Martín Alberto Mendoza / El Tiempo

QUE AFÁN tan empecinado el de nuestras autoridades, al continuar experimentando en cargos claves en la Jefatura de Policía Preventiva y Tránsito Municipal, con gente inapropiada, ambiciosa y enferma de poder, esto, luego de que la tarde de ayer designaron como director operativo a un pusilánime y apocado, Jesús Navarro Velarde, quien lo menos que tiene es ser operativo. Su nombramiento generó un ambiente de desánimo y repudio entre el personal porque este individuo no puede estar parado un ladrillo porque se marea. En lo personal no tengo nada en contra de él, solo que resulta imposible no ser analítico en este tipo de situaciones por lo que se hace necesario cuestionar: ¿Hasta cuándo van a entender los gobernantes que el tema de seguridad pública no se puede politizar? Esos regidores que lo que están apoyando tienen que ser más congruentes con su investidura y en vez de andar impulsando y protegiendo a este tipo de policías deben preocuparse por la grave situación de inseguridad que azota al municipio. Es más factible y prioritario que trabajen en la búsqueda de acordes alternativas de solución para afrontar al crítico problema de la agobiante violencia y criminalidad, esto, resultaría más benéfico que dar impulso a individuos timoratos y obsesionados por el poder. Quiero pensar que lo hacen porque no conocen realmente a Navarro Velarde o son igual de bribones que él porque para nadie es un secreto que en las comisiones en que ha estado ha sacado provecho y medio. Quienes en su momento fueron sus subalternos aseguran que no es una persona transparente y mucho con la probidad que, al final es lo que se requiere para comenzar a atacar la corrupción en las filas policiales, pero tal parece que se tapan con la misma cobija y lo digo por aquellos que son proclives a defender causas perdidas… JUSTO ES DECIR que la decisión de colocar en ese cargo a Navarro Velarde no fue del nuevo comisario, Claudio Cruz Hernández, pero se dice que mucho tuvo que ver en esto el excomandante jubilado y pensionado por enfermedad, Carlos Alberto Monares Vargas, a quien hay que volverle a repetir que ya nada tiene que hacer ni en palacio mucho menos en la Jefatura de Policía. Es tiempo que mejor se aleje de la institución y se dedique a cuidar a sus nietos. Es momento que deje de andar generando cotos de poder, porque nadie hace nada por amor al pueblo y menos Monares Vargas que ha llevado una vida dispendiosa y aun así sigue empeñado en mantenerse en el ambiente policíaco, cuando ni siquiera en sus tiempos mozos fue un policía de vocación y mucho menos con mística de servicio. Actualmente hay muchos elementos más jóvenes con sanas y promisorias ideas que él, por lo que deben ser a ellos a quienes el aparato gubernamental tiene que brindarles una mayor oportunidad de crecimiento y desarrollo en su carrera profesional y no permitir a ex policías obsoletos y arcaicos estigmatizados por sus desaseadas conductas. Como muestra de ello haré referencia a un sonado asunto que sucedió hace poco más de diez años siendo alcalde, Manolo Barro. Para nadie es un secreto lo acontecido en el Parque Industrial, sitio, donde miembros de la Policía Municipal capturaron a dos sujetos que estaban tratando de arrancar el cajero automático bancario de Banamex. Los presuntos delincuentes al verse copados por agentes preventivos dijeron que le llamaran al comandante porque se trataba de un “jale arreglado”, por lo que insistieron mucho para que arribara el dichoso jefe policíaco y los dejaran en libertad. ¿Quién cree usted que era ese comandante? ¿Tiene usted idea a quién llamaban y pedían a gritos que llegara los fallidos asaltantes oriundos de Hermosillo, Sonora? Ahí se lo vamos a dejar de tarea, para que vean que hay muchas cosas que los propios gobernantes desconocen de ciertos personajes que se aferran a las delicias del poder, pero están a tiempo para que lo investiguen. Seguro estoy que son los muchos