Dayan Lagarda
El Tiempo
Pequeños productores caprinos la están pasando mal, debido a que la falta de pastizales y agua ha complicado su producción, sobre todo a quien se dedica a la elaboración de quesos, esto al tener que limitar los alimentos para su ganado.
Luis Alberto Soto Meza, productor caprino, expresó que prácticamente no hay donde pastorear, pues ellos lo hacen por la orilla de los drenes, donde también aprovechaban el agua que por ahí circulaba, sin embargo, ante la falta de siembras ya no hay tal recurso.
El precio de la paca es otro problema, dijo el productor, ya que ha sufrido un aumento de hasta un 100%, pasando de los 70 pesos hasta los 140 por pieza, por lo que tienen que racionar la comida, ocasionando que la cabra no produzca la misma cantidad de leche.
Mencionó que el rastrojo de trigo que queda después de una trilla, tampoco es opción para alimentar el ganado, dado a que lo están fumigando para la maleza, lo que puede ser dañino para los animalitos, causando hasta la mortandad, entre otros problemas.
Soto Meza lamento que la única opción que hay es vender su ganado, pues apenas le quedan 4 cabras cuando poseía 14, además de que también se aprovechan de ellos, ofreciéndoles un precio muy bajo, con la excusa de que no van a vender fácilmente si deciden no aceptar el dinero.

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