A DECIR DE experimentados policías, lo acontecido en los primeros minutos de ayer en una cancha de la colonia Óscar Russo Vogel, no era la manera apropiada y mucho menos correcta para controlar una turba, echándole balas como lo hicieron algunos gendarmes, según ellos para disuadir al tumulto de adolescentes, jóvenes y adultos que participaban en una fiesta que desde un principio pudo haber sido suspendida y nada de lo que sucedió después habría ocurrido y más en un sector donde la violencia y criminalidad se ha enseñoreado con innumerables asesinatos, producto de incontables ataques armados. Lo expuesto por el alcalde, Carlos Javier Lamarque Cano, durante la conferencia que presidió ayer en la mañana en palacio, es lo conveniente y esto consiste en castigar a los uniformados que hayan hecho uso indebido de su arma de cargo. Sin embargo, hay algo que nos llama poderosamente la atención y por igual debe ser analizado y de ser necesario habrá que tomar medidas enérgicas porque se supone que para ello se les otorgó el cargo. ¿A esa hora dónde estaban el director operativo, Jesús Navarro Velarde y el inspector de Policía, Isaías Soria Galván? Que acaso no les ha caído el veinte que su compromiso no tiene horario para atender precisamente ese tipo de eventualidades. Lo que si estamos seguros y no es zalamería, pero si alguno de ellos habría estado al frente de esa acción pudo haber avisado al Comisario de Policía, Capitán de Navío, Claudio Cruz Hernández y seguro estamos que este habría actuado con más serenidad e inteligencia y jamás hubiera permitido que se hiciera un solo disparo, pero como el habría no existe, se complicó la situación y equivocaron la táctica al comenzar a disparar al aire, según ellos, para intentar desalentar los ánimos que ya estaban caldeados al máximo… PARA NADIE es un secreto que violencia genera violencia, pero lamentablemente se carece de mandos superiores realmente comprometidos con la sociedad. El jefe de la comuna podrá ser un hombre muy preocupado por lo que sucede en el municipio, pero si sus mandos policíacos no dejan el área de confort y hacen su trabajo difícilmente, él podrá hacerlo solo y no es tanto por Cruz Hernández, sino por Navarro Velarde que es muy amante de andar buscando cargos en la institución, pero, tal parece que de manera honoraria porque no trabaja como debiera hacerlo, al no actuar en el momento oportuno e informar a su superior jerárquico lo que ocurre y entre todos pueden controlar la situación. No es la primera ocasión en que se generan similares grescas. Ahora bien, si Navarro Velarde y Soria Galván, se dedicaran realmente a hacer su tarea con estricto apego a la verdad, realizando labores de vigilancia y prevención del delito, desde temprana hora de la noche del miércoles habrían ordenado la suspensión de ese evento, precisamente porque las condiciones de seguridad no están dadas y mucho menos en ese sector del sur de Ciudad Obregón. Señores, pónganse a laborar sin horario y háganlo realmente comprometidos con la ciudadanía. No les dieron el cargo, solo para andar haciendo maldades entre la tropa como lo han hecho hasta el momento. Ahora bien, si Navarro Velarde, tiene miedo de salir a la calle a cumplir con su deber, entonces que mejor renuncie y se regrese a las aulas de la academia a seguir dando clases y de seguro que ahí no correrá riesgos de ningún tipo. Ahora bien, para nadie es un secreto que la mayoría de los padres de familia tampoco tienen la intención de asumir su responsabilidad en el rol de jefe del clan familiar y por lo consiguiente tampoco les importa en donde andan sus vástagos a deshoras de la noche y madrugada, y mucho menos quieren saber de sus amistades y compañías. Eso se ha dicho hasta el hartazgo, por lo que los guardianes del orden público deben tener mucho cuidado al momento de actuar como lo hicieron los primeros minutos de ayer, porque al final los dolores de cabeza son la primera autoridad del municipio que, por igual, debe jalarle las orejas a los mandos policíacos de que tienen que estar pendiente de lo que sucede y actuar con prudencia y sobre todo sensatez. No es válido que Navarro Velarde, busque cómodamente culpables de lo sucedido, cuando en realidad era su obligación haber atendido ese hecho y buscado una solución a tan grave incidente, en el que se cometieron faltas de impredecibles connotaciones. Insisto, es responsabilidad únicamente de él y Soria Galván, de otra forma nos vamos a quedar con la idea de que en “buenas manos estamos” con estos catrines que, solo se les ve de día y ese no es el chiste. Deben entender que, si tienen que trabajar las 24 horas deben hacerlo, Aceptaron una encomienda muy delicada. Ojalá lo entiendan y no hagan pagar a justos por pecadores para lavar sus negligencias. Eso no se vale. Sobre estos mismos personajes estamos por recibir información precisa de cuantos ingresos les generan el traslado de valores de algunas empresas a instituciones bancarias. No crea usted que solo reciben aplausos. Les daré detalles de esos “negocios” que hacen utilizando recursos del erario municipal… EL PASADO miércoles, el policía tercero, Roberto Valenzuela Jacobo fue nombrado como nuevo comandante de la Comisaría de Esperanza. Sustituyó en el cargo a Carlos Trujillo Castro, quien tuvo un buen desempeño al frente de esa encomienda y defendió a capa y espada a su personal, como hizo cuando el agente policíaco, José Trinidad Gil Salazar, fue golpeado sin sustento por militares del 60 Batallón de Infantería, en el centro de esa población. Cuando el titular de la SSPM, se enteró que el afectado interpondría formal denuncia en la Fiscalía General de la República (FGR), puso el grito en el cielo. Evidentemente que no le pareció nada agradable, pero tampoco se vale que en vez de defender a la tropa que trae a su cargo lo hagan con la parte agresora, lo cual sería una mayúscula villanía. Tal parece que desde ahí se fracturó la relación del veracruzano con Trujillo Castro y terminó por removerlo del cargo. Que lástima que continúen imperando las visceralidades al puro estilo de Cándido Tarango Velázquez, por lo que no se le augura mucho tiempo a su sucesor en el edificio de la 300 y Jalisco… TAMBIÉN POR rumbos del Grupo de Investigaciones hubo movimientos, al ser removido como encargado, Manuel Álvarez y en su lugar se designó a un buen elemento en la persona de Israel Martínez Domínguez, quien ya tiene muchos fierros puestos en la lumbre y pronto comenzará a caer esa fauna de ladrones de la se encuentra atestada el municipio. Los robos a mano armada y cristalazos están a la orden del día, por lo que es tiempo que comiencen a caer los responsables de esas acciones. Bueno fuera que el nuevo titular de los investigadores sumara a su equipo a elementos como Paolo Corral Gutiérrez y Rafael Omar García, quienes son excelentes detectives y su inclusión a ese equipo robustecería las posibilidades de que pronto empiecen a sumar logros, sencillamente porque con ellos no van a experimentar… MUY CABIZBAJO observé ayer al mediodía a Víctor Hugo Valdez Picos, jefe de Policía de Villa Bonita, tras el asesinato de un residente de ese conurbado sector y quien era hijo del extinto excomandante de Investigaciones, Manuel de Jesús Félix Velázquez. Por supuesto que la noticia generó repudio, y por otro lado preocupación, porque se supone que ese vasto asentamiento humano se encuentra blindado y no deben seguir ocurriendo ejecuciones como la sucedida ayer y la cual se convirtió en el número veinte del mes de marzo, lo cual no resulta nada halagador… Luego seguimos, Dios mediante. 

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