombia, no es solo una provocación diplomática: es un recordatorio crudo de cómo el discurso estadounidense puede tensar, en segundos, la relación bilateral construida durante décadas. Trump ha hecho de la mano dura un sello político, pero esta vez coloca a México en una encrucijada peligrosa. Hablar de incursiones militares en territorio mexicano implica romper con la cooperación histórica, desconocer la soberanía nacional e introducir una narrativa intervencionista propia del siglo pasado. México tiene problemas reales de violencia y crimen organizado, pero ningún país puede permitir que otro decida unilateralmente cuándo y dónde ‘operar’. Las amenazas de Washington, además, coinciden con una estrategia de política exterior que busca reconfigurar el papel global de Estados Unidos desde un enfoque de fuerza y presión. Frente a ello, México debe actuar con inteligencia diplomática, firmeza y unidad interna. Las declaraciones de Trump no deben ser subestimadas: son un anticipo del tipo de tensiones que podrían marcar la relación bilateral y un llamado urgente a reforzar capacidades nacionales sin depender del humor —ni del músculo— del vecino del norte.
ALIANZA EN TERAPIA INTENSIVA: EL VERDE PONE A PRUEBA EL LIDERAZGO DE MORENA EN ZACATECAS
La advertencia lanzada por el Partido Verde en Zacatecas no es un simple berrinche político: es una señal clara de que la coalición gobernante enfrenta fisuras que ya no se pueden disimular. Que el PVEM ‘amague’ con romper su alianza con Morena justo después de un evento encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum revela el tamaño del desencuentro y el desgaste acumulado. El Verde percibe que Morena ha quedado atrapado entre sus propios conflictos internos —particularmente la guerra de los hermanos Monreal y los candados legales que complican a Saúl— y ve un espacio para posicionarse, incluso para disputar la gubernatura. No es casualidad que figuras del partido como Carlos Puente suenen con más fuerza, ni que liderazgos nacionales del PVEM estén impulsando perfiles propios en otros estados. El mensaje es inequívoco: el Verde ya no está dispuesto a ser un socio subordinado. Morena, por su parte, debe leer este desafío con seriedad. La coalición ha sido clave para mantener control territorial, y perder Zacatecas sería un golpe político y simbólico.



