GAMBIA. Alrededor de 300 niños han fallecido en Gambia, Indonesia y Uzbekistán en los últimos cuatro meses, supuestamente por la ingesta de diferentes jarabes para la tos y ahora la atención está puesta en hallar el origen de los dos componentes tóxicos encontrados en todos los medicamentos.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, urgió ayer a que se emita una alerta en todo el mundo y exhortó a que se aumente la vigilancia sobre los productos bajo sospecha, que en principio contienen cantidades tóxicas de dietilenglicol y etilenglicol.

Se trata de la única característica común entre los jarabes señalados como posibles causantes de las muertes por fallo renal de los niños en los tres países, con los medicamentos investigados en Gambia y Uzbekistán provenientes de dos farmacéuticas indias y otros con origen en Indonesia de producción local.

Las primeras muertes salieron a la luz en octubre del 2022 en Gambia, donde al menos 70 niños han fallecido hasta la fecha por anormales fallos renales agudos, con la OMS emitiendo la alerta sobre varios jarabes como supuestos causantes de estos decesos el día 5 de ese mismo mes.

Poco después, el 2 de noviembre, la organización activó otra alerta para Indonesia, a raíz del fallecimiento de al menos 200 niños, la mayoría menores de cinco años, por la misma afección, en un país que suele detectar uno o dos casos de fallo renal infantil al mes.

En último lugar, se han contabilizado al menos 21 decesos de niños, también en las mismas circunstancias, en Uzbekistán, con la OMS emitiendo una nueva alerta el 11 de enero.

Además, el organismo de la ONU indicó el lunes a EFE que hay riesgos “potenciales” en otros cuatro países: Filipinas, Timor Oriental, Senegal y Camboya, aunque la presencia de jarabes contaminados en estos lugares no ha sido aún confirmada.

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