QUE LAMENTABLE que la violencia no ceda ni el más mínimo ápice. No es posible que todos los días haya asesinatos, como sucedió la tarde de ayer en Villa de Cortés con la muerte de un hombre de 32 años y de esta forma se elevó a 37 la cifra de ejecuciones en marzo que hoy culmina. Lo preocupante es que se mantienen los índices y no se puede decir que vamos a la baja, en menor proporción en comparación a meses anteriores, debido a que lo mismo cometen una ejecución que dos o tres y hasta más, en cuestión de horas. El fantasma de la muerte se pasea libremente por las calles del municipio, pese a que hoy más nunca se ha incrementado la vigilancia de militares, marinos y guardias nacionales, y por lo que nos enteramos ayer ya volvieron hacer alianza elementos de la Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP) y militares del 60 Batallón de Infantería y los resultados han comenzado a florecer con la detención de hombres y mujeres en posesión de droga, de acuerdo a comunicados emitidos por la secretaria de Seguridad Pública del Estado (SSPE). Sin embargo, se requieren de acciones muy concretas y específicas que consisten en sacar de la calle a gente armada que, a todas horas del día pululan en motocicletas y aunque usted no lo crea hasta en bicicletas, de ahí que como advertía el ex comandante de la Policía Municipal, don Jesús Estrada Medina, hay que atorar a todo lo que se le parezca sin dejar pasar nada por más delante ese que dejaron ir nos va a matar alguna gente, decía, sabiamente, el extinto ex jefe policíaco, en sus constantes recomendaciones a la tropa, a quien lo primero que le aconsejaba era no pegarle a “Roberto”, es decir que no se dedicaran a robar, sino a trabajar por la paz y tranquilidad de la ciudadanía y pobre de aquel que desafiara sus indicaciones se iba arrestado a las celdas hasta por una semana. El castigo consistía en que, al terminar la jornada laboral diaria, es decir, salían de su turno, en vez de irse a dormir tranquilamente a su casa, ya sabían que los esperaban las celdas y otro día solo se les permitía una hora para ir a bañarse a su domicilio y se regresaban a trabajar y no había consideraciones de ningún tipo para nadie. Prevalecía férrea disciplina y las órdenes se acataban. Hoy, hay quienes todo quieren arreglar con dinero y resulta muy extraño que haya boletas de arresto porque hasta eso lo solucionan con circulante mal habido, por supuesto… OTRO QUE TAMBIÉN, solía decir algo fallando, casi de manera irremediable, es el ex titular de la secretaria de Seguridad Pública, capitán de fragata de la secretaría de la Marina, Cándido Tarango Velázquez, al referir que no están funcionando las estrategias, esto, debido a que no se detienen los crímenes, por el contrario existe latente riesgo de que en cualquier momento se incrementen aún más, como sucedió a lo largo y ancho del 2021. De nada ha servido que el propio director operativo, Jesús Navarro Velarde, cuente con un asesor en estos temas, según él, para demostrarle al capitán de navío, Claudio Cruz Hernández y al alcalde Carlos Javier Lamarque Cano que, sí conoce de cuestiones operativas, cuando para nadie es un secreto quien es su asesor y quien que tampoco ha servido para maldita la cosa. Este mismo personaje es quien hace las recomendaciones al “bobalicón” del jefe operativo de quien asignar en ciertas comisarías y delegaciones. Ustedes ya deben conocerlo. Fue brazo derecho de Antonio Gutiérrez Lugo, en la administración 2015-2018. Era quien solía quedarse interinamente como comandante, cuando Guillermo Lachica Campoy se perdía por días. Lo que sí es una verdad de a kilo es que primero que nada, el comisario de Policía no debe dejarse engañarse por Navarro Velarde y en segundo término es preferible que él y personal de Marina que trae a su mando se dediquen a su quehacer sin tomar en cuenta ni al director operativo que en realidad no es operativo y tampoco confiar en el inspector de policía, Isaías Soria Galván, no vaya a ser que termine demandado y si no lo cree que es capaz de hacerlo, resulta tan sencillo que se lo pregunte vía telefónica