Becker García

El tronido que viene

He seguido puntual la protesta que los productores del campo mantienen contra Sader, para que el gobierno federal cumpla con lo que dice el artículo 133 de la ley de desarrollo rural sustentable. ¿Qué dice dicho artículo? “El Gobierno Federal procurará apoyos, que tendrán como propósito compensar al productor y demás agentes de la sociedad rural por desastres naturales en regiones determinadas y eventuales contingencias de mercado, cuyas modalidades y mecanismos de apoyo serán definidos por las diferentes dependencias y órdenes de gobierno participantes del programa especial concurrente”, eso significa que, por ley, el gobierno de AMLO está obligado a apoyar a los productores.

He expuesto mis puntos de vista sobre el apoyo solicitado y, trato de explicar, que no es un capricho de los productores y aclarar que no solo a ellos los afecta, sino a toda la población.

Leo las declaraciones de un economista de la Unison, José Javier Gutiérrez donde dice: “Los subsidios no son buenos para la economía en general, sólo para el sector a que se dirigen”

Además comenta que los subsidios provienen de las contribuciones de los mexicanos, quienes pagan impuestos por todo consumo. Pues sí, ¿no?

En este país, se subsidia la energía eléctrica, las becas a estudiantes, el transporte público (sobre todo el Metro de la Ciudad de México), y un titipuchal de cosas más.

Les cuento, a quienes me leen, que, antes de la pandemia, abrimos un pequeño negocio familiar: una fábrica de tortillas de harina. El kilo de harina de trigo, fluctuaba entre 10 y 12 pesos, dependiendo de la marca y la cantidad a comprar. Luego, con la guerra de Ucrania y Rusia, ambos grandes productores del cereal, el kilo alcanzó los 30 pesos. Hoy, ya se estabilizó, pero, entre 22 y 24 pesos.

Curioso, pero, yo no creo que cuando el precio del trigo está alrededor de 5 pesos con 20 centavos, por kilo, los harineros vayan a bajar su precio al público.

Pero pasa que, explicado con granitos de trigo, no con manzanitas como se estila, que los productores del campo van a caer en cartera vencida, pues, con el precio de la bolsa de Chicago, no alcanzan a pagar sus costos de producción.

Volviendo con el señor este economista de la Unison, dice que, si los trigueros no alcanzan un precio razonable para su cultivo, que siembre otra cosa. ¿A sí? ¿Y cómo qué? Imaginemos que, se deje de sembrar las alrededor de 150 mil hectáreas del cereal y se cambie por sandía, por poner un ejemplo. Pues resultaría que, sería tanta la oferta, que el producto no tendría precio. Es decir, no está tan fácil esa supuesta solución de este economista lumbrera.

Y el panorama agrícola se pone peor en el país, ahora con el finiquito de la Financiera Rural, esa que era casi la única opción para que los productores tuvieran acceso a préstamos blandos.

Y es que, la política agropecuaria ordenada por Andrés Manuel López Obrador, parece destinada a desaparecer dicha actividad. Sí, se podrá comprar trigo más barato proveniente de otros países donde existen verdaderos subsidios al campo, pero, ¿quién garantiza que siempre habrá suficiente oferta en el mercado internacional? Repito, ya pasó con Ucrania, donde el trigo escaseó y los precios se fueron por las nubes.

Pero hay otra arista en este problema; comunidades como la nuestra, la del Sur de Sonora, se mantiene en gran medida de la actividad agrícola y, si esta cae, pronto, desde el pequeño abarrote, la llantera, la refaccionaria y demás, al caer las ventas, tendrán que cerrar o de plano despedir empleados. Esto es lo grave, se vendrá, una terrible crisis económica que afectará a toda la población y entonces la pregunta sería, ¿el Gobierno Federal apoyará a los desempleados, o, de plano, volteará para otro lado como lo hizo durante la pandemia que provocó millones de empleos perdidos y contrario a los otros países, aquí no se apoyó a nadie?

Claro, mientras, el Señor López Obrador se divierte jugando al gran elector al estilo PRI, y pone a jugar a sus corcholatas y en eso anda entretenido. Total, que el país se chingue, que, para eso, él es el dueño y señor que todo decide.

Por lo pronto, la ciudadanía debería de apoyar a los productores que hoy tomarán medidas extremas de protesta, porque aquí, nos la jugamos tod@s.

Gracias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *