JULI. El número de heridos en las protestas antigubernamentales en la ciudad peruana de Juli (sur) subieron a 16, incluido un adolescente, en una jornada donde los manifestantes atacaron y quemaron la comisaría de la Policía Nacional de Perú (PNP) en esa localidad.

La población de Juli reaccionó a la decisión de la Policía de dispersarlos con gases lacrimógenos lanzados desde helicópteros y un grupo se dirigió a la comisaría para atacarla con piedras y prenderle fuego.

El Ejército también salió a las calles a controlar a los manifestantes, pero los militares fueron rodeados en una villa y atacados por algunos grupos.

La Defensoría del Pueblo informó este sábado de que había verificado 16 heridos, 10 civiles y seis militares, a raíz de los enfrentamientos entre pobladores y las fuerzas del orden por el incendio de la comisaría.

La región de Puno, en la que se encuentra Juli, mantiene los bloqueos de caminos y paros de actividades desde enero pasado en que sus pobladores salieron a las calles a exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y una dura represión provocó la muerte de 18 personas en la vecina ciudad de Juliaca.

Esta semana una delegación de sus pobladores llegó a Lima para insistir en la demanda de elecciones generales anticipadas, pero un grupo de mujeres con sus pequeños hijos cargados en brazos fueron reprimidas por la policía con gases lacrimógenos, lo que enervó a sus paisanos.

La Defensoría hizo un “llamado urgente a la calma y la no violencia en Juli” y añadió que corresponde a la Fiscalía investigar la violencia de este sábado y las causas de las lesiones ocasionadas a los heridos.

Por su parte, la Red de Salud de Chucuito, en Puno, detalló que siete de los heridos son atendidos en el hospital Rafael Ortiz Ravines de Juli, entre los cuales hay un menor de 13 años por intoxicación por gas lacrimógeno, y un hombre de 48 años con herida de bala en el brazo derecho.

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