DEFINITIVAMENTE, sigue fallando la vigilancia y prevención del delito, tarea esencial que tiene a cargo, la Policía Preventiva y Tránsito Municipal. Lamentablemente, prevalece un vacío de poder. Otra vez, se fracasó al colocar al frente de la corporación a las personas menos idóneas. Hay que decirlo de frente. Lo que menos se esperaba es que volvieran a colocar a un mando militar sin entender que entre un marino y mando policíaco existe una abismal diferencia. Por supuesto que el marino va a decir que, si puede con el cargo, pero ya en el terreno de la realidad, se advierte que dista mucho de la realidad, como lo estamos viendo actualmente con un Claudio Cruz Hernández que, a sus más de cincuenta días de estadía en Cajeme, no ha dado muestra de que conozca el manejo de un cuerpo policíaco. Las estadísticas, nuevamente van hacia arriba no solo en lo que respecta a acontecimientos de alto impacto, sino en delitos comunes como robos a mano armada. Tan solo en el inicio de esta semana se cometieron una decena de atracos y conste que son hechos tangibles lo que sigue sin ser palpable y real es la respuesta de las autoridades, y es que hay que decirlo clara y llanamente, mientras que el gobierno municipal continúe permitiendo que la federación siga metiendo las manos al aparato de seguridad pública esto no funcionará. De todos modos, no apoya con nada a Cajeme para mejorar la institución. Lo mismo han estado haciendo políticos y funcionarios, cuando son unos verdaderos ignorantes del complejo tema de seguridad. Aquí es importante que el jefe de la comuna, Carlos Javier Lamarque Cano, haga valer la soberanía del municipio sin intromisiones de ningún tipo y también y, por otro lado, él también deje de estar utilizando la secretaria de Seguridad Pública como un cheque blanco al portador para pagar y cumplir compromisos. De otra forma, esto no se compondrá jamás. Es necesario decir las cosas por sus nombres, como lo hacia nuestro inolvidable exdirector general y fundador de Grupos Medios Obson, Jorge Miguel Armenta Ávalos, al llamar a cada cosa por su nombre, sin cortapisas y mucho menos sin tapujos. Fue muy claro en parte de la desventurada administración municipal de Sergio Pablo Mariscal Alvarado y por supuesto que a este infame gobernante no le gustaba que le señalara sus yerros… SIN EMBARGO, hay que decir que Lamarque Cano ya gobernó Cajeme en el trienio 1997-2000, y jefe policíaco que no dio resultados inmediatamente lo removió. En aquella época, despacharon como titulares los licenciados Carlos Borbón de Anda y luego Jorge Luis Cuen Quintero, pero, Lamarque Cano, nunca dejó que le impusieran a nadie. Le fue bien en ese rubro, sobre todo porque respaldó con cierta singularidad a la corporación. Mucho nos extraña que esta vez no haya sumado a su equipo de confianza a quien en la otra administración fue su brazo derecho. Se trata de Alfonso Lamadrid Balderrama y, conste que no lo estoy promoviendo, en lo absoluto y de ninguna manera, pero, hay que resaltar que es un policía de carrera que tiene muchísima más capacidad que Jesús Navarro Velarde y el Capitán de Navío, sencillamente porque es policía de vocación. También mostró habilidades como policía investigador y durante quince años despachó como mando medio en diversas demarcaciones y siempre dio buenos resultados. Actualmente, lo tienen en el ostracismo y pareciera estar en el exilio de la institución, cuando tiene sólida experiencia como agente preventivo e investigador. Qué lástima que no se valore a miembros como él y otros muchos más y den oportunidad a lastres que hasta el momento solo han sido aves de tempestad… HAY QUIENES se preguntan qué está pasando en la Policía Municipal que no tienen ni siquiera la capacidad de frenar delitos menores como robos a mano armada, hurtos domiciliarios y a oficinas, así como a negocios de diversos giros comerciales, pero todo se debe a que otra vez se equivocaron como lo hicieron al principio de la actual administración al dejar a Cándido Tarango Velázquez al frente de la dependencia con la ilusa esperanza de que después de septiembre cambiaría el panorama, pero nos fue