Martín alberto Mendoza Salazar
LAMENTABLEMENTE LA VIOLENCIA SE NORMALIZA EN EL MUNICIPIO; YA NO HAY SOBRESALTOS, SOLO RUTINA EN LA TRAGEDIA; LO QUE ANTES ESTREMECÍA HOY APENAS PROVOCA UN SUSPIRO RESIGNADO; LOS DISPAROS EN LA NOCHE O EN LA MADRUGADA PRÁCTICAMENTE NO HACEN SALIR A NADIE DE SUS CASAS; LAS SIRENAS SE ESCUCHAN Y SE ASUME COMO PARTE DEL PAISAJE SONORO DE UNA CIUDAD QUE APRENDIÓ A SOBREVIVIR SIN ESPERANZA; NADIE SE ASOMBRA PORQUE EL MIEDO YA NO GRITA: SE VOLVIÓ PARTE DEL AIRE; Y ESE SILENCIO, EL MÁS PELIGROSO DE TODOS, ES EL QUE MANTIENE VIVA LA IMPUNIDAD; ES DIFÍCIL NO DECIR QUE EN CAJEME LAS NOCHES SIGUEN MARCADAS POR BALACERAS, HERIDOS Y MUERTOS; EL DISCURSO OFICIAL INSISTE EN QUE TODO ESTÁ “BAJO CONTROL”; LA NOCHE DEL JUEVES FUE MUESTRA DE ELLO ALREDEDOR DE LAS 20:40 HORAS SE REPORTARON DETONACIONES DE ARMA DE FUEGO EN LA COLONIA MÉXICO; UN HOMBRE FUE BALEADO; MINUTOS DESPUÉS CERCA DE LAS 21:40 HORAS UN JOVEN QUE CIRCULABA EN MOTOCICLETA FUE ATACADO A BALAZOS EN EL CRUCE DE GOLFO DE TEHUANTEPEC Y PARÍS EN LA COLONIA PRADOS DEL TEPEYAC; AFORTUNADAMENTE, POR NO DECIR QUE MILAGROSAMENTE EL MUCHACHO RESULTÓ CON LESIONES MENORES; POR FORTUNA NINGUNA BALA LO IMPACTÓ DIRECTAMENTE PRESENTANDO SOLO RASPADURAS EN BRAZOS Y CUERPO; EN SU HUIDA DEJÓ LA MOTOCICLETA ENCENDIDA. RESIDENTES DEL SECTOR SOLO ATINARON EN DECIR QUE SE ESCUCHARON DETONACIONES; AL LLEGAR POLICÍAS ESTATALES LOCALIZARON DISPERSOS VARIOS CASQUILLOS PERCUTIDOS, CALIBRE 7.62X.39 MILÍMETROS DISPARADOS CON “CUERNO DE CHIVO”; MÁS TARDE, AL FILO DE LAS 22:40 HORAS UN INDIVIDUO FUE PRIVADO DE LA VIDA AL INTERIOR DE UN DOMICILIO EN LA MATÍAS MÉNDEZ; UN HECHO MÁS QUE SE SUMA A UNA ESTADÍSTICA QUE YA PARECE RUTINA Y, AUN ASÍ, SE PRETENDE INSTALAR LA IDEA DE QUE NO PASA NADA; SE REQUIERE DE UN GOLPE SIMILAR AL OCURRIDO EN HERMOSILLO
TAL Y COMO ya se ha expuesto aquí, la violencia se normaliza en el municipio. Ya no hay sobresaltos, solo rutina en la tragedia. Lo que antes estremecía hoy apenas provoca un suspiro resignado. Los disparos en la noche o en la madrugada prácticamente no hacen salir a nadie de sus casas. Las sirenas se escuchan y se asume como parte del paisaje sonoro de una ciudad que aprendió a sobrevivir sin esperanza. Las familias adelantan la noche, los jóvenes evitan las calles, los negocios cierran temprano. Nadie se asombra porque el miedo ya no grita: se volvió parte del aire. Y ese silencio, el más peligroso de todos, es el que mantiene viva la impunidad. Es difícil no decir que en Cajeme las noches siguen marcadas por balaceras, heridos y muertos, el discurso oficial insiste en que todo está “bajo control”. La percepción oficial pareciera estar muy apartada de la dolorosa realidad, suenan cada vez más distantes del sentir social y, para muchos, insensibles ante el dolor de las familias que amanecen con una ausencia. No se trata de comparar cifras ni de maquillar realidades, sino de reconocer que la violencia no se ha ido: se ha normalizado. Minimizarla desde el poder no la reduce; sólo profundiza la desconexión con una ciudadanía que exige empatía, presencia y responsabilidad…RESULTA inconcebible que las autoridades municipales vean una realidad distinta a la que vive la sociedad y no tengan el pulso del sentir ciudadano ni alcance a dimensionar el dolor que significa amanecer con un duelo con una ausencia que rompe hogares y marca para siempre a las familias. Sabemos que no toda la carga recae en una sola persona ni en un solo cargo, pero sí existe una responsabilidad que no puede evadirse; escuchar, reconocer y no minimizar el sufrimiento de la gente. Mientras desde el discurso oficial se insiste en que todo está normal y, que incluso se está mejor que en años anteriores. La realidad en las calles sigue contando otra historia; la violencia no ha desaparecido…SIMPLEMENTE se ha ido normalizando. La noche del jueves fue muestra de ello, alrededor de las 20:40 horas se reportaron detonaciones de arma de fuego en la colonia México. Un hombre fue baleado. Minutos después cerca de las 21:40 horas un joven que circulaba en motocicleta fue atacado a balazos en el cruce del Golfo de Tehuantepec y París en la colonia Prados del Tepeyac. Afortunadamente, por no decir que milagrosamente el muchacho resultó con lesiones menores. Por fortuna ninguna bala lo impactó directamente presentando solo raspaduras en brazos y cuerpo. En su huida dejó la motocicleta encendida. Residentes del sector solo atinaron en decir que se escucharon detonaciones. Al llegar policías estatales localizaron dispersos varios casquillos percutidos, calibre 7.62x.39 milímetros disparados con “cuerno de chivo”. Más tarde, al filo de las 22:40 horas un individuo fue privado de la vida al interior de un domicilio en la Matías Méndez, un hecho más que se suma a una estadística que ya parece rutina y, aun así, se pretende instalar la idea de que no pasa nada que son hechos aislados que las cifras son mejores y que la situación está bajo control de esa manera…HAY QUE DECIR que la violencia se vuelve costumbre y el miedo