Pablo Beltrán
La marcha, el Plan B y la contramarcha
Y vaya que sin esperar que la marcha del domingo pasado fuera a ser de muy buen grosor, resultó ser más grande aún, ello en función a la reacción del señor presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
La marcha en favor de la democracia, como tal, en efecto tuvo su muy buena dimensión, abarcando bastante de la geografía del centro neurálgico de la Ciudad de México –desde el Ángel al Monumento de la Revolución-, viéndose desfilar de todo tipo de personas, que muy motivadas exigían el respeto al Instituto Nacional Electoral, como todos saben, ante una iniciativa presidencial de reforma constitucional en materia político-electoral.
Así pues, se vieron muchas familias mexicanas y sobre todo mujeres portando pancartas, camisas, gorras alusivas al evento y haciendo arengas defendiendo al árbitro electoral, ante el temor de muchos de que el control de las elecciones vaya a parar a manos carentes de autonomía.
Y por supuesto que en esa marcha dominical, también participaron personajes de la política, incluso algunos como Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo, Osorio Chong, Alito y otros que no son precisamente los grandes demócratas, sin embargo, ello no desmotivó y menos eclipsó a miles de residentes de la capital del país que saben que existen valores cívicos que está muy por encima de otro tipo de situaciones. Se debe de entender que el anhelo de democracia siempre ha estado latente, máxime que venimos de pasar aquellos setenta años del príato, en donde la saga PNR-PRM-PRI, pasó de aquella necesidad de controlar el descontrol sobre las aún vivas fuerzas revolucionarias, a convertirse en un verdadero partido de Estado. El absolutismo convirtió el aire muy denso, con pocas válvulas de escape, que terminó por hacer estallar la olla, para darle primero la cabida en forma mayoritaria a la oposición en 1997 en la Cámara de Diputados y rematar en 2000, con la asunción de Fox-PAN a Los Pinos. Esto último no se hubiera logrado sin la existencia del entonces IFE, organismo el cual apenas era un infante de siete años –con un año de autonomía-, cuando abrió los derroteros de la incipiente democracia mexicana a base de la llamada ciudadanización de la institución.
Pues bien, regresando a la marcha y sus efectos, todo mundo estaba a la expectativa sobre La Mañanera del día lunes 14 de Noviembre, esperando algunos un discurso conciliador del presidente, mismo que empezó de menos a más, para terminar –oh!, no sorpresa- descalificando la marcha y tildándola en sentido peyorativo como un ´strip-tease´de la política. Gulp.
Y así pasaron los días de la semana, viendo otra vez la serie de adjetivos lanzados contra los políticos “adversarios”, pero además contra gente de la sociedad civil, solo por el “pecado” de haber tenido el valor de manifestarse.
Así llegó el día martes 15, y vino de vuelta la embestida contra la marcha, para develar tácitamente que no se traen todos los amarres en las cámaras legisladoras para sacar la reforma constitucional traída a cuento, anunciando así un Plan B, que consistiría sacar solo reformas a las leyes secundarias, relacionadas al espectro electoral y de los partidos políticos. Algo parecido al paquete de leyes que sacaron en torno a la Guardia Nacional, cuando no pudieron incorporarla a la Constitución como cuerpo militar. Ante tales desencuentros, se dice, terminará siendo la Corte la que saque la plana.
Y así las cosas, no conforme con lo anterior, el Miércoles 16 en su espacio matinal, visiblemente molesto aún, el presidente también anuncia una marcha de la 4T para el día 27 de Noviembre, para defender lo que llama como logros desde su asunción a la silla del águila. La ya denominada como Contramarcha, se dice, tiene visiblemente las intenciones de poner el punto sobre las íes y demostrar quien tiene el poder en lo político y en lo electoral. Ah que tiempos.
Así continuaron jueves y viernes, en donde los llamados “conservadores” no sintieron lo duro, sino lo tupido, a tal grado que ya algunos piensan que la marcha del domingo 13 si tuvo lo suyo, tan así que al parecer ya se entró en agenda a la nueva era de la “marchocracia”…ya veremos.
RELINCHE EN EL ITSON. Y en donde han surgido una serie de inconformidades, lo ha sido por los rumbos del Instituto Tecnológico de Sonora, en donde el rector Héctor Hernández, se ha mostrado con cierto grado de inquietud, al dar a conocer la numeralia tanto en Ley de Ingresos como en el presupuesto de egresos estatal, en donde la institución no sale muy bien favorecida.
El mandamás de la institución hoy pega el grito en el cielo ante lo que él considera un trato desigual, sobre todo en el tema de los subsidios, situación que amenaza con pegarle a la oferta académica y a la matrícula.
Pues ya veremos de qué están hechos los cajemenses, pues no hay que olvidar las grandes luchas en torno al instituto y su consolidación como una gran universidad, la cual de ninguna manera se desea ver caer. Ya hubo gente muy valiosa, como el doctor Russo que llevó a la institución a grandes vuelos, sin dejar de reconocer actualmente a personajes, como el doctor Roberto Celaya, que es capaz de dar la pelea hasta con un picadiente. Historia es honor y ya pronto se sabrá en qué queda esto.
AUSENTES SEMÁFOROS. Y sigue la mala racha para Cajeme con el apagón de los semáforos, algunos ya declarados en parálisis total al grado de que en algunos cruceros se han puestos mamotretos horribles con el símbolo de “Alto” por los cuatro costados, metiéndonos a una verdadera nostalgia pueblerina.
Ya no se supo conasupo que pasó con el “voluntario” que iban a mandar desde la Mesa de Jesús a la esquina más cercana –Alemán y Cajeme- para controlar el tránsito. Al parecer dicha persona no ha podido intervenir, pues se dice que los del Triunvirato lo traen algo ocupado en la cartera de “asuntos sin importancia”, esperando pronto se desocupe…
Au revoir.