Nuevo León en lo general, tiene problemas de abastecimiento de agua, pero, Monterrey, se encuentra en estado crítico.

La presa La Boca, está a 30 minutos del centro de Monterrey. Fue construida a principios de los años 60 para abastecer la zona metropolitana, tiene un total de 445 hectáreas y su capacidad es de 40 millones de metros cúbicos. Hoy, está vacía.

Otra de las presas, llamada Cerro Prieto, tiene una capaidad de 300 millones de metros cúbicos, ubicada entre Linares Nuevo León y Tamaulipas, y tiene un almacenamiento de apenas el 8%.

La tercera presa, es la llamada presa El Cuchillo, inaugurada en 1994, y que, habría de abastecer de agua tanto a Monterrey, como al Distrito de riego 026, ubicado en Tamaulipas. Ante la pretensión de los agricultores tamaulipecos, Nuevo León se amparó y ganó la suspensión de trasvase de agua. A últimas fechas, por pertenecer al mismo sistema de la cuenca del Río San Juan, los agricultores consiguieron que se les suminstrara parte de esa agua para la agricultura.

En el año 2011, se presentó el proyecto de construir un acueducto desde el Río Pánuco hasta Monterrey, con una inversión de más de 13 mil millones de pesos, SEMARNAT se opuso, pero hoy, ante una zona metropolitana de Nuevo León sedienta, al proyecto se le mueve una patita.

Es decir, en Monterrey está ocurriendo casi lo mismo que puede ocurrir en Sonora, donde, Conagua federal y la CEA estatal, han dado prioridad al crecimiento de una ciudad en la cual, supuestamente no hay agua.

Favorecer a unas regiones sobre otras, produce este tipo de problemas que tienen a Monterrey sufriendo tandeos, al solamente recibir agua de 4:00 a 10:00 AM.

Y es precisamente porque no se ha hecho un programa a fondo, para producir más agua, sobre todo en el norte del país, donde el crecimiento poblacional es grande y las sequías son cíclicas.

El Sistema de presas del Río Yaqui, números redondos, tiene un almacenamiento en sus tres presas de un 24%, siendo la presa del Oviáchic la más afectada, con apenas un 15.5% de su capacidad, por lo cual, hay peligro inminente de que pronto, no exista agua para poder enviarla por gravedad hacía las plantas potabilizadoras de Cajeme y sus pueblos aledaños.

Y sucede que, otra vez, la presa del Novillo retiene agua que debería de ser enviada al Oviáchic, debido a que, para poder bombear agua a Hermosillo, necesitan tener almacenada 600 millones de metros cúbicos, entonces, Cajeme y otros municipios del Sur de Sonora, según Conagua y la CEA, pueden esperar.

El gobernador Alfonso Durazo declaró que existe la opción de desalar agua para darle a Hermosillo, pero también dice que el Acueducto Independencia es indispensable, cuando, ya se ve, que dentro de poco será inoperante, de seguir la sequía como hasta ahora. Es decir, con las presas vacías, ¿de dónde sacarán agua?

Hermosillo necesita otras fuentes alternativas de agua, y, las tiene, pero es más fácil desear el agua de tú prójimo que implementarlas.

Ante la pretensión de la desalación, el pelele disque presidente de la Unión de Usuarios de Hermosillo, Ignacio Peinado, sigue insistiendo que se mande más agua a Hermosillo para implementar el ramal norte. ¿De dónde agua, señor despeinado, qué no ve los truenos?

AGUAH de Hermosillo va por un programa agresivo para instalar medidores domésticos, , y, también van para recuperar el agua de las plantas tratadoras, que hoy por hoy venden el agua “gris” a los agricultores, cuando deberían de usarla para intercambiarla por agua de pozo utilizable para el consumo humano.

Tanto el Gobierno del Estado como el Federal, están interesados en resolver el problema de abasto en Hermosillo, pero, la pregunta es, ¿qué harán si de plano la presa del Oviáchic ya no tiene capacidad de enviar agua para consumo humano?

De eso, curiosamente, nadie dice nada.

Gracias

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