Cajeme, ¿un paso adelante?

Becker García

Hace unos meses, leíamos en Medios Obson sobre un nuevo vuelo, cuya ruta era de Ciudad Obregón a León Guanajuato, con lo cual, a muchos, nos dio gusto, en mi caso, no porque acaso tenga que tomar un vuelo hacía allá, sino porque entendía que las compañías para abrir esas posibilidades, primero hacen estudios de factibilidad, y entonces, podríamos decir que, entre los panzas verdes y los Yaquis, habría una economía pujante. La mala noticia es que, la fiesta duró muy poco, el vuelo fue suspendido.

Ayer subía a mi carro, cuando escuché la conversación de dos estudiantes de Cobach (lo deduje por el uniforme) que iban conversando, cuando uno le decía al otro, “la fulanita vive exactamente en la casa contigua a la casa de empeño de la que entra y sale tu papá”, y suelta la carcajada, burlándose de los apuros económicos de la familia de su amigo.

Estos dos indicadores, el formal, cancelación de un vuelo, y, la “carrilla” de un morro al otro, me hicieron reflexionar sobre lo que nos está pasando en Cajeme y la economía.

Recordé entonces lo que hace un año me comentó un asesor de empresas: “mientras existan más casas de empeño y empresas que ofrecen préstamos sin muchos requisitos, es inequívoca señal de que las cosas andan mal”. Y pues, solo basta con darse una vuelta por la ciudad y descubrir cómo unas y otras, han proliferado en nuestra comunidad.

En ambos casos, el empeño y el préstamo fácil, es una usura disfrazada, que, le cobra a quien llega a caer en sus garras a cambio de dinero “urgente”, intereses que van del 120 al 150% anual.

Cajeme, está jodido en su economía, y eso es una realidad.  

Hace muchos años dejó de ser el polo de desarrollo que atraía familias enteras debido a la pujanza que se notaba y era, ejemplo regional y de fama nacional.

Sin embargo, algo pasó, que nos llevó a estancarnos.

En nota publicada en medios nacionales, se dice que la economía mexicana está creciendo entre 3 y 4 por ciento y seguirá avanzando en ese rango el próximo año, pero los estados sureños están creciendo al doble con las inyecciones de inversión en infraestructura, según palabras del subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio. 

La SHCP destacó que el reciente Indicador Trimestral de la Actividad Económica Regional (Itaer), del Banco de México (Banxico), reportó que, de abril a junio de este año, la región sur experimentó un crecimiento de 6.0 por ciento en comparación con el año anterior, posicionándola como la región con el mayor crecimiento en el país.

El crecimiento en el sureste, sin duda, va emparejado con las construcciones del Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, el Tren transístmico, a donde se han ido cientos de miles de millones de pesos, y eso provoca esos crecimientos.

Mientras eso sucede allá, en el norte del país el crecimiento es de apenas el 1.7 %, cuando antes, Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, eran ejemplo de pujanza.

En un país democrático, no se espera que el gobierno otorgue preferencias a unos estados sobre los otros, como lo estamos viendo ahora. Para el Gobierno Federal, apoyar al sureste ha sido prioridad, mientras, a las otras regiones las ha dejado en el olvido.

El propio presidente López Obrador, ha insistido en que, las inversiones extranjeras se vayan hacía esa región (de donde es oriundo, por cierto), como en el caso de la cervecera Constellation a la cual le cancelaron un permiso en Mexicali, se reubicó en nuestra región, pero el Señor quería que se instalara en Tabasco porque allá, existe mucha agua. Pues sí, pero no solamente agua se necesita para producir cerveza, sino que conlleva mucho a las características de infraestructura, distancia con los centros de consumo y, además, con capacidades de profesionistas y empleados.

Insistimos, la poca agua que consume dicha cervecería (con la cual apenas se dejaron de sembrar alrededor de 100 hectáreas), contrastado con la gran cantidad de empleos y de proveeduría que representa para Ciudad Obregón, está a favor de nuestros habitantes, pues, de otro modo, si de por sí estamos jodidos, sin ese salvavidas estaríamos peor.

Ya viene octubre, mes en el que se decide desde el Distrito de Riego y junto a Conagua, la cantidad de hectáreas que habrán de sembrarse en el siguiente ciclo, 2023-2024, y, de seguro, para su presidente, Luis Antonio Cruz Carrillo, ante las pocas lluvias y las captaciones en las presas del sistema Yaqui, la decisión será dolorosa, sí, pero, para el panorama económico local, desastrosa.

Y si a eso le sumamos que para el señor habitante de Palacio Nacional, la actividad agrícola tecnificada es mala (recuerden cuando impulsaba que se utilizara agricultura de autoconsumo, con una troje incluida), y, si por lo mismo no dispuso de 7 mil millones de pesos para compensar, como lo dice la ley, la caída de los precios en granos en el ciclo anterior, y mientras allá, se destinan miles de millones de pesos, quiere decir que, ni el chapulín colorado nos salva.

Triste, pero cierto, estamos a punto de dar un paso más, adelante, pero, hacía el precipicio.

Gracias por leerme.

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