Este lunes sería el inicio laboral de la última semana del año, un 2021 tan insospechado como difícil. Fueron 365 días de pandemia, violencia e irrefrenable crisis económica.
Suelen decir lo que gustan de las bebidas espirituosas: “La última y nos vamos…”. Efectivamente, corren los últimos días de este vertiginoso año.
Me quedo con el consuelo que lo más importante es estar vivos ¿Y cómo no tomarlo como una proeza estar vivo? Si en la entidad señorea la violencia. Para muestra el atentado al Palacio Municipal de Guaymas, ocurrido el pasado 25 de noviembre, en el que la feminista Marisol Cuadras perdió la vida y otras más resultaron con heridas, incluso de gravedad.
Es el caso de la joven Giovana Inzunza quien recibió varios impactos de bala en las piernas, que hasta el día de hoy la tiene postrada en cama luego de al menos tres delicadas intervenciones quirúrgicas.
A estos casos de grave injusticia se les atribuye malamente aquella deleznable expresión popular: “Se encontraban en la hora y lugar equivocados”.
Lamentablemente, las 24 horas del día y los 179 mil kilómetros cuadrados que comprenden la extensión territorial sonorense se han convertido en esas horas y lugares equivocados.
Minutos antes del atentado al recinto municipal porteño que acabó con Marisol y lesionó de por vida a Giovana, quienes habían liderado una manifestación para exigir un cese a la violencia contra las mujeres, fueron atacadas violentamente.
Aquel 25 de noviembre, llamado popular y brevemente #25N, se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una celebración impulsada por la Organización de las Naciones Unidas desde 2008.
Paradójicamente, ese mismo día, tras la manifestación organizada para repudiar la violencia contra las mujeres, un limpiavidrios (convertido en gatillero por integrantes de la delincuencia organizada, según dijo la fiscalía sonorense) acabó con una activista y lesionó a otras, sin olvidar que la alcaldesa guaymense también fue víctima y testigo de los violentos hechos (aunque no son pocas las sospechas de que ella era el objetivo de aquella misión homicida).
¿Mal momento?, ¿mal lugar? Personalmente, no considero que a estas víctimas las acoja esa cuestionable expresión. Seré breve: La violencia está desbordada y no hallan la solución para darle fin.
Al principio de este escrito también hablamos de este año pandémico, que vemos sus últimos días con una supuesta amenaza mayor: La variante Ómicron.
Investigaciones profundas y preliminares indican (hasta ahora) que Ómicron no es tan amenazante como se ha difundido. Sin embargo, este noble escribano, que solo lleva la relatoría de esta columna se mantiene atento a las novedades médico. Insisto, no soy especialista, solo he realizado un exhaustivo recorrido informativo sobre estos casos.
Lo cierto es que la población ha normalizado la indiferencia contra el covid19 y cualquiera de sus variantes, por más monstruosas que las presenten.
Estaremos atentos a cualquier actualización y, por supuesto, con la esperanza de que este tiempo de pandemia, ya extendido por 21 meses, finalice pronto.
En este último tramo escribiré de la irrefrenable crisis económica, los precios de los productos han sufrido una inflación del 7.1% este 2021, de acuerdo con el Banco de México.
“La inflación en México ha alcanzado niveles no vistos desde hace dos décadas: en noviembre se ubicó en 7.37 por ciento a tasa anual, mayor a la esperada por analistas y alcanzando su nivel más alto desde enero del 2001”, alerta una nota informativa del periódico El Financiero.
Esta escalada en los precios no se había visto desde principios de siglo, por lo que debemos estar atentos a la cambiante economía, presionada por el incremento a los energéticos.
El otro año tendremos claros los motivos. Felices fiestas y acá nos seguiremos reencontrando este 2022, en este espacio editorial que es suyo.
Gracias por todo.