Inspirada por el amor a su hermano, de 12 años, una joven biomédica de Navojoa desarrolló un exoesqueleto a bajo costo para mejorar las terapias de movilidad de pacientes con Guillain-Barré, una enfermedad que genera parálisis en quien la padece.
“El año pasado le dio la enfermedad, no se podía mover y primero empecé con un proyecto para que pudiera mover sus manitas; fue un exoesqueleto con un motor en cada nudillo para permitir una rehabilitación casera”, compartió Andrea Encinas Ayala, egresada de Ingeniería Biomédica de la Universidad Estatal de Sonora.
A partir de ello, desarrolló el diseño de manera gradual: “Cuando logró mover sus manitas, me pidió ayuda para mantenerse de pie, le fui preguntando sobre sus necesidades y fui elaborando el diseño”.
Este diseño, agregó Andrea, además de responder a las necesidades terapéuticas de su hermano, fue construido buscando reducir costos.