Google llegó a un acuerdo con 40 estados de Estados Unidos para pagar 391.5 millones de dólares a raíz de una investigación sobre cómo la compañía rastreaba la ubicación de sus usuarios, informaron autoridades, por lo que se trata de la mayor compensación a varias entidades por un caso de invasión a la privacidad en la historia de este país.
La investigación, que según funcionarios fue lanzada a raíz de un reportaje de 2018 halló que se rastreaba la ubicación de los usuarios aun después que apagaban esa función en sus aparatos.
“Este acuerdo por 391.5 millones de dólares es un triunfo histórico para los consumidores en una era de creciente dependencia de la tecnología. La ubicación es uno de los datos más sensibles y privados que recaba Google y hay innumerables razones por las que un usuario preferiría no divulgarlo”, declaró en un comunicado William Tong, secretario de Justicia en Connecticut.
Los fiscales han concluido que este tipo de práctica supone un engaño al consumidor, y que estas prácticas se llevan realizando por parte de Google desde, al menos, el año 2014.
“Hasta que no contemos con leyes de privacidad completas, las empresas seguirán recopilando grandes cantidades de nuestros datos personales con fines de marketing con pocos controles”, explicaba uno de ellos.