En las últimas conferencias mañaneras hemos visto a un presidente de la República, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, sin poder despistar el coraje y el rencor en contra de sus adversarios, pero en la de ayer lunes se desbocó hablando pestes de la oposición, luego de conocer que los diputados del PRI, PAN, PRD y MC, le dieron palo sepultando su reforma eléctrica, que tanto le interesaba, en una sesión maratónica del Congreso de la Unión, donde los diputados de las bancadas anteriores le tiraron con todo a las bancadas de Morena y sus aliados del PT y PVEM, que tampoco se quedaron callados y soltaron las ofensas contra quienes no quisieron alinearse a los caprichos de un presidente, cuyo propósito era no moverle ni una coma al proyecto de reforma. Y es que, por un lado, vimos en los foros previos a la reforma, que la oposición acusaba que no votaría a favor, toda vez que privilegiaba el uso de fósiles como combustóleo y carbón mineral, cuyo principal proveedor es el senador ARMANDO GUADIANA TIJERINA, por compromisos de campaña de la 4T. Pero además, la oposición fue muy enfática en señalar que la nueva reforma rechazaba el uso de energías limpias, como la eólica y la solar, que además de no contaminar son más baratas que las producidas con extractos fósiles, lo cual generaría demandas con pérdidas millonarias por pago de indemnización por 40 mil millones de pesos, a empresas a las que no se les respetarían los contratos previamente firmados. Y, por otro lado, nunca miramos a un López Obrador, ni a algunos de sus operadores políticos, como el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, SERGIO GUTIÉRREZ LUNA, ni al coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro, IGNACIO MIER, ni al mismo dirigente nacional de Morena, MARIO DELGADO CARRILLO, buscando la forma de dialogar civilizadamente con la oposición, ya que fue notorio que les ganó la soberbia y la arrogancia, porque siempre se la llevaron criticando y con golpeteo político, razón por la cual nunca pudieron complementar los 332 votos que ocupaban para tener la mayoría calificada, así que de los 498 diputados que asistieron, los números quedaron con 275 a favor de Morena y la coalición, en tanto la oposición logró 223, por lo que les faltaron nada menos que 57 votos y la reforma se fue a la tumba. Y es que en los últimos meses al señor presidente se le han acumulado los tumbos, que seguramente lo cargan preocupado, no por el bienestar de la gente, sino por lo que todo esto significa para la sucesión presidencial en el 2024, como los resultados pálidos de la reciente consulta por la revocación de mandato, donde de 92.7 millones que conforman el padrón electoral, solo 15 millones votaron porque continúe en el cargo, lo cual tanto él como los morenistas clasificaron como un exitazo, pero el presidente sabe que fue un rotundo fracaso porque representan solo el 17 por ciento del total de los electores. Y respecto al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) lo carga muy preocupado el hecho de que no repunta la llamada central avionera, toda vez que sigue con 8 o 10 operaciones diarias, que no tienen nada que ver con las 900 que tiene el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, por lo que los hechos le están dejando claro que no sirvió para nada el haber cancelado el aeropuerto de Texcoco, para construir el AIFA porque no resolvió el problema de la sobre saturación del Benito Juárez y además, por esa mala decisión política se perdieron los 160 mil millones de pesos que ya estaban invertidos, más los 300 mil millones de pesos de indemnizaciones que se están pagando por los contratos cancelados. Y si a eso le sumamos el fracaso de la seguridad pública, que ha convertido al país en un panteón gigante con decenas de miles de muertes y sin una estrategia que dé resultados. Y lo más grave para el mandatario, es que los mexicanos están abriendo los ojos y se están dando cuenta que la falsedad y mentira lo acompañan en su Gobierno, cuya debacle empezó con la falacia de la rifa del avión con la que empezó viéndole la cara lindo y bonito a los mexicanos. Pero todo indica que por lo anterior las cosas se le pondrán cada vez más difíciles, toda vez que con la pésima operación política con que se manejan los “cuatroteistas”, tampoco le aprobaran la reforma electoral, ni la reforma para integrar a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional y esto podría generar fisuras irreparables entre morenos e incluso de la coalición con el PT y PVEM, que de cara al 2024 no auguran un buen futuro para la 4T en general, pero igual de aquí a entonces pueden pasar muchas cosas, porque otra realidad es que tampoco la oposición  puede presumir la unidad, toda vez que muy pocas veces se mira lo que pasó el domingo pasado que se unieron para echar abajo proyectos del Gobierno en turno. Pero ojo, si siguen demostrando esa unidad en lo sucesivo, tumbándole propósitos a la 4T, que se agarren los morenos para el 2024, porque si bien es cierto que actualmente se puede hablar de que llevan todas las de ganar, esa tendencia podría llevarlos a la tumba política. Y no podemos dejar por fuera algunas opiniones que se dejaron ver en las redes sociales durante y después de los resultados en el Congreso, pero ninguna tan alocada y aberrante como la del diputado GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA, que se la pasamos textual: “Estamos en el debate más importante en la historia de México….. es entre dejar al país en manos del imperialismo y capitalismo que dejó en la pobreza a millones de personas, o regresar al patriotismo y régimen de estado que tan buenos resultados dio a Venezuela, Cuba y Bolivia”. Hágame usted el favor, como si no supiéramos la represión y la pobreza en que viven la mayoría de los habitantes de estos países dictatoriales. Una pregunta: ¿Con esta publicación, habrá alguien que dude que el propósito de la 4T es convertir a México en una dictadura? Interesante también y muy real la opinión del expresidente del INE, LUIS CARLOS UGALDE, quien dice en Twitter que López Obrador, seguirá siendo popular, poderoso y estridente, pero cada vez más acotado, porque inicia su declive. Y el diputado del PAN, JULEN REMENTERÍA, dijo una gran verdad, al expresar que los propios morenistas fueron los autores de la unidad de la oposición, por la presión que ellos mismos hicieron. Sin esa presión, la oposición no se hubiera unido. Indudablemente, esto coincide con lo que le decíamos que Morena no tiene buenos operadores políticos, de tenerlos sí hubiese sacado adelante la reforma. Ahora hay que esperar qué sigue con las demás reformas, de cuyos resultados dependerá si el presidente y la 4T se reivindican o siguen en picada, como los pelícanos cuando se lanzan al mar por un pez.

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