No recuerdo a ciencia cierta cuando conocí a mi amigo MARIO RIVAS, me agradaba como escribía, pero no lo que escribía. Lo que si recuerdo es que, una vez que él había entrado a Tribuna, platicamos en la puerta de la empresa. Ahí me comentó que era amigo del Lic. ÓSCAR GONZÁLEZ ASTORGA, quien había sido mi compañero en la secundaria Campoy. Muchos años atrás.
Posteriormente yo ocasionalmente formulaba el Congelador, cuya responsabilidad era de MARIO ZAMUDIO, o cuando menos aportaba algunos tips, de comentarios políticos nacionales. Hacia unas pequeñas anotaciones en una hoja suelta, y ÓSCAR, mejor conocido con el remoquete de la CHANGA, le comentaba que las anotaciones eran de él. Y MARIO las publicaba con su muy peculiar estilo. Mis charlas con MARIO, en tribuna se hicieron más frecuentes y mis recomendaciones en nuestras platicas, lo hicieron sospechar. Hasta que una vez me pidió que le diera algo por escrito y ahí fue cuando nos descubrió, que no era ÓSCAR quien le formulaba los apuntes.
Ya con la confianza que daba el ser amigos y compañeros de trabajo, aunque yo laboraba no para el periódico, sino directamente con mi amigo y posteriormente mi compadre FAUSTINO FÉLIX ESCALANTE. Quien en esos momentos era el director de Periódicos Sonorenses. Sobre la marcha le recomendé que dejara de citar solo personajes de la política municipal y lo hiciera al menos, sus comentarios incluyendo a los políticos del estado. Su respuesta fue simple no los conozco. Eso no importa si hablas positivamente de ellos, nadie te va a desmentir que no es cierto, menos aún si lo haces en esa forma tan amena como tú lo haces.
MARIO pese a no tener estudios, más allá de los básicos, su cultura la había desarrollado a través de la lectura, desde los clásicos Bet Sellers, hasta el rústico libro vaquero, sin descartar el lenguaje de Batman y Robín, así como esos diálogos románticos de Corín Tellado. Tenía en su redacción ese encanto que envolvía en su narrativa, lo leía desde el bolero, taxista, hasta el abogado o el político de moda.
Gustaba de escribir de cualquier tema, incluso el policiaco, por lo que hizo amistades dentro de algunos trabajadores de seguridad, en algunos casos con grandes afectos. Incluso alguien con malas intenciones, pasa algunos reportes de que andaba en malos pasos, lo que lo hizo aparecer en medios a nivel nacional, hasta que esto fue totalmente aclarado y desmentido, no volvió a hacer comentarios de página roja.
Enemigo de asistir a los eventos públicos, fuesen de carácter político o social, pero siempre buscaba en quien apoyarse y le pasara la información. Llegó a ser una lectura obligada al menos para la clase política del sur del estado, aunque entre sus lectores en la medida que fue incluyendo información estatal, en Hermosillo fue también sumamente leído.
Un bohemio de afición, amigo de las farras, como lo dice textualmente la canción, nunca ofensivo, menos aún grosero. Desde su juventud gustaba de cantar y no lo hacía mal, incluso llegó a participar en algunos concursos en su juventud, según sus propios relatos y los del Lic. MIGUEL ÁNGEL MURILLO AISPURO. Amigo de sus afectos, a pesar que en ocasiones se enojaba mucho con él, jamás perdieron ese afecto que se profesaban desde la juventud, de la palomilla del barrio.
Al lado de MARIO, sus amigos vivimos muchas anécdotas y experiencias, en lo personal la oportunidad de haber participado en la campaña de LUIS DONALDO COLOSIO MURRIETA, por la presidencia de la república, estuvimos desde el inicio en San Luis Potosí, Querétaro y estado de Hidalgo, ahí convivimos con políticos a nivel nacional, ahí fue donde mi amigo descubrió que los políticos eran de carne y hueso. Que no eran super héroes, sino simples mortales. En esta campaña donde se le había prometido una entrevista, que se quedó en su libreta de apuntes, pues precisamente el día de su asesinato, le habría dicho que la formularían, antes de nuestro arribo a Sonora. Habíamos formulado un cuestionario con mucho cuidado, durante una semana atrás y todo quedo ahí, MARIO ABURTO, no solo asesino a COLOSIO, también mato la ilusión de MARIO RIVAS, de entrevistar al futuro presidente de México, lo que nunca se llevó a cabo.
