Los pleitos, ni ganados son buenos, pues, siempre hay un raspón real o imaginario, que no nos hace nada bien.

Pero hay de pleitos a pleitos. En los años sesentas, del siglo anterior, la izquierda mexicana se movía principalmente en la clandestinidad, porque los feroces gobiernos del hasta entonces invencible PRI, los trataba de aniquilar. Así, la guerrilla fue una ruta que los enseñó a luchar y una manera de visibilizarse. Lucio Cabañas, Genaro Vázquez Rojas, la liga comunista 23 de septiembre y otros más, fueron protagonistas de ello.

Y lo narro aquí, para describir como es que la izquierda mexicana, tiene una tradición de lucha incesante de contrarios y, con el paso del tiempo y cuando les fue permitido participar en política pacífica y organizada, el gen discrepante sigue incrustado en la razón de ser de muchos de sus miembros.

El PRD, por ejemplo, el primer partido fuerte de izquierda en México, aglutinó a muchos de esos luchadores y, cuando llegaron al poder, en varios puntos del país, la lucha siguió entre distintas corrientes de pensamiento. De ahí nació el epíteto de las tribus dentro de ese partido, que disputaban el control con todo, por arriba y por debajo de la mesa.

Momento, una pausa. En los otros partidos, como el PRI, PAN, PT y demás, también han existido luchas intestinas con resultados lamentables, y baste recordar por estas fechas el caso de Luis Donaldo Colosio, que, luego de leer miles de páginas sobre el tema, estoy casi seguro que su asesino Mario Aburto, lo hizo en solitario, pero, apunto que el clima de crispación dentro del PRI, la participación de Camacho queriendo arrebatarle la designación, provocó el desenlace.

Hoy, en México, gobierna la izquierda. En esa izquierda morenista, caben también muchas tribus. Los hay desde los radicales, los moderados, y también, los ex príistas, los ex panistas y los fifís.

Y vamos con los Fifís.

Julio Scherer, a quien el Presidente Andrés Manuel declaró como casi su hermano, es un abogado exitoso y miembro de la familia dueña de la revista PROCESO, que no es como un pasquín, sino todo un emporio informativo. Durante años, fue el abogado de cabecera del ahora Presidente además de su coordinador financiero.

Cuando MORENA llega al poder, López Obrador lo nombra el titular de la oficina de consejería  jurídica, y, le otorga meta poderes para interactuar con los empresarios, los gobernadores y con todos aquellos que quisieron acercarse al Presidente. De facto, realizaba funciones que le hubiesen correspondido a la Secretaria de Gobernación en ese entonces, Olga Sánchez Cordero.

Ella, supongo ha de haber tragado gordo cuando y como le correspondía, le quitaron atribuciones para depositarlas en Scherer. Ex Ministra de la Suprema Corte de Justicia, miembro de una familia rica, con Notarías en la Ciudad de México, supongo que cuando (y se lo dijeron en varias columnas políticas) la trataron como “florero”, su indignación fue grande.

Además, se admite como feminista, y, en esta administración, no les ha ido nada bien a las mujeres.

El otro participante en una lucha intestina dentro del círculo cercano del Presidente, es el Fiscal Alejandro Gertz Manero, también, un hombre rico y poderoso, además igual, es abogado.

El caso es que, la lucha por el poder en estas esferas, es terrible.

En la más reciente publicación de Proceso semanal, Julio Scherer escribió un artículo, donde narra el pleito contra sus contrarios, Sánchez Cordero y Gertz Manero.

Escribe Scherer: “Por otra parte, la interlocución con la fiscalía y el Poder Judicial recayó escencialmente en mi persona, en calidad de consejero jurídico de la Presidencia. La ministra en retiro no se permitió sobreponerse al desengaño y desde entonces emprendió una investigación sobre mi persona y mis actividades profesionales.” Cuando le comunicó al Presidente de esto, AMLO le respondió; “son chismes”, y el chisme creció hasta el encono.

En otro frente, el fiscal Gertz Manero, en su disputa tratando (y consiguiendo) meter a la cárcel a su ex cuñada y la hija de ésta, por la supuesta culpa de la muerte de su hermano Federico, le pidió a Scherer que intercediera para lograr que la Suprema Corte de Justicia mantuviera el juicio en contra de ellas y además, le fuera favorable.

En el reclamo, escribe Scherer, que Gertz le recriminó que “sólo un favor” le había pedido y que se lo había negado: impedir que su cuñada Laura Morán y la hija de esta, Alejandra Cuevas Morán, obtuvieran un amparo por la acusación del homicidio de su hermano Federico Gertz Manero, de lo que él las acusa. Lo pidió el fiscal, sí, a sabiendas de que era un acto ilegal. Y agrega: Al final de esa reunión, terminó desafiante: “Usted podía haber elegido entre un fiscal amigo o un fiscal enemigo”.

Así las cosas, entre estos hombres de izquierda, en un momento muy cercanos al Presidente López Obrador, a quien, le habrán de desgastar su imagen porque este pleito que apenas inicia, y, a quien le pega más, es al propio AMLO.

En fin, cosas de izquierda

Gracias.

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