y nos sigue yendo de la fregada. Al veracruzano, prácticamente lo echaron fuera del edificio de las calles 300 y Jalisco, ante la intensa presión que ejerció la ciudadanía de que se fuera. No les quedó otra alternativa más que darle las gracias y le fue muy bien porque se embolsó algo así como ciento diez mil pesos, por una indebida indemnización que le dio Mariscal Alvarado…LO MISMO PODRÍA sucederle a Claudio Cruz Hernández, quien ya lleva más de un mes y medio al frente de la secretaria de Seguridad Pública y no tiene para cuando frenar al menos los delitos del orden común y cómo va hacerlo el señor si no es policía y de pilón le impusieron a dos tipos perversos y vengativos como Jesús Navarro Velarde e Isaías Soria Galván, que solo están buscando la manera de perjudicar a sus propios compañeros como lo hicieron con Gibrán Adrián Zazueta Murrieta, contra quien no hubo denuncia. Todo se trató de una mala jugada solo para hacerle daño y de paso dejar a la corporación sin el único mando que estaba dando resultado contra el hampa, tras capturar a un sinnúmero de presuntos asaltantes. Huelga cuestionar: ¿Hasta cuándo van a permitir ese canibalismo en el cuerpo policíaco? No se vale que en cuanto llega un individuo carente de materia gris a asumir un cargo, se muestra sediento de venganza y conste que los más preparados académicamente son los peores. Se comportan como gente de la más baja ralea humana… TRAS LA INHABILITACIÓN de Gibrán Adrián Zazueta, ahora los atracos ahí se van a apilar y empantanar y no habrá nadie quien los resuelva porque para empezar al grupo enviaron a un Víctor Eliseo Padilla, mejor conocido como “Padillita” quien no es investigador. Innegablemente que es buen policía, pero de eso a que sea detective existe una diferencia de aquí a la luna. No han entendido que los tiempos no están para seguir experimentando porque los ladrones y delincuentes no lo hacen. Esos actúan y no fallan, pero en la Policía no se ha logrado desterrar esa añeja y obsoleta costumbre y es donde estriba el mayor de los fracasos… EN OTROS TEMAS, por cuestiones de salud, el comandante, Carlos Villalpando Romero, dejará el mando de los sectores 6 y 7, en la Ussi Norte. Su lugar será ocupado eventualmente por Daniela Ruiz Valenzuela, quien seguramente sacará adelante esa encomienda porque es un agente policíaco en toda la extensión de la palabra. Su empeño, tesón y carácter lo ha demostrado cada día de trabajo y no se anda enredando con nadie. Es una mujer policía que se dedica a trabajar y eso la ha validado para ser designada como responsable de turno en las demarcaciones donde ha estado comisionada. No es una responsabilidad sencilla, pero se tiene la plena confianza en que tiene la capacidad para sacar adelante esa misión. De eso no hay la menor duda… ALGO MUY distinto es lo que ocurre en la Policía Rural, donde continúa Guillermo “El Pareja” Medina Mendívil, que ahora si puede jactarse que con o sin Tarango es inamovible, porque es igual o peor de mitómano que el jefe operativo, aunque los robos de maquinaria agrícola por igual han estado repuntando. Insisto en que es un agobio que no haya mejoras en la Policía Preventiva y que el panorama cada vez sea más decepcionante, ante la falta de interés de dar un buen golpe de timón empezando por la salida de Claudio Cruz Hernández que, con todo respeto no ha dado muestras de que tenga interés en enderezar la nave, por el contrario, con lo sucedido el pasado fin de semana con un alud de crímenes todo apunta a que esto no cambiará al menos bajo su batuta, así que habrá que esperar una vez que cumpla los cien días en que dijo que la seguridad mejoraría. De lengua me como algunos tacos, decía nuestro entrañable jefe, Jorge Miguel Armenta Ávalos, cada vez que alguien prometía lo inalcanzable. Por cierto, el próximo miércoles se van a cumplir veintidós meses de su infame crimen y continuamos en las mismas; con una abrumadora desesperanza al negársele la justicia por un lado a él y por el otro beneficiando a sus asesinos con profusa impunidad. Cuántas mentiras más tendremos que seguir esperando… Luego seguimos, Dios mediante.