Cuando me integré al periodismo de tiempo completo, hubo un pequeño distanciamiento con mi amigo RIVAS HERNÁNDEZ, tal vez porque pedí la oportunidad de ser columnista en la misma empresa, con la idea equivocada de que, pensaba competirle, de lo que estaba muy lejos. Me integré a la empresa que en su momento era la única competencia de Periódicos Sonorenses, y tal vez eso, desagrado aún más a mi amigo. Aunque jamás me hizo una cara fea, o comentario fuera del lugar.
Yo pensaba que nada era ya lo mismo. Pero basto que me enfermara, de un mal que, me advirtieron los médicos, era terminal. MARIO se preocupó al igual que otros de mis amigos políticos, ellos fueron parte de la recuperación de mi salud. Una vez recuperado de salud, me hizo una confesión ‘CACHO’, la verdad te veía muy mal, incluso estaba ya preparando un artículo en tu memoria. Ahora te veo muy recuperado, y en un descuido creo que pudiese ser al revés. No hombre respondí, tú estás más fuerte que un toro.
Conforme pasaron los años MARIO, se hizo más formal y eso en ocasiones al político no les agrada mucho, pero MARIO RIVAS como periodista pudiese haberle criticado, como en su momento lo hice, de que él era demasiado amigo de sus amigos, pero que desgraciadamente estos eran todos priistas, y además le comenté que, si tus patrones eran priistas, tú te tienes que poner esa camiseta. Y la tengo bien puesta fue su respuesta. Pero eso en ocasiones molestaba algunos de sus lectores, que ya no simpatizaban con el tricolor.
Hace unos días, un muy buen amigo mutuo ENRIQUE GUERRERO, me comentó muy serio nuestro amigo RIVAS, se encuentra ya muy delicado de salud, está perdiendo mucho peso. En lo personal tratando de animarlo le recordé que yo había perdido en mi enfermedad casi cincuenta kilos, y su respuesta fue, esto es mucho más serio.
El día de ayer, aproximadamente a las diez de la mañana, me habló por teléfono JULIÁN LUZANILLA, amigo de ambos y me dijo MARIO, está muy delicado, dicen los médicos que se está despidiendo, casi a las once de la mañana, recibo, llamada de ENRIQUE GUERRERO, EL ZURDO DE CANANEA, como coloquialmente citaba MARIO RIVAS a nuestro amigo frecuentemente en sus columnas, y me dice están los médicos tratando de hacer un esfuerzo por operarlo, pues no puede respirar y menos hablar. El problema es la garantía del recurso, para la operación. Pero si tú mismo dices que ya está en fase terminal, cuál es el objeto de operarlo, no sé, es lo que se dice en la clínica San José. Donde está, internado desde muy temprano, pues en el seguro, le advirtieron que no había ya, nada que hacer. En el hospital clínica San José, lo recibieron, pero su desenlace puede ser cosa de horas. Casi a las doce horas recibí de nuevo la llamada del Zurdo, quien me informa nuestro amigo, acaba de fallecer, de inmediato le dije en unos momentos voy para allá. Ahí me encuentro a JULIAN LUZANILLA, y mientras yo entraba por una puerta RICARDO BOURS CASTELO, quien siempre estuvo preocupado por MARIO, salía por la otra. Ahí también además de su familia, se encontraban los amigos ENRIQUE GUERRERO y ARTURO OLIVAREZ SANEZ, a quien llamaba con afecto el trotamundos de Villa Juárez.
RIVAS te nos adelantaste un poco en el camino sin retorno, pero los amigos no se van, se quedan por siempre con nosotros y un poco más tarde o temprano nos reuniremos de nuevo, para continuar ese convivio grato, que tuvimos por muchos años.
La reflexión del día de hoy “SI TE PONES A PENSAR EN EL TIEMPO QUE PERDISTE, LO ESTÁS PERDIENDO DE NUEVO. LA VIDA SON MOMENTOS Y AHORA ES EL MOMENTO”.