El Valle del Yaqui y el Valle del Mayo, en el sur de Sonora, tienen un clima árido y humedad deficiente durante la mayor parte del año; sin embargo, son considerados un referente mundial en la producción de trigo.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los rendimientos de trigo por hectárea en Sonora son superiores al promedio nacional y están por encima del rendimiento mundial. El Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (Cedrssa) explica que este logro se debe a una apuesta histórica por la ciencia.
La alta productividad de trigo en Sonora, refiere el Cedrssa, ha sido posible gracias “al conocimiento que los productores poseen sobre el cultivo debido a la tecnología generada por los centros de investigación, la diversidad de variedades disponibles y la tolerancia que estas tienen a las enfermedades”.
Hoy, es precisamente Ciudad Obregón, Sonora, uno de los espacios clave desde donde el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) y sus colaboradores continúan con este esfuerzo histórico para combatir el hambre en el mundo.
Con la presencia adicional del cambio climático complicando el escenario, “Los científicos del Cimmyt en Sonora están enfocados en desarrollar variedades de trigo que puedan enfrentar mejor la sequía, el aumento de las temperaturas y las lluvias excesivas. En otras palabras, el trigo que puede prosperar en las condiciones climáticas extremas e impredecibles que los agricultores están experimentando a nivel mundial debido al rápido calentamiento del planeta”.
“La diversidad es crucial para mejorar la resiliencia y la adaptabilidad, razón por la cual los científicos están recurriendo a variedades de trigo silvestres y olvidadas de todo el mundo para buscar aquellas con características tolerantes a la temperatura y la sequía, como raíces profundas, hojas cerosas y hormonas del estrés”, señalan.