se normaliza, porque la inseguridad no siempre disminuye. Cuando se le nombra menos a veces simplemente se aprende a convivir con ella. Y eso lamentablemente también es una forma de derrota social. Tres eventos de alto impacto que muestran al desnudo una ciudad donde pareciera que no ocurre en comparación a otros años. Sin embargo, está presente la muerte, el dolor y el duelo de las familias que desean termine la hostilidad que se respira a cualquier hora ante el asombro e impotencia de las autoridades que no logran dar uno de esos tiros de precisión que tanta falta hacen. Llevan meses que no aciertan en toparse con generadores de violencia en la vía pública para enfrentarlos como lo han hecho otras ocasiones, pero hace tiempo que no consiguen darse un topón con esas gentes como se dice en el mundo policíaco. Pese a que hace falta que lo hagan para atenuar de alguna manera sus constantes y mortales embates y esto deben saberlo principalmente los encargados de la seguridad pública en el municipio y el Estado, Claudio Cruz Hernández y Braulio Martínez Navarrete que tienen que mantener sólida conexión para afrontar el clima de violencia que si bien es cierto no tiene la misma intensidad que el 2021, pero las ejecuciones siguen ocurriendo a diario como si estuvieran calendarizadas, en virtud de que hasta la noche del jueves 18 de diciembre se habían perpetrado dieciocho asesinatos…LA RECIENTE detención de varios delincuentes en Hermosillo, señalados oficialmente como generadores de violencia, fue presentada como un golpe estratégico y un ejemplo de coordinación e inteligencia. Sin embargo, más allá del anuncio, la detención deja una pregunta incómoda en el aire. Cómo es posible que personas consideradas de alto impacto hayan operado durante tanto tiempo sin ser contenidas, a pesar de contar el Estado con corporaciones especializadas, mandos de alto nivel y herramientas de inteligencia suficientes. Y, esto lo sabe perfectamente y mejor que nadie el Fiscal del Estado, Gustavo Rómulo Salas Chávez y el comisario del AMIC, Carlos Alberto Flores, lo que nos lleva a inquirir lo anterior en el tema. Ese mismo cuestionamiento aplica para Cajeme. Aquí la violencia no apareció de un día para otro ni es producto de hechos aislados. Ha sido constante, visible y reiterada, con patrones claros, territorios identificados y dinámicas que se repiten. Pensar que todo eso ocurre sin que exista información previa resulta poco creíble. El problema no parece ser la falta de datos, sino la incapacidad para cruzarlos, interpretarlos y actuar antes de que se conviertan en homicidios. Celebrar capturas sin revisar por qué se permitió que la violencia escalara primero puede generar una falsa sensación de avance. En Cajeme, la reacción ha sustituido a la prevención y ese error se paga con vidas. Mientras la inteligencia siga usándose para explicar detenciones y no para evitar que el daño ocurra, el discurso oficial cambiará de nombres, pero la realidad en las calles seguirá siendo la misma. Siempre se ha insistido de manera reiterada que la Fiscalía le ha quedado a deber mucho a esta localidad, ante el elevado rezago en carpetas de investigación y como consecuencia de ello la impunidad está presente en las calles a todas horas. Resultaría excelente que la FGJE en coordinación con fuerzas castrenses de la 4ta Zona Militar a cargo del General Brigadier D.E.M. José Manuel Guevara Castillo y personal de la Secretaria de Marina Armada de México de la 2da Región Naval a cargo del vicealmirante Daniel Escobedo Escobedo, dieran certero golpe al crimen organizado y regresaran al municipio y sus alrededores la paz que todos anhelan y terminando con las letanías de muerte que se han arraigado. Solo tienen que coordinar esfuerzos como lo hicieron en la ciudad capital elementos de la AMIC en conjunto con fuerzas federales, logrando la ubicación y aseguramiento de los objetivos, quienes fueron puestos a disposición de la autoridad judicial correspondiente para el seguimiento de las carpetas de investigación. Las autoridades señalaron que estas detenciones derivan de trabajos de inteligencia y coordinación interinstitucional y que las investigaciones continúan. Quedó de manifiesto que en las acciones no es ningún problema los recursos, sino la articulación de la inteligencia. De información que no siempre se cruza, de esfuerzos que no siempre se integran y de una reacción que llega después del daño y no antes…Y HABLANDO de terror y angustia, la tarde del jueves en un santiamén aparecieron varios narcomantas en diferentes puntos de la localidad y pusieron en jaque a policías, militares e infantes de Marina que se movilizaron en busca de quienes colgaron esos mantas en las proximidades del edificio de la Secretaria de Seguridad Pública Municipal, así como en puentes viales ubicados en las salidas sur y norte de la ciudad. Por supuesto que este tipo de acciones generan inquietud y preocupación entre la población que una y otra vez se pregunta ¿Cuándo terminará esto? …Luego seguimos, Dios mediante.



