Y vaya que por fin salió a flote lo que tácitamente ya estaba dicho dentro del servicio exterior mexicano, pues para nadie es un secreto que desde la primera mitad del año pasado se empezaron a ver movimientos aparentemente extraños en los bastiones regionales.
Previo y pasadas las elecciones de 2021, en donde hubo relevos en las entidades de Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua. Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas, se empezó a denotar un flirteo entre el gobierno federal y varios de los gobernadores de oposición que ya iban de salida, situación que pasó a reafirmarse en los lugares en donde tomaron posesión -en alternancia- los nuevos gobernadores de Morena
Así fueron deslizando los nombres de los priístas Claudia Pavlovich de Sonora y de Quirino Ordaz de Sinaloa, como prospectos al Consulado en Barcelona y a la Embajada en España, respectivamente.
De igual manera, empezaron a sonar otros nombres, como el del priísta Carlos Miguel Aysa González de Campeche, para la embajada mexicana en República Dominicana. Hay otros que también se escucharon y probablemente estén en espera. Desde ese entonces, el mando rojo, encabezado por “Alito” Moreno puso el grito en el cielo y advirtió con la expulsión
Poco eco hizo la advertencia, pues actualmente, Pavlovich Arellano y Ordaz Coppel ya se encuentran en funciones, mientras que el tercero acaba de ser ratificado por el Senado de la República, por lo que ya pronto andará en tierras antillanas.
Estos tres nombramientos de recientes ex gobernadores tienen un común denominador: los tres son del Revolucionario Institucional y sus sucesores son del Movimiento de Regeneración Nacional.
Por supuesto que lo sucedido si ha causado suspicacia desde que empezó a comentarse, de ahí que surgieron varias teorías en donde los politólogos ubicaron algo parecido a una operación de “brazos caídos”, esto es, una total inacción y falta de apoyo hacia sus correligionarios candidatos. O como dicen en el norte: los entregaron en canal.
En Sonora, Ernesto “El Borrego” Gándara, durante la pasada campaña, empezó de inmediato a resentir el no apoyo de la entonces primer priísta del estado, la cual se dedicó en todos esos meses a congraciarse con el titular del ejecutivo federal, no tanto para conseguir un nuevo empleo, sino para obtener, se dice, una especie de patente de inmunidad a su salida. Bueno, a lo último al parecer obtuvo las dos cosas.
Claudia ya recibe las brisas del Mediterráneo, e incluso se le vio recientemente en un primer acto oficial relacionado al turismo, muy feliz, por cierto. Es muy posible que todos los días tenga su acto mañanero con sus compañeros, al grito de ¡Viva México!
Fue hecho notorio, que muchas personas que eran príistas de pura cepa en inicios de 2021, para casi finales del mismo año, ya estaban convertidos en distinguidos funcionarios morenistas en Sonora -y en sus municipios-, desplazando incluso a verdaderos activistas de izquierda, que fueron relegados a puestos muy menores… y otros a la ignominia.
Así pues, el día martes de la semana que corre se pasó de lo tácito a lo expreso. Se levantó el misterioso velo por el legislador César Cravioto de Morena, ello durante la sesión en la cámara alta, en donde se dio la aprobación del campechano Aysa como embajador, por cierto, padre del diputado federal priísta que se “volteó” en la víspera de la sesión, que dio lugar a la hoy truncada reforma eléctrica.
Cravioto, el hoy Senador seductor, no tuvo empacho: les mandó a decir a los gobernadores de origen distinto a Morena, que para las próximas elecciones de junio se porten bien, que hagan bien las cosas… y que muy posiblemente les toque una embajada.
Las reacciones por supuesto que no se dejaron esperar y así en “fila india” varios senadores, como Manuel Añorve, Xóchitl Gálvez y German Martínez, entre otros, tacharon esa actitud negociadora como actos de prostitución política, rechazando que el servicio exterior mexicano se convierta en una “casa de citas”.
Faltará ver qué sucede este año electoral en los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas; y también observar, que comportamiento asumen sus gobernadores. Por sus obras –y omisiones- los conoceréis.
Ahora bien, no queda más que decirle a Houston que tenemos dos problemas. Por un lado, se observan en desgracia el sentido de pertenencia y la ideología partidaria –más ante los mecanismos de cooptación-, pero por otro, el servicio exterior mexicano está cayendo en una decadencia desorbitada, al mandarse al extranjero a personas con nula preparación o experiencia en el tema de la diplomacia, lo que provocará el parto de una generación de políticos-turistas que solo irán a tomar sus vacaciones pagadas.
Muy seguramente se revuelcan en sus tumbas Estrada, Fabela, Rabasa y otros, al ver que la diplomacia mexicana ahora se construye con monedas y fichas de cambio.
Quizá nos pueda servir de consuelo el recordar la picaresca del veracruzano César Garizurieta, “El Tlacuache”, no solo por aquella conocida frase de “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. Lo que pocos saben, es que aparte de haber sido magistrado, diputado y burócrata, también fue embajador en Haití con Ruiz Cortines y en su cambio a Honduras -por López Mateos-, diseñó otra vagancia literaria: “Las embajadas no se agradecen, se aceptan”.
¡Plop!..