Mi celular sonó varias veces: al mirar la pantalla, vi que, quien me llamaba, era Jorge Morales, el ex secretario de Comunicación con Guillermo Padrés.

¿Qué querrá?, me pregunté y, recordé aquella maquiavélica sentencia en la película de El Padrino, “a tus amigos, cerca, a tus enemigos, más cerca”.

Contesté.

Me dijo que, hace 10 años, lo entrevisté en un programa que tenía yo en Megacable, cuando él era funcionario del nefasto Padrés, y que, por su condición, no podía hablar mucho pero que, ahora sí, podíamos debatir sobre el tema del No al Novillo.

Acepté, porque, de una forma o de otra, Moralitos iba a dar su versión sin ningún contra peso y, había que atorarle.

Cuando a los minutos vi su invitación al “debate”, donde puso que el Movimiento era falso, estuve a punto de rajarme, porque desde ahí, dueño del bat y las pelotas, pues lanzaba un falso juicio sobre algo que fue real.

Pero, rajarme sería tanto como darle la razón, y entonces le di para adelante.

Como lo esperaba, de entrada, me descalificó diciendo que antes era un periodista y ahora era un cocinero, como si el oficio de escribir, algún día se olvidara. Pero pues, si es así, qué caso tenía hablar de un movimiento, cuando, como cocinero pues mejor intercambiamos recetas.

Morales basó su teoría diciendo que aquellas marchas multitudinarias (que en ese entonces descalificaba), eran producto de una manipulación para llevar a políticos del PRI al poder.

Respondí que el Movimiento fue atendido con el corazón por la mayoría de los cajemenses, esos que queremos a nuestra tierra y deseamos que, acá, se den las mismas oportunidades que tienen en Hermosillo, y que fue ese el verdadero motivo de llevarse el agua del Río Yaqui a la capital.

Según su teoría, al salir Padrés del gobierno, se acabaron las marchas y las protestas y por lo tanto era un movimiento contra el exgobernador.

Le expliqué que, tanto Claudia Pavlovich como Enrique Peña Nieto, aprovecharon el movimiento para ser electos, pero que ELLOS, traicionaron el movimiento y no al revés. Ellos pidieron tiempo para arreglar el abasto de agua de Hermosillo, sin afectar al Yaqui, y luego se hicieron locos.

Seguía insistiendo que, a raíz del Acueducto no se había dejado de sembrar ni una sola hectárea en el Yaqui, pero le aclaré que solamente es cuestión de tiempo, porque, si las cosas de la sequía siguen como hasta ahora, lo más probable es que en el siguiente ciclo agrícola no exista agua suficiente.

Le recordé como es que ellos, desde el gobierno del nefasto Padrés, insistían que el agua del Novillo era para siempre, y nunca se pusieron a pensar que pronto, no habrá agua suficiente en esa presa para bombear el agua hasta Hermosillo.

Morales, necio y desinformado, aseguraba que el agua del Yaqui no es del Yaqui, y que por lo tanto se podía desviar agua de una cuenca a la otra, sin saber que eso está prohibido por la ley, además de que, la ley dice claramente que el agua de los ríos pertenece al valle donde desemboca. Pero no quería entender. Mentiroso, al igual de cuando trabajaba para el tal Padrés, insistía en que el movimiento fue falso.

Le recordé que, cuando se instalaron las plantas tratadoras en Hermosillo, se dijo que el producto de 70 millones de metros cúbicos de aguas grises, se iban a intercambiar con productores agrícolas de Hermosillo y entonces tendrían resuelto el problema de desabasto en la capital, a un costo mucho más barato que los 50 millones de pesos que cuesta mensualmente bombear agua por el acueducto. Pero no, lejos de intercambiar agua, Conagua permitió que se abrieran más tierras al cultivo en Hermosillo, además de las miles que se abrieron por Pesqueira.

Pero, en fin, dueño del terreno de juego, insistía una y otra vez que el movimiento de No al Novillo fue falso, y no quiso aceptar que, si viviéramos en un país donde se respetan las leyes, el Acueducto ni siquiera se hubiera construido.

Nunca dejó de insistir, en que la lucha por el agua era de los agricultores, y no quiso entender que no, que, en el fondo, de los miles y miles que marchábamos, no teníamos ni jardín para sembrar, si acaso, una maceta, y que contrario a eso, lo que buscábamos son las oportunidades que da el agua, y que las secuestraron desde Hermosillo, en perjuicio para nuestr@s hij@s y su futuro. Por eso cada vez más jóvenes emigran a otras ciudades.

Al día siguiente, viernes, repitió el programa, solo que ahora lo anunció como un movimiento electoral, con lo cual, me queda clara la necedad de Moralitos y su raza, por lavarse la cara contra el atentado que hicieron contra el Yaqui y que, si nos dejamos, vendrán por el resto para seguir creciendo allá.

Gracias

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