Dayan Lagarda / MO
Las importaciones agrícolas siempre han significado un retroceso en la soberanía alimentaria para el país, pues significa que no existe producción de un cultivo, como sucederá ahora con varios granos básicos, sin embargo, puede ser la salvación para otros sectores que dependen de la actividad primaria.
Anteriormente Luis Cruz Carrillo, presidente de la Asociación de Organismos de Agricultores del Sur de Sonora (Aoass), alertó que, solo hay alrededor de 18 mil hectáreas de trigo cristalino en el sur de Sonora, lo que significa que por primera vez en la historia México tendrá que importar esta variedad, haciéndolos aún más dependendientes de los mercados extranjeros.
Detalló que, en 2024, México importó 23.9 millones de toneladas de maíz, un incremento del 21%, el año que más se ha importado y seguramente ante el déficit de siembra, donde se espera una producción de solo 1 millón de toneladas, se superará dicha cifra con creces.
Por otro lado, esto significa la reactivación de empleos en el sector transportistas, pues al no haber trabajo por la falta de siembras, la importación es su esperanza, de acuerdo con Efraín Inzunza López, presidente de la Central de Empresas de Transporte.
Expresó que, esta es su esperanza, pues al requerir producto de este tipo se tiene que importar, entrando por Guaymas o Topolobampo, puntos que están cercanos, pero, el ferrocarril es otro obstáculo, ya que viene de Estados Unidos y entrega directamente al cliente, sin la necesidad de su participación.