a Cándido Tarango Velázquez, para que se dé cuenta de la realidad. Por lo pronto, ninguno de los dos ha cumplido su encomienda de encabezar acciones operativas en horas de la noche y madrugada porque está visto que a esas horas se sueltan los demonios. Lo complicado va a estar en que estos jefes policíacos no trabajan de día, menos de noche…Y OTRA VEZ no nos equivocamos cuando aludimos que los operativos en horas de la madrugada pueden ser más efectivos que en el día. Ahí tenemos que ayer poco después de las 3:00 de la mañana, infantes de Marina y policías municipales de Esperanza, aseguraron un grupo armado en poder de un rifle de asalto de los llamados “cuerno de chivo”, cartuchos, cargadores, más de cuatrocientas dosis de “crystal” y un automóvil Kia, línea Óptima. Los “angelitos” estaban en las afueras de una vivienda de la colonia Ejidal, en la Comisaría de Esperanza. Se trata de cinco individuos, entre ellos, un menor de edad. De seguro que sus padres no sabían en qué pasos andaba su niño de apenas 16 años. Quizás se dieron cuenta, hasta que se encontraba detenido en la representación local de Fiscalía General de la República, donde se encargarán de procesarlos penalmente. Hasta entonces se dieron cuenta sus progenitores que su niño estaba en un frío separo de la FGR, en Cajeme. Indudablemente que las huestes del delegado estatal de la FGR, en Sonora, Francisco Sergio Méndez, habrán de iniciarle exhaustiva investigación antes de remitirlo al Instituto de Tratamiento y de Aplicación de Medidas para Adolescentes (Itama), una vez que acredite la minoría de edad. Qué lástima que jovencitos a esa edad ya anden con consumados sicarios y lo peor es que sus padres deben ser los primeros en criticar a las autoridades de lo que está sucediendo, cuando ellos no cumplen con su deber y ahí están las consecuencias… EN DÍAS PASADOS comentaba que mi tocayo Martín Roberto García Sánchez, ya alistaba su jubilación de las filas policíacas porque prácticamente está a nada de cumplir 28 años de servicio que se requieren para alcanzar la jubilación, pero nos enteramos de que fue enviado a la Comisaría de Cócorit con el comandante Jesús Antonio Valdez Varela, quien ha mantenido tranquilo el llamado pueblo mágico. Se espera que perdure esa paz y serenidad. Volviendo con García Sánchez, tal parece que seguirá manteniéndose activo por un tiempo más y en su momento habrá de retirarse dignamente y se espera que no regrese como Carlos Monares Vargas, que primero gestionó su jubilación y después su pensión por enfermedad, para luego regresar. No tiene caso andar quitándole la oportunidad de trabajo a policías con bríos e ideas actualizadas… AHORA TENDRÁN que desplegar fuerzas armadas hacia la zona norte de la ciudad para rastrear a presuntos delincuentes que tal parece que han comenzado a sembrar terror y pánico entre familias de ese sector de la población, al exigirles “cobro de piso”, según reportó a las autoridades policíacas un residente de esa latitud urbana. Aquí va a ser necesario que agentes federales de la Coordinación Nacional Antisecuestros (Conase) le entren al tema con el sofisticado equipo con el que cuentan y con apoyo de efectivos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) que encabeza el comandante, Ramsés Arce Fierro, quien conoce mucho de labores de inteligencia, por lo que es imprescindible atajar estas expresiones delictivas antes de que se convierta en un monstruo de mil cabezas, tal y como sucedió con la violencia y criminalidad hace más de doce años, precisamente cuando Carlos Monares Vargas, era jefe de la Policía Preventiva y Jesús Alberto Navarro Salas, despachaba como director operativo de la Jefatura de Policía Preventiva y Tránsito Municipal, que paradojas tiene la vida y conste que no estoy culpando a ninguno de los dos, pero es justo recordar quienes eran los mandos policíacos en esos tiempos y a la vez que el actual titular de la SSPM conozca los orígenes de Navarro Velarde que son muy honorables que digamos. En fin, luego seguimos, Dios mediante. 

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