Frente a este riesgo sanitario, en un país con un sistema de salud muy precario y que enfrenta la pandemia de COVID-19, la OMS dijo que lo más urgente es aumentar la cobertura de vacunación entre la población, particularmente de la que vive en zonas amazónicas y que están expuesta a dos mosquitos que trasmiten la enfermedad en áreas forestales (Haemagogus y Sabethes).
Asimismo, recomendó que se aumente la vacunación entre indígenas, inmigrantes y personas vulnerables que viven en áreas urbanas densamente pobladas, donde está expuestos al mosquito Aedes agyepti, activo en ciudades.
“Los casos reportados de fiebre amarilla muestran la importancia de vacunar contra la fiebre amarilla, especialmente en zonas endémicas de alto riesgo con ecosistemas favorables a su transmisión”, indicó la OMS en un comunicado.
Por otra parte, la organización recomendó a todos los viajeros mayores de nueve meses que se vacunen contra la fiebre amarilla al menos 10 días antes de su entrada en Venezuela.
No obstante, la organización enfatizó que no recomienda ninguna restricción de viaje o comercio con Venezuela en función de las informaciones que hay hasta el momento.
En el brote registrado ninguna persona ha muerto y tres enfermos eran asintomáticos. Los otros cuatro desarrollaron síntomas, entre ellos dolor de cabeza, dolor ocular, comezón en la piel y dolor de las articulaciones.
El probable lugar de la infección es un municipio rural en el estado de Monagas, en el noreste de Venezuela.