Pablo Beltrán
La magia parlamentaria
Y vaya que en la semana que corre, se puso de moda lo relativo a la figura de desaparición de poderes, con dedicatoria para el estado de Guerrero, motivo por el cual en el Senado de la República sonaron los “tambores de guerra”.
Todo inició con una solicitud de la bancada de Acción Nacional, desde hace días, en donde en alusión al estado caótico y de inseguridad en ese estado, se solicitó la medida constitucional, prevista por el artículo 76, aludiendo a que la gobernadora Evelyn Salgado está rebasada y quien gobierna son grupos de facto.
El estudio de la solicitud en plena mitad de esta semana provocó que los demonios se soltaran y saltara a la palestra el padre de la cuestionada, el controversial guerrerense Félix Salgado Macedonio, quien furibundo lanzó retos fuertes a la oposición ante la estocada al orgullo de su nepotismo, solicitando en evidente revancha -a través de la senadora Antares Vázquez-, la desaparición de poderes para el estado de Guanajuato.
El jueves, por cierto, ya fue anunciada por la senadora del PRI, Cecilia Sánchez, la próxima solicitud de desaparición de poderes en Campeche, en virtud de los últimos hechos, en donde miles de policías se amotinaron pidiendo la destitución de la secretaria de seguridad pública y ante la negativa -por demás elocuente -de la gobernadora Layda Sansores, pidieron la renuncia de ésta. Se alude a una situación de “ingobernabilidad”.
Ante esta cascada de ataques en plena época electoral y aun cuando de entre los estados mencionados, Guerrero merece una atención de “terapia intensiva”, de cualquier forma es difícil la aplicación de la figura de desaparición de poderes, no solo por el tipo de votación requerida, sino además partiendo de que conforme a la Ley Reglamentaria de la fracción V, del artículo 76, de la Constitución Mexicana, se contemplan complejas causales (en su artículo 2), como las siguientes: “se configura la desaparición de los poderes de un Estado únicamente en los casos de que los titulares de los poderes constitucionales: I.- Quebrantaren los principios del régimen federal; II.- Abandonaren el ejercicio de sus funciones, a no ser que medie causa de fuerza mayor; III.- Estuvieren imposibilitados físicamente para el ejercicio de las funciones inherentes a sus cargos o con motivo de situaciones o conflictos causados o propiciados por ellos mismos, que afecten la vida del Estado, imponiendo la plena vigencia del orden jurídico; IV.- Prorrogaren su permanencia en sus cargos después de fenecido el periodo para el que fueron electos o nombrados y no se hubieran celebrado elecciones para elegir a los nuevos titulares; V.- Promovieren o adoptaren forma de gobierno o base de organización política distintas de las fijadas en los artículos 40 y 115 de la Constitución General de la República.”
Por lo pronto el asunto de Guerrero y Guanajuato ya fue turnado a la Comisión de Gobernación de la Cámara Alta y ahí se habrán de emitir los dictámenes correspondientes. Importante antecedente tenemos en 2014, en plena faena de Ayotzinapa, cuando se pidió la desaparición de poderes en Guerrero, con Ángel Aguirre como gobernador, situación la cual no fue aprobada en la comisión dictaminadora, aun a pesar de que “ardía Troya”, pues finalmente el tema de la inseguridad no es un concepto preponderante para tal determinación, sino que, en su caso, tendría que ir acompañado de otros ingredientes.
Pues bueno, ya se atomizó el uso del instrumento de la desaparición de poderes y ya van tres estados en el ojo del huracán, más los que se vayan acumulando, de ahí que aplica aquella frase de Gandhi, que en alguna ocasión mencionó: “ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.
Si quienes pensaban que la república estaba algo trastornada por el embate al poder judicial, o los que reflexionaban por algún riesgo en cuanto a democracia, ahora también tienen de tarea, que antes tantas ideas de desaparecer poderes, también se pudiera poner en tesitura el federalismo, si la figura constitucional no se utiliza responsablemente.
Pies de plomo…
ALDEA LOCAL. Y de buenos decibeles ha sido el ruido que se ha escuchado en torno al tema de la agente policía fallecida en días recientes, pues algunos de sus compañeros y familiares, han narrado la situación previa a los hechos, la cual describen como una atmósfera tóxica, en donde la armonía y el compañerismo pasaron a segundo término, viviéndose una especie de autoritarismo en una actividad sin apoyos, sin recursos, sin equipo y sin satisfactores de seguridad social.
Alguien tiene que hacer algo al respecto, empezando por el alcalde JLC como responsable principal de la seguridad pública local, pues si desea la reelección, debe de demostrar que si sabe hacer las cosas en este rubro tan delicado, pues a final de cuentas la ciudadanía desea vivir en paz y para que eso se logre, se ocupan gendarmes que circulen por las calles con toda la buena actitud del mundo -bien pertrechados-, para proteger a sus congéneres y para que eso se logre, hay que tratar bien a los muchachos de la tropa.
Música para los oídos de los candidatos a la diputación federal, pues lo que urge es regresar desde el centro del país aquellos programas exitosos, en donde la corporación se vestía… y más o menos bien…
RODRIGO EN ESCENA. Y quien robó reflectores en estos días, lo fue el ex candidato independiente a la presidencia municipal de Cajeme, Rodrigo Bours, quien en franco apoyo a la hoy petista, Célida López, se le fue con todo al aspirante al Senado, Manlio Fabio Beltrones, del cual -vía twitt- hizo alusión de sus “hazañas”, poniéndole diversos epítetos como: “Secuestros, el Señor de los Cielos, UCAY tronada, Cajeme dividido, Náinari 2000, acabó con el PRI y apadrinó el robo del agua del Novillo” (sic).
No se supo Conasupo si el más joven de los Bours Castelo dio alguna explicación con relación a sus calificativos; siendo importante destacar que las nuevas generaciones poco saben del pasado político de Sonora, mientras que, por otro lado, se dice, el oriundo de la Colonia Irrigación tiene más vidas que un gato…
Sin duda, en la lucha al senado, ya se está calentando el cotarro…