PEKÍN. Las fuertes lluvias y la crecida de los ríos del noreste de China amenazaban este viernes a las ciudades ubicadas a lo largo del cauce, lo que provocó evacuaciones masivas, aunque el país parece haber esquivado los peores efectos de la temporada de tifones que azotan otras partes del este de Asia.
La provincia de Hebei, que rodea la capital, Pekín, por tres de sus flancos, emitió varias alertas para varias de sus ciudades. La región de Heilongjiang, en el norte, desalojó localidades enteras en previsión de inundaciones que podrían ser letales.
Las operaciones de rescate siguen en marcha. Al menos 20 personas fallecieron en los suburbios de Pekín y otras 27 estaban desaparecidas tras las tormentas del fin de semana que desbordaron rápidamente los sistemas de drenaje.
Pekín suele tener veranos secos, pero este año encadenó una serie de jornadas con récord de calor que terminó de forma drástica durante el fin de semana con casi una semana de aguaceros y lloviznas prácticamente constantes. Algunas zonas se quedaron sin electricidad, el transporte público y las clases de verano se suspendieron y las autoridades pidieron a los residentes en la metrópolis de más de 20 millones de habitantes que se quedaran en casa.
Las ciudades de Tianjin y Zhuozhou también se vieron gravemente afectadas. Los bomberos, ayudados por grupos de rescate voluntarios, buscaron a personas atrapadas en edificios de apartamentos y túneles ferroviarios y salvaron a cientos de ellas.
Al tratarse de la capital, la ciudad que alberga la sede del gobernante Partido Comunista y tesoros culturales como la antigua Ciudad Prohibida, Pekín tiene un operativo especial de protección contra las inundaciones que incluye el desvío de aguas a regiones vecinas. Esta iniciativa generó críticas el viernes en redes sociales que apuntaron que las crecidas en zonas aledañas podrían haberse evitado si el agua de lluvia hubiese pasado por los canales y ríos de la ciudad.