NUEVA YORK. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió prohibir la fabricación y la venta al público de armas de asalto semiautomáticas tras los últimos tiroteos registrados en el estado de California.
“Incluso mientras esperamos a saber más detalles sobre estos tiroteos, sabemos que la lacra de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos requiere acciones más decisivas”, dijo el presidente en un comunicado en el que lamentaba la muerte de siete personas en la localidad californiana de Half Moon Bay el lunes por la noche.
Horas después de este suceso, un tiroteo en la ciudad de Oakland (California) dejó un muerto y siete heridos. El fallecido, según medios locales, es un joven de 18 años.
Ambos episodios se produjeron después de que, este fin de semana, diez personas perdieran la vida en un tiroteo tras un festival para celebrar el Año Nuevo chino en la localidad californiana de Monterey Park, un suburbio cercano a Los Ángeles de población mayoritariamente asiática.
El atacante de Monterey Park utilizó una pistola semiautomática con un cargador ampliado, ilegal en California, que sí prohíbe la posesión de armas de asalto.
Estados Unidos ya prohibió la venta de armas de asalto en 1994, pero la ley estaba diseñada para expirar en 10 años y en 2004 no fue renovada.
Este lunes, senadores demócratas propusieron un proyecto de ley para volver a adoptar la prohibición de las armas de asalto, y otro para aumentar la edad mínima para poder comprar estas armas a 21 años.
El año pasado, tras los tiroteos de masas de Uvalde (Texas) y Búfalo (Nueva York), los legisladores estadounidenses aprobaron un histórico paquete de medidas para limitar el acceso a las armas de fuego, aunque quedaron lejos del objetivo progresista de prohibir las armas de asalto.
Al mismo tiempo, el Tribunal Supremo estadounidense blindó el derecho de los estadounidenses a llevar armas en público al invalidar una ley de Nueva York que prohibía portar armas de fuego en la calle sin un permiso especial.