PUES SÍ QUE están haciendo el negocio de su vida el jefe y subjefe de Policía y Tránsito Municipal de Bácum, Óscar Verdugo Amparano y Ángel Cuevas Sánchez, al dedicarse a interceptar a conductores de vehículos de manufactura extranjera y presuntamente los “bajan” con sumas que oscilan entre los cuatro y seis mil pesos por unidad automotriz. Por supuesto que están incurriendo en delitos contemplados en el Código Penal Federal como sería uso indebido de atribuciones, extorsión y chantaje con fines de lucro y no crea usted que tienen una semana o dos sino muchos días y esto no solo debe saberlo el delegado estatal de la Fiscalía General de la República (FGR), en Sonora, Francisco Sergio Méndez, sino el propio alcalde del vecino municipio, Serge Enriquez Tolano, quien no creemos que se esté haciendo de la vista gorda y si así es pronto se sabrá, porque no es posible que permita a estos mandos que, además de usurpar funciones porque le están haciendo a los “aduanales” cuando no es esa la función de la Policía Preventiva. Con razón Verdugo Amparano y Cuevas Sánchez, solo se le ve “trabajando” de noche y cómo no, sí nada más con que pasen diez carros “chocolates” por esa vía alterna es un negociazo. Lo peor es que el tripulante seguramente ya pagó en las garitas, más lo que tienen que soltar en el trayecto de Hermosillo a esta ciudad. El asunto está delicado en Bácum, por lo que el Ministerio Público de la Federación debe poner atención y proceder conforme a derecho y no permitir que estos falsos empleados del SAT estén trabajando para sus bolsillos y no precisamente para las arcas gubernamentales, por lo que es tiempo de frenarlos y terminar con su execrable negocio que se sabe tienen tiempo explotando, ya que la misma población se ha encargado de delatarlos, así que resulta saludable que Enríquez Tolano, tome la decisión de darles las gracias a estos desleales y falsos servidores públicos y colocar a personas con más probidad y decencia. Lo condenable es que pregonen ser de la 4T, cuando en realidad son unos trúhanes con uniforme y charola… NO HAY QUE OLVIDAR que de por sí, el tema de la inseguridad en esa cabecera municipal es casi prima hermana a la que se vive en Cajeme y luego estos señores fomentando ilícitas conductas. Para nadie es un secreto que el problema de la criminalidad en ese territorio es muy grave y muestra de ello es que la federación ya comenzó a construir lo que será el cuartel de la Guardia Nacional, en el ejido Francisco Javier Mina, Campo 60, justamente para que se atienda de manera permanente la ingobernabilidad que no solo aquí, si no que también se vive a lo largo y ancho de ese municipio. El construir un destacamento de la GN no es una simple ocurrencia sino una necesidad constante, por lo que pronto se instalarán ahí un buen número de militares por instrucciones de su titular, general, Luis Rodríguez Bucio y se espera que al menos a ese cuartel sí realice sus visitas el coordinador regional de la GN, general, Benedicto Santamaría González, ya que hace mucho tiempo que no se le ve por Cajeme. Por cierto, ayer me topé con un filtro de guardias nacionales y la verdad que son una amenaza para la población, ya que no saben conducirse con tranquilidad hacia la ciudadanía, pese a que son considerados la perla de la seguridad por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aunque aquí solo han venido a protagonizar serios escándalos. Sobre esto, habría que recordar aquellos elementos que se dedicaban a cobrar cuotas en “tiraderos” de droga, al grado que fueron captados por cámaras de videovigilancia y las imágenes le dieron la vuelta al mundo, tras ser difundidas por noticieros nacionales. Después se les acusó de dedicarse a “bajar” a jóvenes en las colonias Villafontana y Sóstenes Valenzuela Miller, la popular 410, así que son más las malas que las buenas… MIENTRAS continúe Jesús Navarro Velarde solo dando órdenes por la frecuencia radial y no se ponga a predicar con el ejemplo no van a disminuir ni los robos, mucho menos los cristalazos y despojos de motocicletas como ocurrió la tarde de ayer en el fraccionamiento Real de Sevilla. Debe entender que se requiere trabajar mediante continuos