Clara Aragón / El Tiempo
A causa de las precipitaciones y el viento, al menos cuatro árboles, además de dos sauces llorones, se han caído en la Laguna del Náinari.
La lluvia también ocasionó que se fuera la luz en el lugar. ‘Aun así, hay más beneficios que daños en este lugar’, dijo Saúl López.
El integrante del Club de Jardinería Náinari dijo que se tenía un problema por el estrés híbrido que se sufría, a causa de la sequía que afectó la región durante los últimos años.
‘Dos lluvias que teníamos tres o cuatro años que no llegaban, qué bueno que vinieron las lluvias, teníamos una zona de estrés híbrido y ya se arregló’.
Por ahora los árboles lucen bien y en el otoño se empezarán a recuperar, y ya se está trabajando en la planeación de la reforestación de la zona.
‘Se está reponiendo todo, se están consiguiendo los árboles para reponer, para reforestar rápido’.
Sobre los sauces, dijo que aunque se ha trabajado en que se mantengan, al no ser especies nativas, es más fácil que sufran daños por las condiciones climáticas, plagas, entre otros factores.