El presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se reincorporó a sus actividades laborales tras recuperarse de su segundo contagio por COVID-19 que lo llevó a aislarse por una semana.
El mandatario insistió en “no espantarse” ante la cepa Ómicron, ya que, dijo, su experiencia demostró que la variante “no tiene la misma gravedad” que la Delta, aún predominante en algunas entidades.
“Ya salimos del contagio. Nos fue bien. Es demostrable que esta variante no tiene la misma gravedad de la anterior, de la variante Delta, en síntomas y tiempo de recuperación. Esto es bueno para que no nos espantemos (…) Es muy alentador”.
Esto lo sustentó al afirmar que sus síntomas fueron leves: sin calentura ni malestar de cuerpo, con oxigenación superior al 90%, “ronquera” durante dos días y ardor en la garganta. De ahí que aceptó haber tomado Paracetamol sólo cuando tuvo malestar y miel con limón para la incomodidad de la garganta.
A pesar de ello, Andrés Manuel aceptó el acelerado incremento de casos positivos en la República, los cuales ya rompieron su récord histórico en tres ocasiones durante la semana en la que se ausentó, siendo la más reciente la registrada para el 14 de enero con más de 44 mil positivos.
Asimismo, reconoció que la contagiosidad de Ómicron ha demostrado ser superior a la Delta, por lo cual hizo un exhorto a la ciudadanía a continuar con el cumplimiento de protocolos sanitarios.
“Evitar contagios porque eso sí, se trata de una variante muy contagiosa.Mucho muy contagiosa. Están creciendo mucho los contagios en el país”, aseveró durante su conferencia matutina.
De igual manera, aprovechó para reiterar en la importancia de la vacunación como el método más eficaz para combatir al COVID-19, así como la herramienta con la que “estamos saliendo adelante”.