Pablo Beltrán
Radiografía de un bastón
Cuando estaba en plenitud la efervescencia guinda en torno a la elección del abanderado nacional para la “defensa de la transformación” -alias candidato-, nadie pensaba que el ungido fuera a ganarse solamente un membrete, lo que se ha demostrado con el paso de las semanas.
La resultante abanderada, la señora Sheinbaum, ha tratado a partir de su encumbramiento el ejercer un liderazgo que es propio de a quien se le encarga una tarea mayúscula: no solo competir por la presidencia de la república, sino ganarla.
Por ello, era natural -mirando en la expectativa a corto plazo-, que tenía todo el derecho de colocar a su gente en las posiciones claves, partiendo desde ciertas candidaturas, hasta otros movimientos que incidieran en el sexenio entrante.
Y fue así, como basada en los usos y costumbres de la política, vio con tranquilidad y certidumbre el proponer al aspirante a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, poniendo los ojos por su alta eficiencia -y alto rating- en el hijo de Javier García Paniagua y María Sorté, el famoso superpolicía Omar García Harfuch. Nadie vio extraña esa jugada de ajedrez, pues el nieto de García Barragán, aparentemente garantizaba los votos con la ya cooptada base popular, pero además le generaba muchas posibilidades con la clase media y empresarial, estas dos últimas con más simpatías con los partidos de derecha. Ciertamente hubo incomodidades de inicio.
Nadie pensó que al paso de los días, la muestreada de Harfuch por las colonias de la ciudad, iba a provocar un recelo de gran magnitud entre los izquierdistas de pura cepa, los cuales catapultaron la precandidatura de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada -la de la historia de Juanito-, a fin de que el purismo de los rudos y radicales siguiera vigente y con fuerza en la otrora Tenochtitlán. Se dice que éstos boicotearon el mitin del 24 de octubre de la científica en el estadio Cruz Azul, por su evidente madrinazgo.
Y para no hacer el cuento largo, en plenitud de las encuestas y ante la presión del ala dura (sumando el apoyo del vocero presidencial, Jesús Ramírez), la situación empezó a dar un considerable viraje, para así, aprovechando la coyuntura de las políticas del INE respecto a la paridad de género -en cuanto a las candidaturas de las entidades federativas para 2024-, se logró acomodar forzosamente a la Brugada a pesar de perder en las encuestas en mayúscula proporción, ya que García Harfuch salió con 40.5% en intención de voto, mientras que la perdedora “ganó” con 27.7 por ciento. Vaya paradoja.
Por lo pronto, con el desprecio a Claudia, se pudieran venir consecuencias, pues con Clara es posible no se vea claro, ya que olvidaron que la oposición gobierna 9 de las 16 alcaldías y se trataba de que el Batman chilango, fuera precisamente por los ejércitos de clasemedieros que habitan en el bastión de los contrarios y sacar sin mayor aspaviento la tarea de llegar de nuevo al Antiguo Palacio del Ayuntamiento, edificio sede de la Jefatura de gobierno.
Por otro lado, en la esfera nacional, como todos saben, se vino desde la semana pasada la renuncia del Ministro Arturo Zaldívar, con lo cual se dejó en potestad al presidente AMLO el operar la sustitución, adelantando así la cobertura de esa silla, pues el período del ministro fenecía el año entrante en noviembre y en todo caso le tocaba al próximo presidente de la república el realizar la propuesta. A estas alturas y en la semana, ya se aceptó sin mayor protocolo la renuncia de Zaldívar en el Senado, quedando en misterio la causa grave, por lo que el titular del ejecutivo procedió de inmediato a mandar su terna para cubrir la vacante: su actual Consejera Jurídica María Estela Ríos, así como las funcionarias federales -y radicales- Lenia Batres y Bertha Alcalde Luján.
La Consejera, de entrada tiene al parecer un impedimento, ya que el artículo 95 de la constitución refiere que para ser ministro, se ocupa, entre otras cosas, el no haber sido Secretario de Estado, Fiscal General de la República, senador, diputado federal, ni titular del poder ejecutivo de alguna entidad federativa, durante el año previo al día de su nombramiento. La Consejería Jurídica, conforme a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, se encuentra al nivel de Secretaría de Estado y por ende, su titular pudiera estar out.
La Batres es hermana de Martí, a la sazón jefe de Gobierno de CDMX y Bertha María es hermana de Luis María Alcalde, ni más ni menos que la actual Secretaria del Interior. Atendiendo tal genealogía, es más que probable que la designación de ambas no alcance la mayoría calificada en el Senado (2/3) por su palpable falta de independencia, pues la mismas al igual que sus consanguíneos son actores políticos -en el plano partidista- de primera línea. De ser rechazada la terna, se puede proponer otra y en un segundo rechazo, el presidente tiene el derecho de designar directamente a una persona de esa última terna. ¡Qué bonita familia!.
De la manera que sea, el hábil Obrador, ya se adelantó con una posición que en teoría le debió haber tocado al próximo presidente, lo que definitivamente le pega en sus cartas a la amplia favorita -aún- Claudia Sheinbaum Pardo.
En el tema de los ya designados aspirantes de izquierda para competir por nueve estados de la república en 2024, tampoco se ve la mano de la mexicana de ascendencia lituana y judía, de ahí que con los movimientos narrados líneas arriba -más los que se acumulen-, se ve claramente quién manda aún en todos los renglones del poder, dejando a la señora como mera espectadora.
Cuando en aquél 7 de septiembre en pleno centro histórico se le entregó el “Bastón de Mando” a la exjefa de gobierno de CDMX, todo mundo pensaba que iniciaba un proceso natural en donde aquella iba a ir realizando y operando el nuevo diseño, no solo para enfrentar los comicios del año entrante, sino que además, para establecer el próximo establishment mexicano.
Lo que muchos no se imaginaban, es que el famoso bastón estaba más hueco que el tronco de un viejo árbol. Queda así en el aire, si tales jugadas adversas a la adalid de la izquierda significan una forzada o consensuada intención de una nueva etapa, similar a la del Maximato, cuando Calles hizo de las suyas en los seis años posteriores a su período constitucional.
De lo rescatable hasta el momento para la Sheinbaum, es que el día de ayer contrajo matrimonio con el analista financiero Jesús María Tarriba, en donde muy seguramente -conforme a las máximas de la experiencia mexicana-, ahí si ejercerá el mando…