Miguel Ángel Vega C.
MARTÍNEZ Y TÉLLEZ SE LE VAN A LA YUGULAR A SECRETARIO DE SEDENA
Que tengamos conocimiento, nunca en la historia del país, legisladores del Congreso de la Unión, se le habían ido a la yugular criticando tan severamente a un secretario de la Defensa Nacional, como esta semana lo hicieron los senadores GERMÁN MARTÍNEZ del Grupo Plural y LILLY TÉLLEZ, del PAN, en contra del general secretario, LUIS CRESENCIO SANDOVAL GONZÁLEZ, reprochándole en su cara el haberse negado a comparecer ante el Senado de la República, para que explicara el gravísimo asunto del hackeo del que fue objeto la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y que por cierto el presidente de la República, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, lo ha tomado con tanta indiferencia al grado de expresar en la conferencia mañanera que no respondería a preguntar sobre ese tema, porque no es nota ¡Hágame usted el grandísimo favor¡ Desde su nacimiento nuestro glorioso Ejército Mexicano ha sido una de las instituciones más respetadas en el país y nunca habíamos visto que nuestros soldados fuesen humillados como lo hemos visto en este gobierno de la Cuarta Transformación, que lo han apedreado y garroteado en los barrios de baja ralea, pero lo más humillante es que lo han obligado a respetar y tratar “con cariño” a los delincuentes, como lo hemos visto cuando les pasan por enfrente los convoy de sicarios y en contra de su voluntad se quedan inmóviles, sin hacer nada, cuando en otros tiempos, no había un cristiano que le faltara al respeto al Ejército, que no se llevara su castigo. Y a eso agréguele que, a miles de nuestros militares, los han obligado a tomar la pala, la barra y el talacho, para entrarle de albañiles, cuando su misión es para algo diametralmente diferente. Y hablando específicamente de lo que le dijeron Germán Martínez y Lilly Téllez, al general secretario, durante la comparecencia de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, ROSA ICELA RODRÍGUEZ VELÁZQUEZ, el primero lo puso como palo de gallinero, al mencionarle, entre otras cosas, que: La dignidad no es un asunto de estrellas en el hombro, sino de mexicanos estrellados contra la ineptitud de sus gobiernos. Y si acaso usted valiera más que otros mexicanos por sus insignias, entonces México estaría más cerca que nunca de un autoritarismo militar. Ninguna persona es más que otra en una república, como lo soñó BENITO JUÁREZ GARCÍA, a los tribunales militares el Benemérito de las Américas, les prohibió incursionar en negocios civiles. Juárez tenía clara la frontera entre militarización y civilización. El Ejército es constitucionalista, no presidencialista, no tiene dueño. Esta patria no es de un solo hombre. Su tarea en seguridad pública debe ser de carácter civil, no solo de mando civil. El Ejército es pueblo uniformado, pero portar armas no los eleva por encima del pueblo, los compromete con el pueblo. Los artículos 29 y 31 constitucional prohíben la intervención de militares en asuntos civiles, políticos y religiosos. Y el 91 les prohíbe tajantemente a los altos mandos inmiscuirse directa o indirectamente en negocios civiles. Le preguntó qué tratos hizo con el delincuente ALEJANDRO MORENO CÁRDENAS, según la fiscalía de Campeche. Y ¿Por qué se metió en asuntos políticos precisamente bajo el castillo de Chapultepec? Usted señor Sandoval se siente autorizado para pisotear esas órdenes del general LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO. Le recalcó que la milicia tiene límites y debe respetarlos. El fuero militar no le alcanzará a nivel internacional si se viola nuestra Constitución y los derechos humanos. Quiero a mi Ejército victorioso, derrotando a los criminales, feminicidas y asesinos de periodistas. Pero también lo quiero obedeciendo a la ley. Le ordenaron hacer un aeropuerto, un tren, una refinería y usted obedeció. Y le preguntó: ¿Si acaso le ordenan liquidar a un adversario electoral, también obedecería? Del militarismo al fascismo solo hay un toque de clarín y dar el paso, su equipo castigó a un teniente por no darle las botas correctas. Y le volvió a preguntar: ¿Ya castigó a los responsables de custodiar todos los papeles del Ejército? Los guacamayos son militares descontentos, el gobierno salió de espoleta retardada para entender el enorme peligro de estos delincuentes, pero de estopín instantáneo para entender que muchos de sus contratos no se licitan, solo se adjudican directamente. A los amigos a firmar “contratazos”, a los enemigos a tirarles balazos. El descontento ya no se oculta. Privilegio marcial puro. Luego de recordar los Niños Héroes, le dijo que los mexicanos que pensamos distinto a usted, también amamos a México, aunque solo seamos simples ciudadanos, luchamos en distinta trinchera, pero nos cobija la misma bandera. Le respeto, señor Sandoval, pero el alto mando de general solo lo merecerá frente a la historia, finalizó Germán Martínez. Y para rematarlo Lilly Téllez, entró saludando a los senadores corruptos que compró el Ejército con carísimos lentes Cartier. Saludó a la nueva élite militar que es ahora más bien un Ejército político empresarial. Les recordó que hace un año entraron al Senado para custodiar a Rosa Icela Rodríguez y hoy llegan escondidos bajo la manga de la secretaria de Seguridad Pública. Y ahora que están obligados a hablar callarán, en forma tramposa. Y le reiteró que su silencio aquí general es un grito que desafía y desprecia a la república, la que usted juró defender y ahora trata con tanto desdén. Su comandante supremo (AMLO) los está mirando y adivino lo que está pensando: “Que no les vengan con que la ley es la ley”, porque eso no aplica cuando el comandante supremo es un rey. Hace un año estaban ahí y su objetivo era intimidar a cualquier senador que se atreviera a cuestionar, pero cómo cambiar las cosas, pero ahora es usted el que está intimidado, ante su obligación de responder a los ciudadanos, pero al negarse está en desacato al poder civil. Usted y su poder se apropia cada día más del estado, lo hacen a costa del presidente que se los ha entregado, agobiado ante su ineptitud y cobardía, hasta los muertos les ha endilgado el presidente. Le reclamó que él es el autor intelectual y material de las reformas que violentan flagrantemente a la Constitución. Tiene usted dos caras, general, la que da en público en la que aparenta ser hombre de leyes y la que escondió para cabildear las violaciones a la Constitución. El orgullo que nos inspira la popularidad de nuestro Ejército, no le brindan a usted autorización para adjudicarse tajadas de poder, mientras los soldados se parte el alma por un jornal, usted y su élite militar gozan de privilegios presupuestales desmesurados. Tienen ustedes todo el poder, toda la información, todas las armas y todo el descaro de caminar por encima de la ley. A tal grado militarizaron el país que la curia castrense aquí presente, ya podría venir a responder ante varias comisiones del senado. Y volviendo a llamar al ejército político empresarial, le reclamó que prefiere callar el fracaso en seguridad, con los 130 mil muertos, la explosión de la violencia en este sexenio, el baño de sangre en el que está México y del que es responsable este gabinete de seguridad, usted y todos ustedes, por acción y por omisión. Ubican como amenazas a las feministas, a los padres de niños con cáncer, a los periodistas y activistas, que los equiparan con cárteles de las drogas. Llamó la atención que con todo lo anterior, Rosa Icela Rodríguez, tuviera el cinismo de afirmar que el país no está militarizado. Pero, además, que el senador morenista, RICARDO MONREAL ÁVILA, haya salido en defensa del general al que un color se le iba y otro se le venía con ataques tan certeros en su contra.