El primer fin de semana de diciembre fue vista una ballena jorobada en una playa de San Carlos, en el área del cerro Tetakawi, una experiencia que especialistas reportan como inusual en el Golfo de California.
Elsa Coria Galindo, médica veterinaria zootecnista especialista en fauna marina y silvestre, mencionó que es raro que esta especie se introduzca al Golfo de California, pero que son ejemplares que les gustan las aguas más frías.
“Hacen una migración de sur a norte en el invierno. Las hembras se van a la zona de Jalisco donde tienen a sus crías y también se aparean. Otros ejemplares no reproductivos visitan las costas de Sonora en busca de alimento, por eso las vemos en otoño-invierno, son ballenas que les gusta el agua más fría”, dijo Galindo.
Las ballenas jorobadas tienen aletas muy largas que funcionan como remos y les ayudan a maniobrar cuando se alimentan.
Es una de las especies más grandes, los adultos miden entre 12 y 16 metros, con un peso aproximado de 36 mil kilos.
Otras especies que se suelen ver en esta época del año son la ballena de aleta; edeni o sardinera; grises, y jorobadas, mencionó la veterinaria.