NUEVA YORK. Los efectos de la actividad humana, desde el cambio climático a la contaminación, están “devastando” la vida marina, con casi una décima parte de las plantas y animales submarinos evaluados hasta ahora en peligro de extinción, según mostró este viernes la última Lista Roja de Especies Amenazadas.
La publicación del informe coincide con una cumbre de la ONU sobre la naturaleza en Montreal, donde el jefe de la ONU, Antonio Guterres, instó a los países a poner fin a una “orgía de destrucción” y aprobar un acuerdo para detener y revertir la pérdida de hábitats.
Más de 1,550 de las 17,903 plantas y animales marinos evaluados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza están en peligro de extinción, según la última lista que actúa como barómetro de la biodiversidad y se publica varias veces al año.
“Demuestra que estamos teniendo un impacto bastante devastador en las especies marinas”, declaró a Reuters Craig Hilton-Taylor, responsable de la Lista Roja de la UICN.
“Bajo el agua no se puede ver realmente lo que ocurre. Así que evaluar el estado de las especies nos da un indicador real de lo que realmente está ocurriendo allí, y no son buenas noticias”.
Según Hilton-Taylor, es probable que la proporción de especies marinas en peligro de extinción sea mucho mayor de lo que muestran los datos actuales, ya que las analizadas hasta ahora han tendido a ser especies de peces muy extendidas, no amenazadas en la actualidad.
Entre las amenazas a las que se enfrentan están la pérdida de su principal fuente de alimento, las praderas marinas, debido a la prospección y producción de petróleo y gas en el caso de Mozambique y a la contaminación provocada por la extracción de níquel en el Pacífico.
La última lista revisa por primera vez las especies de abulón, un tipo de molusco que se vende como marisco de lujo, y constata que alrededor del 44% de ellas se enfrentan a la extinción. Las olas de calor marinas, cada vez más severas y frecuentes, han causado mortalidades masivas, al avivar las enfermedades y acabar con sus fuentes de alimento, afirma la UICN.