recorridos de vigilancia y proponiendo estrategias, en vez de andar buscando moros con tranchetes como lo hizo en la Comisaría de Esperanza. Que no comprenderán que los policías a quienes acusó de rateros tienen familias e hijos y que lo único que ha comenzado por ganarse es la repulsa y el odio de la población y por supuesto que el rechazo de quienes hipócritamente llama “hermanos”, porque según él se va a valer del respaldo de ellos para llegar a ser Secretario de Seguridad Pública del Estado. Quién le va a creer semejante dislate, si no se la lleva más que maquinando perversidades contra el prójimo. Por qué mejor en vez de hacer daño a la tropa policial no busca la manera de combatir a los delincuentes o porque no lo hizo cuando estuvo en la Policía Rural en el Valle del Yaqui. Bien dicen, no hay loco que coma lumbre, dicho coloquialmente. Ayer nos comentaron que los policías no le van a soportar arbitrariedades e incluso ya se alistan para sostener un diálogo con el capitán de navío, Claudio Cruz Hernández, para que tome cartas en el asunto antes de la situación se salga de control… LE RECOMENDAMOS a Carlos Monares Vargas que se busque a otros voceros para golpear públicamente a ciertos elementos que andan muy cerca del alcalde como lo hizo ayer. Es evidente que pretende utilizar este espacio para lanzar dardos envenenados a quienes no lo dejaron llegar como encargado de la seguridad del máximo jefe de las fuerzas armadas en el municipio y es obvio que trae mayúscula frustración atravesada, pero por algo debió haber sido. Eso de que en la administración 2012-2015 algunos agentes resultaron positivos al antidoping que les mandó practicar el entonces secretario de Seguridad Pública, Fernando Isaac Apodaca Lauterio (QEPD) y como consecuencia de ello fueron suspendidos y hoy están de nuevo en las filas policíacas porque mejor no convoca a los reporteros de palacio y exterioriza ese malestar. No se vale escupir hacia arriba como lo hace el traidor de Navarro Velarde. Por algo están cortados con la misma tijera, pues si son iguales de desadaptados sociales, y ya que volvemos a tocar el tema del jefe operativo. No es válido que exija a los elementos que porten mejores uniformes si ya van a cumplir cuatro años que no reciben ese tipo de indumentaria. Cándido Tarango Velázquez, trató de dotarlos de ese atuendo, pero resultaron de malísima calidad y los agentes prefirieron regresarlos. Hasta en eso han escatimado gastos, cuando en otros gobiernos nunca sucedió tal limitante. Ojalá que el jefe de la comuna, Javier Lamarque Cano recuerde el trato que le dio a la corporación en su primer trienio que estuvo al frente de las riendas del municipio y haga un esfuerzo al menos en ese rubro porque hay algunos agentes que de plano traen muy diluidos y descoloridos sus atavíos… COMENTAN que ya alista su proceso de jubilación el comandante, Martín Roberto García Sánchez, quien de plano fue muy mal aprovechado en la administración anterior figurando como su principal verdugo, Adán Valenzuela Cruz, quien le hizo muchísimo daño. Cualquier día les traeremos el recuento de los daños. García Sánchez es un buen hombre y lo demostró desde sus años mozos, al formar parte de valioso grupo de socorristas voluntarios de Cruz Roja, donde por el solo afán de ayudar al prójimo con una actitud por demás loable y filantrópica cumplió con incontables guardias nocturnas, pese al duro cierzo del invierno y ni que decir en las épocas de verano. Indudablemente que ahí estriba parte de la grandeza del ser humano, así que bien vale la pena reconocerle su trayectoria como servidor público… SIN HACER mucho ruido, pero quien ahí la lleva es el comandante de la Delegación Yucuhimari, Alejandro Robles Martínez, quien ha logrado disminuir sensiblemente los elevados índices delictivos en ese sector donde en otros meses no había semana que no se cometiera una, dos y hasta tres ejecuciones y hoy se respira un ambiente de mayor tranquilidad, gracias a que se está cumpliendo con los recorridos de vigilancia y prevención del delito. Lo trascendente es que perdure esa serenidad para bien de las familias de ese vasto sector de la localidad, así que luego seguimos, Dios mediante.