Agentes que trabajan en la iniciativa de seguridad fronteriza del gobernador de Texas, Greg Abbott, se les ha ordenado empujar a niños pequeños y bebés lactantes de vuelta al Río Grande (Río Bravo), y se les ha dicho que no den agua a los solicitantes de asilo, incluso en condiciones de calor extremo, según un correo electrónico de un policía del Departamento de Seguridad Pública (DPS, por sus siglas en inglés), que describió las acciones como “inhumanas”, informa el diario The Houston Chronicle.
El correo, obtenido y revisado por Hearst Newspapers, revela varios incidentes no denunciados previamente que el policía presenció en Eagle Pass, donde el estado de Texas ha tendido kilómetros de alambre de espino y desplegado un muro de boyas en el Río Grande.
Según el correo electrónico, a finales del mes pasado se encontró a una mujer embarazada que estaba abortando atrapada en la alambrada, retorciéndose de dolor. Una niña de cuatro años se desmayó de agotamiento por calor después de intentar atravesar el alambre y ser empujada de vuelta al río por soldados de la Guardia Nacional de Texas. Un adolescente se rompió una pierna intentando navegar por el agua alrededor del alambre y tuvo que ser llevado en brazos por su padre.