los policías en activo quienes deben conocer esta historia, así que no hay necesidad de dar brincos en lo parejo… COMENTAN que tan luego fue nombrado Jesús Navarro Velarde, nuevo “10-3” hasta a su propia sombra se lo platicaba allá por rumbo de palacio donde a quienes se le atravesaron en su desesperado andar le iba platicando que lo acababan de nombrar nuevo Director Operativo, encomienda que vemos difícil que cumpla como tampoco lo hizo cuando fue comandante de la Policía Rural, de la Comisaría de la colonia Marte R. Gómez y Villa Bonita y otros cargos. Lo que no sabe es que si empieza a humillar a los agentes estos ya advirtieron que alzarán sus voces de protesta porque no están dispuestos a soportarle su bipolar conducta. También aseguran que en cuento a comience a cobrar “cuotas semanales” a los mandos medios igualmente lo delatarán para que vean que no es tan pulcro como pretende hacer a regidores que lo apoyan, al igual que uno que otro funcionario. Afirman que es peor que Adán Valenzuela Cruz, por lo que habrá que ponerle ojos a su desempeño y ver si realmente cumple con honestidad como responsable operativo de la dependencia… QUIEN TAMBIÉN resultó bien apadrinado es ex comandante de la Policía Rural, José Lorenzo Félix Rivera que, ahora despacha como jefe de los policías auxiliares. Por supuesto que su cargo es un coto de poder de quien lo recomendó para que ocupara ese cargo porque no creemos que lo hayan hecho solo por amor al arte y más en ese cargo donde se mueve importantes sumas de dinero por lo que igualmente hay que estar pendiente con el comportamiento de Félix Rivera, quien no es muy bien visto por los privilegios con que manejan la asignación de eventos sociales a los auxiliares. A quien le costó una regañada de padre y señor mío fue al ex comandante Héctor Montoya Gómez, cuando en una reunión presidida por el devaluado, Cándido Tarango Velázquez este le dijo que si quien había nombrado a Félix Rivera como jefe de los auxiliares y al no dar una respuesta convincente lo maltrató de la forma más ruin que usted pudiera imaginarse… OJALÁ QUE con la llegada de Navarro Velarde, no vaya a tratar de acomodar gente a modo porque hasta ahorita todos o casi todos están cumpliendo con la misión que se les confirió. Uno de los comandantes que ha estado respondiendo cabal y prolíficamente es el de la Comisaría de Pueblo Yaqui, Alberto Báez Flores, cuyo personal ha hecho varias detenciones, entre estas, la de dos presuntos delincuentes que traían cuarenta “ponchallantas” en una mochila, por rumbos de las calles Meridiano y 400, Valle del Yaqui. Indudablemente que es uno de los mandos medios que está cumpliendo al igual que el comandante del Sector 15, Daniel Navarro Salas, quien con el respaldo de sus subalternos ha estado sacando de circulación a varios mozalbetes incluyendo un presunto multiasaltante que los traía en jaque, pero desde que cayó esa escoria de la sociedad decrecieron sensiblemente los robos a tiendas de autoservicio… HAY QUE RESALTAR que lo mismo han estado haciendo los integrantes del Grupo de Investigaciones a cargo de Gibrán Adrián Zazueta Murrieta, con la captura de varios ladrones y de pilón objetivos criminales que resultan vital para que decrezca la ola de muertes. Por cierto, que cerró enero con 55 ejecuciones, así que no hay nada que festejar, por el contrario, el Capitán de Navío, Cruz Hernández, debe irse poniendo las pilas y salir a trabajar que los delincuentes no se van a ir a entregar solos y sobre todo por voluntad propia al edificio de las calles 300 y Jalisco, así que señores hay que predicar con el ejemplo… POR ÚLTIMO, se me pasaba comentarle que ayer fue destituido como comandante de Tránsito Municipal, Rosendo Moreno Amaya y su lugar fue ocupado por el puebloyaquense, Manuel Gutiérrez Arredondo. En el siguiente despacho les hablaré profusamente de su trayectoria, así que luego seguimos, Dios mediante.

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